Cómo curar a alguien que no está enfermo
El periodista Cristian Alarcón debuta como actor en este biodrama sobre un trauma: el tratamiento hormonal contra la homosexualidad al que lo sometieron en su infancia.
Llegó al Teatro Astros la propuesta performática de Cristian Alarcón, escritor y periodista chileno afincado en Buenos Aires, basada en una experiencia traumática de su infancia, cuando fue sometido a una terapia de conversión que pretendía incrementar su masculinidad, con dirección de la actriz, docente y directora teatral argentina Lorena Vega.
Con 40 grados de sensación térmica, la tarde es infernal sobre la avenida Corrientes. En la boletería del Astros, un grupo de personas pugna por comprar entradas para ver el debut porteño de Testosterona, la obra que protagoniza Alarcón y dirige Vega, tras su estreno mundial en el Festival Santiago A Mil, de Chile. Tarea imposible: un cartel anuncia que están agotadas. En principio, tendrá una acotada temporada: se verá los jueves de febrero a las 20.30, y los lunes de marzo a las 20. Las entradas cuestan desde $ 9.000.
El titulo no es metafórico. La testosterona es una hormona sexual masculina que participa en el desarrollo de los genitales y en la aparición de los caracteres sexuales secundarios en los hombres.
La propuesta se adentra en el método mediante el cual, con inyecciones de esa hormona, se pretendía “curar” la homosexualidad a un niño de 6 años; en este caso, el mismo Alarcón.
Al zambullirnos en el hall, aire acondicionado mediante, el cambio de temperatura cae como maná del cielo. Tras sortear la clave numérica de la puerta de la oficina de Andrea Stivel, productora y directora del espacio, conversamos con el periodista y escritor trasandino, fundador y director de la revista Anfibia, ganador en 2022 del premio Alfaguara de novela con El tercer paraíso.
Lo acompaña Vega, notable actriz de la escena teatral, una de las mejores de su generación, que hace varios años atrapó al público y a la crítica especializada con la dramaturgia y dirección de Imprenteros, un biodrama dado a conocer en 2018 donde, con sus hermanos Sergio y Federico, reconstruyó la pérdida de la empresa familiar, ocurrida tras la muerte del padre.
“A partir de la testosterona estamos hablando de la discusión de la construcción de identidad, de las tensiones en el deber ser, de los mandatos, de cómo lidiamos con todo eso y la elección de una posibilidad de transformación”, cuenta Vega a Clarín, sin disimular la pasión que el proyecto le genera.
Alarcón, como buen escritor, tiene ese hablar singular que revelan los que han cultivado el lenguaje impreso como forma de expresión. A pesar de vivir en la Argentina desde hace 45 años, al responder le surge, cada tanto, un levísimo tono de su tierra natal. La “dulzura chilena”, como él mismo admite cuando uno se lo hace notar.
“La propuesta está organizada a través de un recorrido biográfico, marcado por un trauma infantil, que es la inyección de testosterona para masculinizar a un niño”, afirma Alarcón, quién además de ser coautor con Vega, debuta como actor junto al performer Tomás de Jesús, que lo acompaña en escena.
“Pero está atravesada por una serie de eventos biográficos en donde se va viendo cómo se moldea, recorta y reformula la noción de masculinidad de ese niño y, ya adulto, en un redescubrimiento de esos modos de ser varón”, explica.
Todo indica que ambos estaban destinados a encontrarse y trabajar en un proyecto en común. En 2018, Cristian pergeñó la idea de un laboratorio de periodismo performático que incluyó a Lorena; ahí se produjo el cruce entre diversos artistas y profesionales de la información para comenzar a experimentar con la idea de explorar las fronteras entre periodismo y arte.
Allí se trabajó con variadas disciplinas artísticas, desde la danza, la performance o el teatro hasta la música, para trasladar a la representación escénica temáticas candentes como la coyuntura política, social y económica. Eran dos meses de talleres y tutorías con Alarcón y Vega, en los que se iba forjando y aunando material hasta obtener un trabajo de conjunto.
Como resultado de este big bang explosivo, se concretó un proyecto teatral de características muy especiales cuya principal génesis fue un poema que Alarcón escribió para el libro Cuerpo. Fueron años de reuniones y búsqueda de un lenguaje teatral que lograra plasmar estos retazos de una vida. -¿Toda la obra es autobiográfica?
Vega: -Todo lo que se ve tiene su base en lo real. El armado final incluyó escenas que tienen un poder importante, donde lo autobiográfico podía dispararnos a otro sentido. Por ejemplo, hay un momento en que aparece la botánica y una reflexión sobre la cuestión ambien
“Hablamos de la construcción de identidad, de los mandatos”.
Lorena Vega