Clarín

“La sociedad de la nieve” arrasó en unos Goya que también tuvieron a tres argentinos premiados

Por esa película, Matías Recalt resultó actor revelación y Julio Suárez, mejor diseñador de vestuario. Malena Alterio, mejor actriz por “Que nadie duerma”.

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El cine español entregó este sábado en Valladolid sus premios Goya: La sociedad de la nieve ganó doce de los trece galardones a los que optaba, incluyendo el de mejor película y mejor director para Juan Antonio Bayona. Así, superó a su principal contrincan­te, 20.000 especies de abejas, de Estíbaliz Urresola, que lideraba las nominacion­es va por los Oscar, donde es candidata a mejor película extranjera y a mejor maquillaje y peinado.

Entre los ganadores por La sociedad de la nieve apareciero­n dos argentinos. Matías Recalt ganó el Goya a actor revelación por su papel de Roberto Canessa, uno de los supervivie­ntes del accidente aéreo de los Andes de 1972 y uno de los que emprendió la travesía de diez días a través de la cordillera para intentar buscar ayuda.

Otro argentino, Julio Suárez, se llevó la estatuilla a mejor diseño de vestuario por su trabajo en la misma película. Realizó este trabajo entre Buenos Aires y Barcelona; utilizó más de 4000 prendas e incluso tejió a mano algunos de los pulóveres. Debido a las condicione­s ambientale­s y al hecho de utilizar dobles para los actores, “parte del vestuario estaba duplicado hasta siete veces”, e incluso tuvo que agrandar la ropa para que los intérprete­s, con el paso del tiempo, parecieran “más flacos”, contó.

El calzado le trajo problemas, según explicó. “El frío deteriorab­a el cuero. Vestían mocasines y zapatos de cordones, la suela resbalaba y a los tres días estaban destrozado­s, la nieve los despegaba”.

Y la hispanoarg­entina Malena Alterio ganó como actriz protagónic­a por su papel en Que nadie duerma. Alterio -hija de Héctor- nacida en Buenos Aires hace 50 años pero radicada en España, interpreta a una mujer que pierde su empleo como programado­ra informátic­a y da un giro a su vida empezando a trabajar como taxista.

En la carrera para alzarse como la película iberoameri­cana del año, estaba nominada Puan, de María Alché y Benjamín Naishat, pero resultó ganadora la chilena La memoria infinita.

El director Pedro Almodóvar, la actriz Penélope Cruz y los actores Gael García Bernal y José Sacristán fueron algunos de los encargados de entregar los premios.

En el inicio de la ceremonia cantaron Amaia y David Bisbal, que sorprendie­ron con una versión de Mi gran noche de Raphael. Luego, Niña Pastori, India Martínez y María José Llergo interpreta­ron Se acabó, de María Jiménez.

La gala contó con la presencia de la gran actriz estadounid­ense Sigourney Weaver, que viajó especialme­nte para aceptar en persona un Goya honorífico. Dio un largo y emotivo discurso donde incluso agradeció a la española que hace 30 años hace el doblaje de su voz.

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EFE Agradecimi­ento. El bonaerense Recalt, con la estatuilla del Goya.

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