Va a juicio la megacausa por la posible estafa de Generación Zoe
Leonardo Cositorto y otros 25 imputados podrían recibir penas de más de 20 años por 173 casos denunciados.
Luego de casi dos años de investigación, ayer, la Justicia de Villa María (Córdoba) elevó a juicio la megacausa que investiga la presunta estafa Ponzi detrás del emporio de Generación Zoe, el holding empresarial liderado por Leonardo Cositorto, que ofrecía desde criptomonedas hasta hamburguesas y prometía a sus inversores ganancias exorbitantes en dólares.
Cositorto, en prisión preventiva desde hace más de 22 meses en el Penal de Bouwer, en Córdoba, es uno de los 26 imputados que aparecen en la investigación liderada por la fiscal Juliana Companys de Villa María, que rastreó la responsabilidad de los responsables del esquema, que tenía en esa ciudad una de sus sedes principales.
A Cositorto lo acusan de ser coautor de los delitos de asociación ilícita como líder organizador y de estafas reiteradas. El pedido de juicio es por unos 173 hechos a 76 damnificados en Villa María, que suman casi 8,5 millones de pesos y 449.799 dólares. A ello hay que sumar más hechos en San Francisco, Villa Carlos Paz y Córdoba capital, que siguen siendo investigados y suman casi 600 estafados.
Pero Generación Zoe, que comenzó en Colombia y se expandió por toda América Latina, dejó damnificados en México, Bolivia, Chile, Brasil, Estados Unidos, España y hasta Australia. Según declararon al menos dos testigos ante la Justicia cordobesa, la empresa habría movido cerca de 120 millones de dólares a nivel global, aunque el número puede ser aún mayor.
En la causa también están acusados Maximiliano Batista -vicepresidente de la empresa-, Miguel Ángel Echegaray -un ex funcionario de Neuquén que figuraba como tesorero-, los líderes provinciales Claudio Álvarez, Silvana Abellonio y Silvia Fermani (que pasaron de manejar una fotocopiadora a tener varias propiedades y autos de alta gama) y los contadores Norman Próspero, Julieta Sciutti y Maximiliano Mitroff. Según la justicia, Próspero, Sciutti y Mitroff eran parte de una operatoria que buscaba dar legitimidad a un esquema que evaluaban como un posible Ponzi.
El juicio podría realizarse este año. Por la sumatoria de hechos, la pena para los cabecillas podría superar los veinte años de prisión. Una de los dos prófugos que tiene la causa, la trader Rosa María González Rincón, juraba haber elaborado un algoritmo con tecnología “cuántica” que le permitía predecir adónde iba el mercado y ganarle siempre, algo que Cositorto compró y revendió a sus seguidores.
El otro es el ex juez nacional Héctor Yrimia, quien era el director jurídico de Generación Zoe. Yrimia, que estuvo involucrado en la causa AMIA y fue señalado por Alberto Nisman como una pieza dentro del plan de encubrimiento iraní, fue la cabeza del intento para dar una lavada de cara legal a los negocios de Cositorto. Cuando todo comenzó a tambalear se fue a Dubai para no volver más. Se lo vio en un par de videos en redes sociales a fines de 2022, bailando en un yate en la lujosa fiesta de una firma cripto, como denunció Clarín.
La hipótesis de la Fiscalía es que Generación Zoe fue una asociación ilícita y una estafa enmascarada, a través de una serie de puestas en escena pensadas para sacar dinero a los inversores. “Casi ni simulaban, te lo describían y era un Ponzi”, comentó una fuente judicial.
La firma ofrecía una entrada de 500 dólares, a partir de la cual se accedía a planes de Educación, que generaban rendimientos en dólares desde 7,5 por ciento al mes. Luego ofrecían otros productos como pines, membresías y nombres que prometían multiplicar más los rendimientos poniendo más dinero.w
En Villa María hay 76 damnificados por la maniobra del emporio.