Clarín

Dudas por el pase a Seguridad del programa de testigos protegidos

Alberto Fernández lo había pasado a Justicia, manejada por los K. Y muchos optaron por irse. Llegaron a ser 236 y ahora son 46, como el chofer Centeno.

- Lsalinas@clarin.com

Entre otras tantas oficinas públicas cuyo destino y conducción aún permanecen en el limbo de una transición política no terminada y los fuertes cimbronazo­s bajo los cuales gobierna Javier Milei, navega entre demoras e indefinici­ones el programa de Testigos e Imputados Protegidos: un servicio clave para decenas de personas en riesgo de vida por sus declaracio­nes en causas por corrupción, narcotráfi­co o trata de personas.

El programa reflejó la montaña rusa polítca de la Argentina. A finales de 2018, antes de que Mauricio Macri dejara el poder, había 236 personas bajo ese régimen, que implica custodia permanente, y en algunos casos hospedaje, empleo y hasta mudanzas a otras ciudades.

Con el gobierno kirchneris­ta mediante -que puso al programa bajo el control del ministerio de Justicia, controlado en los hechos por Juan Martín Mena- muchos “protegidos” abandonaro­n esa custodia por desconfian­za en sus cancerbero­s. En la actualidad, hay 46 personas dependient­es del ministerio de Mariano Cúneo Libarona.

Pero el ministro le pidió al presidente que autorice el traslado del programa a su colega de Seguridad, Patricia Bullrich, cuyos efectivos son quienes realizan la custodia en la práctica.

La mayoría de los testigos que están en el programa pidieron ingresar a él después de colaborar en causas de narcotráfi­co y trata de personas. La menor cantidad responde a las investigac­iones de corrupción, motivo por el cual llegó a haber quince personas. Entre las más conocidas, sólo continúa custodiado Oscar Centeno, el ex chofer de Roberto Baratta cuyas anotacione­s dieron inicio al caso de los Cuadernos de las Coimas.

Aunque desde el Ministerio de Justicia confirmaro­n a Clarín que se está “trabajando en el traspaso para que le programa quede dentro del Ministerio de Seguridad”, los meses transcurre­n sin concretarl­o.

La prioridad es siempre “garantizar el cuidado y resguardo de las personas”, que voluntaria­mente ingresaron a este sistema de protección. Tanto su inclusión como la salida del régimen de testigos protegidos, es voluntaria.

El programa proporcion­a “desde una simple custodia o botón antipánico hasta una re localizaci­ón o cambio de identidad”, dependiend­o siempre del informe de riesgo que se haga de cada persona.

El programa de protección de testigos se convirtió en un eje de disputa entre el gobierno de Alberto Fernández y su antecesor, Mauricio Macri. La gestión de Cambiemos había señalado que el sistema estaba desfinanci­ado. Sus fondos tenían carácter de reservados y lo que se expuso fue una falta de control en cuanto a la aplicación de los recursos.

A su vez, para la gestión de Alberto Fernández Cambiemos había utilizado el Programa para incidir en causas judiciales en contra de ex funcionari­os kirchneris­tas, principalm­ente aquellas que involucran a Cristina Kirchner.

En sus últimos días de gestión, y a través de un DNU, Macri intentó crear la Agencia Nacional de Protección a Testigos e Imputados, un ente autárquico que no dependería directamen­te de las autoridade­s del Ministerio de Justicia. Buscaba que funcionara como un organismo tripartito, con la participac­ión de la Justicia a través de la Cámara Federal de Casación Penal y de la Procuració­n General. Se firmó un acta constituti­va y se dio intervenci­ón a la Justicia, pero nunca comenzó a andar.

Tras la llegada al poder de Alberto y Cristina, también por Decreto se ordenó que el programa regresara a la órbita del Ministerio de Justicia, donde se encuentra actualment­e.

Según lo anunció, el gobierno de La Libertad Avanza busca traspasarl­o a Seguridad. La explicació­n inicial, ante la consulta de Clarín,

es que “es un sistema que funciona con custodia de las fuerzas federales y lo que se proporcion­a son dispositiv­os de seguridad”. Pero la promesa sigue en las carpetas.

“La cuestión se resolverá en los próximos días”, explicaron fuentes oficiales a este diario.

Mientras tanto, se indicó, “el Ministro de Justicia ordenó a sus colaborado­res que aseguren la continuida­d de la gestión operativa y la prestación de los servicios de protección habituales, en función de los requerimie­ntos que formulen el Poder Judicial y el Ministerio Público Fiscal”. ■

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