Platense encontró el alivio sobre el final

Hubo empate. Pero ni Platense ni Belgrano se fueron con la panza llena. Es más: el partido, flojo desde la producción futbolística pero intensísimo de principio a fin, terminó con jugadores de los dos equipos al borde de un ataque de nervios y a punto de protagonizar una batalla campal. Por suerte, no pasó a mayores. Todo eso fue lo que dejó el 1-1 en Vicente López.

El primer tiempo fue para Belgrano. No fue un amplio dominador, pero sí el que mejor se asoció para construir juego.

Eso sí, la diferencia en el marcador recién la encontró sobre el final de la etapa cuando Matías Moreno recuperó la pelota en su propia área y lanzó un pelotazo con forma de asistencia para que Lucas Passerini quedara mano a mano al arquero. El delantero se sacó de encima a Cozzani con elegancia -la tiró por un lado y lo esquivó por el otro- y festejó el gol antes de empujar el balón al fondo del arco. La gente del Calamar pidió penal porque todo se inició con una mano de Moreno que no fue -le tocó, pero era su brazo de apoyo-.

En la segunda parte todo cambió cuando Passerini vio la roja por un codazo contra Vázquez -el mejor de la tardecita-. El Pirata se metió atrás y le cedió la iniciativa a Platense, que iba e iba pero no tenía demasiadas ideas para llegar al empate. Grazzini, el DT del local, empezó a tirar delanteros a la cancha. Y por inercia, Ronaldo Martínez, que había entrado desde el banco, aprovechó una mala salida de Losada para empujar al fondo del arco una pelota que había quedado suelta.

El gol calmó un poco los nervios de la gente del Calamar. Un poquito... Belgrano sigue sin encontrar la victoria: lleva ocho sin ganar. ■