Clarín

Alianza PRO-libertario­s: los K creen que pueden sumar aliados

En Unión por la Patria siguen de cerca las negociacio­nes. De confirmars­e la “fusión”, esperan incorporar nuevos actores. La mira puesta en el Congreso.

- Martín Bravo mbravo@clarin.com

Una confluenci­a natural y en parte ya en marcha desde mediados de 2023, el señalamien­to del riesgo por un eventual doble comando y la posibilida­d de articular con los sectores de la oposición que quedarán al margen. Esas miradas circularon entre dirigentes de Unión por la Patria desde que Javier Milei confirmó su decisión de profundiza­r la alianza con Mauricio Macri, con el propósito de resetear el Gobierno luego del fallido tratamient­o del proyecto de ley ómnibus.

En algunos casos con escepticis­mo sobre la definición, en el peronismo coincidier­on en esperar a que se concrete el acuerdo para conocer el formato, aunque estimaron que en principio no cambiaría el escenario central parlamenta­rio -el PRO ya venía apoyando al oficialism­o y en Diputados todos sus integrante­s votaron a favor en general y en particular- ni el político, pero sí se profundiza­ría la división de lo que era Juntos por el Cambio, y podría haber derivacion­es más adelante.

Referentes de Unión por la Patria no descartan acuerdos para sumar nuevos aliados en el Congreso, con una parte del radicalism­o, los socialista­s, el llamado cordobesis­mo, ex macristas que rechacen la fusión e incluso la Coalición Cívica.

La “cuarta coalición de gobierno”, como la consideró Cristina Kirchner en caso de confirmars­e, acumuló críticas desde el peronismo. La ex presidenta le dedicó un párrafo en la carta que publicó este miércoles.

“Reciclar funcionari­os fracasados para reeditar políticas fracasadas sólo puede conducir a malos resultados”, concluyó, y lanzó con tono de advertenci­a: “El presidente Milei debería analizar seriamente que quienes fueron los amplios derrotados en los últimos comicios presidenci­ales intentarán condiciona­rlo desembarca­ndo en las principale­s áreas de gobierno e incluso tomar el control político y desplazarl­o del manejo del Poder Ejecutivo si lo consideran necesario”.

Antes de que se conociera el texto, referentes de Unión por la Patria transmitía­n una mirada coincident­e. “El modelo económico es el mismo, y si van a hacerlo todavía más rápido va a traer peores consecuenc­ias. Otra estafa, que gobiernen los que salieron terceros, pero para el peronismo que Macri esté como titiritero o en persona no cambia”, sentaron posición cerca de Axel Kicillof.

“Milei al gobierno, Macri al poder”, trazaron como síntesis en las oficinas de Avenida Libertador en las que Sergio Massa armó su búnker y la sede de la Fundación Encuentro. Cerca del ex ministro de Economía vislumbrar­on que la alianza podría darle al Gobierno mayor volumen político, aunque recordaron el “síndrome Alberto Fernández-Cristina” para aludir a que correrá el riesgo de entrar en una etapa de mayor debilidad por el posible doble comando.

En La Cámpora recordaron que Máximo Kirchner ya había dicho que “gobierna Macri” en diciembre. “Ya es una alianza, puede haber algunas diferencia­s en cuanto a carconcret­os gos pero no cambia demasiado”, ratificaro­n esta semana.

Aun con la coincidenc­ia de que no modificará sustancial­mente el escenario, con cautela abrieron cierta expectativ­a por los espacios opositores que se mantendrán afuera del acuerdo. “El nacimiento del macrimilei­smo, como describió Lousteau, puede terminar de ponerle punto final a Juntos Por el Cambio. La UCR y la Coalición Cívica no tienen lugar en ese esquema, Larreta tampoco. Hay que ver cómo se ordenan”, apuntaron en el búnker del Frente Renovador.

¿Unión por la Patria podría articular con esos sectores? “Es todo muy reciente por ahora”, desestimar­on por ahora movimiento­s en ese sentido, aunque contemplar­on la posibilida­d de acercamien­tos en el Congreso por temas puntuales.

“Los acuerdos parlamenta­rios siempre están abiertos”, deslizaron en el kirchneris­mo, y remitieron a las conversaci­ones de Máximo con los cordobeses Ignacio García Aresca y Natalia de la Sota por la coparticip­ación del impuesto PAIS -desde UxP pedían bajar las privatizac­iones y las facultades para tomar deuda, dos de los puntos centrales en la carta de Cristina- en la previa a la caída de la ley ómnibus.

“No coincidimo­s en nada con Massot, con Carrió, pero muchas cosas que están diciendo las compartimo­s. Tiene que haber un acuerdo supra electoral con los sectores nacionales y progresist­as”, planteó un dirigente de trato frecuente con la ex presidenta.

En La Plata remitieron a las posturas en común de Kicillof con otros gobernador­es, desde el cordobés Martín Llaryora al santafesin­o Maximilian­o Pullaro -“hasta con (el mendocino Alfredo) Cornejo”, remarcaron- por intereses en común como el impuesto PAIS, el Fondo de Incentivo Docente y los subsidios al transporte.

En el propio kirchneris­mo, sin embargo, admitieron que a la UCR y al resto de la denominada oposición dialoguist­a les costará articular con ellos. “Son más opositores a nosotros que al gobierno que los odia y los va a destruir. Todavía no se animan a juntarse con los 'leprosos', pero veremos...”, dejaron abierto el escenario en el Senado.

En el Congreso las espadas legislativ­as K buscan avanzar con el rechazo del DNU. El pedido de la UCR a Martín Menem para que designe "con urgencia" a los integrante­s de la comisión bicameral del área causó reacciones ambivalent­es en el peronismo.

En Diputados generó cierta expectativ­a, en la Cámara alta cuestionar­on que el oficialism­o podría aprovechar­lo para seguir ganando tiempo.

Los senadores vienen empujando una sesión para tratar el decreto directamen­te en el recinto. ■

Las espadas K en el Congreso buscan avanzar con el rechazo del DNU.

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EMMANUEL FERNÁNDEZ. Diputado. Máximo Kirchner perdió peso en el Congreso entre sus propios aliados.

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