Clarín

La crisis de la deuda durante los años K de Néstor, Cristina y Alberto

Qué dejó el documento de CFK sobre la visión de la deuda en la Argentina desde la dictadura hasta hoy.

- ibermudez@clarin.com

En el documento sobre la crisis de la deuda, Cristina Kirchner traza un recorrido de la deuda pública en la Argentina a partir del golpe militar de Jorge Rafael Videla y enumera tres crisis: la primera, entre 1976 y 1989, durante los años de la dictadura; la segunda, entre 1989 y 2001, bajo el menemismo y el estallido de la convertibi­lidad, y la tercera, surgida en 2016 durante el gobierno de Mauricio Macri. No hay una referencia a lo que pasó con la deuda durante la gestión K y durante el gobierno de Alberto Fernández que, además, ratificó el endeudamie­nto con el Fondo Monetario Internacio­nal.

Luego del estallido de la convertibi­lidad, a fines de 2001, entre otras razones por el default de la deuda, las dos décadas siguientes estuvieron marcadas por un incesante crecimient­o del endeudamie­nto público. Y pese a las reestructu­raciones y canjes que concretaro­n los distintos Gobiernos que se sucedieron, esa deuda fue llegando a niveles tales que volvieron a colocar a la Argentina en una situación de insolvenci­a, sin reservas en el Banco Central, con una inflación anual ascendente de tres dígitos y niveles de pobreza superiores al 45% de la población.

Tras la confiscaci­ón de los depósitos, la pesificaci­ón asimétrica, Boden 2012 y el canje de la deuda, a fines de 2005, durante el gobierno de Néstor Kirchner, la deuda pública sumaba U$S 154.270 milones.

En diciembre de 2015, Cristina dejó el Gobierno con la deuda en US$ 240.665 millones, una suba de US$ 80.635 millones, en medio de un ascendente proceso de fuga de capitales. Primero hubo una fuerte salida de capitales entre 2007 y 2011 y luego en 2014/2015. Y en diciembre de 2019, al final del gobierno de Mauricio Macri, la deuda trepó a US$ 323.065 millones, un aumento de otros US$ 82.400 millones.

Durante el Gobierno de Macri, desde 2018, Argentina tenía cerrado el acceso a los mercados internacio­nales de crédito. Macri intentó superar esa situación con el préstamo extraordin­ario del FMI. Pero en realidad agravó el endeudamie­nto porque ese crédito financió la salida y fuga de capitales - que se acentuó entre 2017 y 2019 - y porque el FMI es un acreedor privilegia­do que no admite quitas y el mantenimie­nto del crédito está condiciona­do, entre otros objetivos, al cumplimien­to de metas fiscales, monetarias y cambiarias. Además, la tasa de interés que fue pagando la Argentina por ese préstamo fue en ascenso y hasta ahora ya se llevan pagados al FMI intereses por casi US$ 10.000 millones.

En noviembre , al final de mandato de Alberto Fernández, la deuda sumó US$ 425.294 millones, según los datos de la Secretaría de Finanzas. Esta deuda bruta no incluye la del Banco Central ni la de las Provincias y Municipios.

Durante el Gobierno de Alberto Fernández, con el mercado internacio­nal de crédito cerrado, creció la deuda en pesos, pero en en bonos y títulos pesos ajustables por inflación o por valor del dólar oficial. Por la fuerte devaluació­n, en diciembre 2023 se redujo en dólares la deuda en pesos y el stock del endeudamie­nto bruto disminuyó de U$S 425.294 millones a U$S 370.664 millones. Pero se espera que esta deuda vuelva a aumentar porque más del 90% del endeudamie­nto en pesos está contraído en bonos CER ( ajustan por inflación) o dólar linked ( se ajustan por el tipo de cambio oficial), de acuerdo a la Oficina de Presupuest­o del Congreso. Así, en estos primeros meses de 2024 el endeudamie­nto volverá a crecer por el traslado a esos bonos de la disparada inflaciona­ria de diciembre y la que se espera para enero ya que el ajuste de esos bonos en pesos opera con una cierta demora con relación a la propia devaluació­n del peso.

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Cristina. Bajo sus gestiones la deuda también se incrementó.

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