Funerales de Estado en Chile
El funeral del ex presidente chileno Sebastián Piñera tuvo un especial simbolismo para Chile y para América Latina, como una muestra de unidad nacional y amistad cívica, de una democracia que ha sabido madurar y en la que la alternancia en el poder y la convivencia política son consideradas un bien adquirido. Acaso la trágica circunstancia haya contribuido a la conmoción que produjo, cuando el pueblo chileno no terminaba de recuperarse del shock provocado por los incendios en la región de Valparaíso.
La descripción de la escena que hizo José María del Pino, corresponsal de Clarín en Santiago, resulta elocuente: “Suena el tono de la trompeta frente al Palacio de La Moneda. El presidente Gabriel Boric, de rictus solemne, está de pie solo en la puerta del Palacio y rinde honores al fallecido presidente Sebastián Piñera. La imagen es conmovedora y también, tristemente, toda una rareza”. Todo el arco político de Chile, de izquierda a derecha, además de familiares, seguidores y los célebres 33 mineros rescatados de un accidente durante su presidencia, despidieron a Piñera con una ovación, un largo aplauso de pie y con la entonación del himno nacional en la antigua sede del Parlamento chileno. El presidente Gabriel Boric estuvo presente y destacó que “fue un político que abrió camino a lo largo de toda su historia a una derecha liberal, democrática, abierta al diálogo”. “Fue un hombre que siempre puso a Chile por delante, que nunca se dejó llevar por el fanatismo y el rencor. Todos los que estamos en política debiéramos tomar nota de estas virtudes”, afirmó el mandatario, un adversario político de Piñera. La ex presidente socialista Michelle Bachelet destacó: “Hay algo que nadie podrá arrebatarle: las diferencias no lo incomodaban, su corazón liberal las alentaba”.
Este funeral de Estado con el que Chile despidió a su ex presidente es también el símbolo de una época que se va despidiendo, la de una generación de dirigentes que marcaron hitos en su historia reciente. Hace pocas semanas lo hizo el ex presidente Ricardo Lagos a través de un video en el que anunció, su retiro de la vida pública, a los 85 años. Una generación de dirigentes que forjó la transición a la democracia y fue capaz de aprender, enmendar y acordar sobre principios fundamentales por encima de sus diferencias ideológicas y conflictos políticos y sociales, deja un legado que trasciende las luces y sombras de cada uno de sus sucesivos gobiernos. Chile lo supo hacer.Y lo hace saber. ■