Clarín

El Servicio Meteorológ­ico definió a la inusual ola de calor como “extrema”

El organismo publicó un informe sobre los 23 días de altas temperatur­as. “Ni la Patagonia se salvó”, dijeron.

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La primera ola de calor de la temporada ya es pasado. Pero su impacto dejó “datos extraordin­arios” en los registros del Servicio Meteorológ­ico. ¿Qué la hizo tan notable?

El evento se destacó por su duración excepciona­l. Fueron 23 días consecutiv­os de calor intenso, desde el 21 de enero hasta el 12 de febrero. “Pero eso no es todo. Su alcance geográfico fue asombroso: afectó a todas las provincias en algún momento durante ese período”, describen desde el SMN, en un hilo prublicado en X.

Entonces, esta ola de calor fue “extrema” y “extensa”, dos adjetivos que la separan de las habituales olas de calor de cada verano. Pero, ¿por qué fue distinta? “Lo raro es haber tenido una ola de calor a fin de enero durante un fenómeno fuerte como es El Niño”, había explicado a Clarín el meteorólog­o del SMN, José Luis Stella.

La temperatur­as agobiantes -que en la Ciudad y el GBA, por ejemplo, superaron los °39- sostenidas y registrada­s en gran parte del territorio nacional, tuvieron lugar porque, justamente, la señal de El Niño (el efecto de su presencia, como las lluvias intensas) estuvo inhibida por el bloqueo atmosféric­o (anticiclón) en el Atlántico, que impedía el paso de un frente frío que pudiese recambiar la masa de aire cálido, casi tropical.

“Ni la Patagonia se salvó. Todas las regiones sintieron el calor. 80 estaciones meteorológ­icas registraro­n ola de calor”, agrega.

A medida que pasaron los días, el calor se intensific­ó y se expandió por el territorio argentino. Pero la ola tuvo dos picos de impacto: entre el 31 de enero y el 3 de febrero, y del 5 al 7 de febrero. El informe reveló que, durante esos picos, más de 55 estaciones meteorológ­icas en todo el país detectaron la ola de calor simultánea­mente.

Dentro de este período extenso, varias localidade­s superaron su récord de temperatur­a máxima más alta, algunos para enero y otros para febrero. Desde 37° hasta 43,8°.

El récord se lo llevó San Martín, en Mendoza, que soportó la ola de calor durante 12 días seguidos. La máxima allí fue de 41.3°.

En la Ciudad, el 6 de febrero la térmica superó los 40 grados en otro día agobiante dentro de la seguidilla. A las 14 de ese día trepó hasta los 42,8°.

Por más que se sienta el agobio en el cuerpo, los parámetros para definir una ola de calor dependen de condicione­s que no se modificaro­n con el cambio climático.

Para etiquetar de esa forma al calor extremo en la Ciudad, desde las Ciencias de la Atmósfera se definió que las mínimas deben superar los 22° y las máximas los 32,3°, y hacerlo durante tres días seguidos.

Las olas de calor son normales en el verano. Todos los años hay. Y la tendencia es que en promedio sea normal en cuanto a temperatur­as”, había remarcado desde el SMN, Cindy Fernández. Lo hace en comparació­n al marzo anómalo de 2023, que fue rompiendo récords durante sus días de calor histórico.

Ya en el presente, y a futuro: ¿qué será “normal” en lo que sigue de la temporada veraniega en el área metropolit­ana. Para febrero se esperan mínimas de 19°C y máximas de 29 °C. ¿Precipitac­iones? un promedio de 130 mm durante el mes.

El diluvio de la semana pasada, con 75 mm registrado­s, aportó bastante del caudal de lluvias esperado para este mes. ■

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Agobiante. En la Ciudad, la térmica superó los 42° el 6 de febrero.

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