La presión por la entrega de alimentos se traslada de Pettovello a Caputo
Los piqueteros irán a Economía y evalúan protestar frente a la casa del ministro. El gobierno promete fondos.
El lunes, algunas organizaciones sociales mudarán sus protestas desde el ministerio de Capital Humano al ministerio de Economía. En varias dependencias oficiales y también entre los movimientos sociales le echan la culpa a Luis Caputo por la falta de fondos y alimentos para los comedores populares; una trompada que se sintió en la calle, en los medios y en el Vaticano, donde Javier Milei se entrevistó con el Papa, al tanto del aumento de la demanda de comida.
Algunos de los dirigentes de Somos Barrios de Pie, que conduce Daniel Menéndez y participa en la comisión directiva de la UTEP, analizaban la posibilidad de ir con ollas populares hasta las puertas del country Newman, donde tiene casa el ministro. El resto de las agrupaciones debate un plan de lucha.
A pesar de la desconfianza y de la salida de uno de los interlocutores del Gobierno con las organizaciones, Pablo Rodrigué -segunda línea de la secretaría de Niñez y Familiapara los dirigentes sociales se abrió “una luz de esperanza”, aunque no la creen suficiente.
En la Cartera de Sandra Pettovello asumieron con la advertencia de que suspenderían el envío de alimentos secos y que privilegiarían los incrementos de la Tarjeta Alimentar para sortear la intermediación. Extraoficialmente advierten que para marzo ya estarán operativos los nuevos convenios para asistir a miles de comedores.
Se trata del programa PNUD, de Naciones Unidas, que el ministerio de Desarrollo Social utilizó históricamente para asistir a comedores. La ministra renovó el convenio la semana pasada, antes de viajar a Roma. Como el monto siempre fue insuficiente para asistir a todos los comedores, el ministerio solía complementar un porcentaje con alimentos secos (fideos, arroz, maíz) muchas veces vencidos.
El Gobierno pedirá a los comedores que informen qué y cuántas personas asisten, y promete que renovar ese registro cada 30 días.
Además, los 50 comedores que contaban con tarjetas de crédito para hacer las compras serán ahora 2 mil. Los dirigentes sociales señalan que es insuficiente, porque hay 40 mil comedores inscriptos en el Registro Nacional de Comedores y Merenderos. Temen además por la lentitud de la nueva administración para tramitar expedientes.
“La luz de esperanza” se abrió días después de la visita del Presidente al Papa. Funcionarios aseguran que hubo un compromiso de Mlei con Francisco de que no faltará comida. Días antes, la Conferencia Episcopal que conduce Osar Ojea, ladero del pontífice, reclamó que el Ejecutivo reciba a los referentes sociales a cargo de los comedores. La red de la Iglesia Católica y de las iglesias evangélicas es mínima en comparación a la que tejieron los movimientos sociales.
Las largas colas de manifestantes de las organizaciones sociales frente al despacho de Pettovello se hicieron sentir y la presencia en los medios también. En el PRO también advierten por la mala praxis. En enero, el secretario del área, Pablo de la Torre, casi renuncia.
El presidente se hizo eco de un informe de la SIGEN que publicó Infobae y que vuelve a poner en evidencia compras de la gestión del Frente de Todos con sobreprecios de alimentos y licitaciones dirigidas que ya habían sido denunciadas y obligaron a 14 funcionarios a renunciar. El organismo de control también advirtió por falta de trazabilidad de algunos alimentos que después podían aparecer a la venta en mercados barriales.
Las organizaciones sociales advierten que ayer en las ollas en el barrio de Constitución hubo más gente que en el peor momento de la pandemia y el malhumor se traslada en reclamos y empujones a los dirigentes. En Florencio Varela, esta semana un hombre fue acuchillado. “Cuando se acaba la comida y quedan 40 personas con el tupper en la mano, los que ponemos la trucha somos nosotros; ni el Gobierno ni la casta”, se lamentó Nicolás Caropresi, del MTE. ■