Alperovich: declaró la abuela de la denunciante y dijo que “su valentía fue admirable”
La joven es sobrina del ex gobernador de Tucumán, que lo acusa de abuso sexual. Antes de trabajar con él, la familia le dijo que “la política era difícil”.
Tras los testimonios de los allegados, llegarán los de los peritos.
El juicio contra el ex gobernador de Tucumán, José Alperovich, se reanudará el próximo lunes y continuará con testigos de la fiscalía y de la querella que buscarán describir el contexto en el que se encontraba la víctima durante los periodos en los que trabajó junto a Alperovich.
La joven que denunció al tucumano era hija de un primo del entonces senador y nieta de un íntimo amigo suyo. Por eso llegó a trabajar como su asistente mientras era senador nacional.
“Su familia le advirtió que la ‘política era difícil’ antes de empezar
a trabajar. Pero la garantía de confianza, contaron, era José, que era alguien de la familia. Ese vínculo le permitió explotar esa cercanía”,
confiaron sus abogados en línea con la acusación.
El juicio, llevado adelante por el Tribunal Oral en los Criminal (TOC) N° 29 a cargo del juez Juan Ramos Padilla, concretó anteayer su segunda audiencia con el testimonio de cinco testigos, familiares de la víctima, que relataron el calvario que atravesaba la joven, de la que se preserva su identidad para resguardarla.
La semana que viene continuarán declarando familiares y amigos, aunque no está definidos quiénes son porque la mayoría están en Tucumán y deben organizar la logística de las citaciones.
Se prevé que luego de una larga tanda de testigos del entorno, declararán peritos y psicólogos que acompañaron a la joven durante el proceso previo a la denuncia. Y luego personas del equipo de campaña de Alperovich y del Senado de la Nación, testigos de diferentes situaciones vinculadas a los abusos.
Alperovich no fue a su propio juicio y decidió verlo por videollamada, con autorización del tribunal. Según publicó Télam, tomaba mate y fumaba mientras escuchaba a los testigos.
En concreto, lo acusan por tres hechos de abuso sexual -dos en grado de tentativa- y seis de violencia sexual agravada. Los ataques denunciados ocurrieron entre 2017 y 2018 en la Ciudad de Buenos Aires y en la provincia de Tucumán.
La víctima actualmente está embarazada y tiene 33 años. Según denunció, los abusos ocurrieron cuando tenía 27 años. Para preservar su proceso de gestación y puerperio, está autorizada a no presenciar las audiencias, aunque puede hacerlo por zoom cuando desee.
La abuela de la joven, una tía, una “prima hermana”, una amiga y el marido de una prima, fueron los que declararon este jueves. Sus nombres no se difunden para no identificar a la presunta víctima.
Los relatos coincidieron e hicieron referencia al deterioro físico que sufrió la joven mientras trabajaba con el ex senador.
El vínculo entre ellos empezó gracias a una amistad del político tucumano con el abuelo de la víctima. La esposa fue la primera testigo: “Era una chica muy activa, muy eficiente y creativa”, describió a su nieta.
Al mismo tiempo, una tía indicó que fue transformándose durante ese período:“Bajó muchísimo de peso. Es muy alta y pesaba 50 kilos, que es un peso patológico. Se le caían las uñas, el cabello, temblaba. Tenía síntomas de ataque de pánico”.
Todos coincidieron en que no sabían de los abusos porque la joven se atrevió a denunciarlos cuando renunció.
“No lo podía creer. Mi marido era como un padre para él… él era un hijo más. (...) No podía creer que se haya olvidado de que (...) era la nieta de ese hombre que trataba como un padre”, analizó la abuela de la joven respecto del vínculo que tenía su marido con el ex senador.
Y reconoció el coraje y la ayuda que necesitó para denunciar y afrontar el juicio: “Hoy la admiro porque su valentía fue impresionante. Se fue preparando, estuvo con una psicóloga”.
Pablo Rovatti es el abogado que acompaña a la joven denunciante durante el juicio. Ella decidió declarar durante la primera jornada, sin la presencia de Alperovich en la sala, y sin público.
En diálogo con Clarín Rovatti explicó: “Por un lado es importante porque contaron y narraron cómo fue el proceso de relatar lo que había pasado. La mayoría dijo que trataban de no entrar demasiado en detalles, para no hacerle repetir lo que había sufrido. Pese a eso, hubo detalles que fueron escabrosos. Por ejemplo, estrategias usadas por la víctima para evitar que Alperovich la manoseara en el auto”.
Este punto hizo referencia a un testimonio que describía escenas, confiadas por la víctima, en las que fingía tener su periodo menstrual para escapar de los abusos.
“Es ridículo creer que esa pueda ser una historia inventada, sostenida durante seis años y contada con ese nivel de detalle, pensar que una persona de repente invente y quiera ensuciar a Alperovich”, analiza Rovatti.
La estrategia de la defensa de Alperovich es desprestigiar el relato de la víctima y desviar la acusación adjudicándolo a una “operación en su contra para enterrarlo políticamente”. Su relato apunta contra una victimización por una estrategia electoral pero los testimonios de esta jornada desmienten esa versión, igual que el relato preciso y sostenido de la víctima.
En esa línea, Adrián Sosa, uno de los abogados del tucumano, consideró que hubo “varias inconsistencias de la denunciante”.
“Esperamos que el proceso concurra como tiene que ser, que se cumpla con los testigos, que el juez escuche a los testigos y las exposiciones de los peritos”, consideró.
La parte acusadora está en manos del titular de la Fiscalía General N° 27 ante los TOC, Sandro Abraldes; la defensa está encabezada por Augusto Nicolás Garrido y Adrián Sosa, y la querella, por Pablo Rovatti y Carolina Cymerman, del Programa de Asistencia y Patrocinio Jurídico a Víctimas de Delito de la Defensoría General de la Nación.
La próxima audiencia tendrá lugar el lunes a las 10, en la sede judicial de Paraguay 1536.
La acusación contra Alperovich realizada a fines de 2019, los abusos y ataques juzgados se produjeron entre el 14 de diciembre de 2017 y el 26 de marzo de 2018, en las localidades de San Miguel de Tucumán y Yerba Buena; y en un departamento del barrio porteño de Puerto Madero.
En mayo de 2022, la Fiscalía había considerado que “en todos los casos, mediando para su comisión intimidación”, el ex senador “abusó de una relación de dependencia, de poder y de autoridad”. ■