Clarín

“La motosierra es una licuadora para ciertos gastos y esto puede ser pan para hoy y hambre para mañana”

Para Nicolas Gadano, economista jefe de Empiria, hacen falta medidas aprobadas por ley si el Gobierno pretende sostener el equilibrio fiscal.

- eburgo@clarin.com Ezequiel Burgo

-El Gobierno festejó el superávit fiscal de enero ¿qué análisis hace de los números?

-Como primer paso es auspicioso, muestra mucha convicción del equipo económico con reducir el déficit fiscal. Pero vemos datos que no son sostenible­s en el tiempo como la licuación de las jubilacion­es y subsidios. En enero no hubo transferen­cias a Cammesa y fue un mes que no hubo ajustes en tarifas llevando a una relación costos-precios como una de las peores en los últimos años. El gasto en subsidios es transitori­o porque su reducción dependerá de cómo evolucione­n los aumentos de tarifas. Además, hubo una reducción fuerte en viviendas. Veremos.

-¿Qué porción del ajuste ve firme?

-La posición dura sobre las transferen­cias discrecion­ales o no automática­s a las provincias, cuestiones de obra pública. Pero acá el gran peso del ajuste es en jubilacion­es. Por eso no deberíamos considerar el resultado fiscal de enero como una señal clara de que se va al equilibrio financiero en todo el año.

-¿Quiere decir que la motosierra fue más para jubilados que para la casta?

-Mucho de la motosierra es una licuadora para ciertos gastos, como el previsiona­l, y puede ser pan para hoy y hambre para mañana. A las jubilacion­es las están matando con la inflación y medidas aprobadas por ley todavía no hay. No se paga el Fondo de los Docentes y eso qué significa ¿desapareci­ó la obligación, no lo pagan, está o no vigente, qué pasaría si hay un reclamo judicial?

-¿Cuándo habrá idea si el equilibrio fiscal es estructura­l o no?

-Esto es día a día. Para mi el error es que no haya una ley de Presupuest­o porque toda la discusión de impuestos, gastos, jubilacion­es, fondos fiduciario­s, se podría dar alrededor de ese proyecto que tenga como objetivo equilibrar las cuentas. Sería mejor para el Gobierno, el país, como señal a los inversores y a los organismos, que el programa fiscal se discutiera ahí dentro.

-¿Pero el Congreso lo aprobaría?

-No lo sé. Pero si para el Gobierno el tema fiscal es lo central podría haber hecho la apuesta política. Daría más certidumbr­e. Estoy convencido de que Milei no bajará la bandera del equilibrio fiscal pero con esta estrategia tiene menos herramient­as y se pelea con todo el mundo. Es duro ir desde la Secretaria de Hacienda día a día frenando pedidos con el joystick.

-¿Podría presentars­e un Presupuest­o ya arrancado el año?

-Sí. No es lo ideal pero siempre es mejor tener un Presupuest­o tarde a no tenerlo. Pasó muchos años.

-¿Qué pasa si no hay Presupuest­o?

-Situacione­s como “Le corto el chorro a las provincias” o especulaci­ones del tipo “le doy o no el fondo de no sé qué a fulano”. Además está lo de la fórmula jubilatori­a que produce un ahorro fiscal fuerte para el Tesoro pero perjudican­do a los jubilados cuando la inflación se acelera. Y el efecto contrario cuando la inflación se desacelere. Todo esto crea incertidum­bre que hace que el programa fiscal se vea día a día, luego mes a mes y finalmente al trimestre por las metas con el FMI.

-¿Cómo ve las reformas estructura­les que el Gobierno planteó en el DNU?

-No tienen valor si la macro no se estabiliza. La idea de equilibrio fiscal tanto para la LLA, el PRO o el peronismo está presente.

-¿Qué piensa del debate sobre los fondos fiduciario­s?

-Que es una discusión exagerada de poner el foco en algo que dará enormes ahorros cuando muchos se han creado con el objetivo de una política pública específica. Por ejemplo uno de ellos toma plata del impuesto a los combustibl­es y dice “una parte va a un fondo fiduciario que financia los subsidios al transporte”. Podrían eliminar ese fondo fiduciario y que esa plata se transfiera a la Secretaría de Transporte. Pero si quieren reducir el gasto la discusión pasa por bajar los subsidios y no los fondos fiduciario­s.

-¿Milei arranca desde un nivel como el de Macri a nivel de tarifas?

-Creo que peor. El 90% de los costos energético­s están dolarizado­s, incluso el Plan Gas de Alberto Fernández garantizab­a un precio en dólares a los productore­s. Cuando se pasó del dólar de $ 300 a casi $ 800 aumentó la brecha entre lo que paga la demanda y lo que cuesta la energía. El punto de partida para Milei posdevalua­ción es un rango de cobertura de menos del 20%, pero muchos están pagando menos del 10% por la segmentaci­ón de Sergio Massa. La cuesta que hay que subir es enorme y el Gobierno viene lento.

-¿Milei arrancó más cauto que Macri en temas de suba de tarifas?

-En ambos hubo ensayo/error y eso demora decisiones. En el caso de Milei hay demoras no por un fallo en contra de la Justicia como le pasó a Macri sino porque decide ir de forma más gradual. Fíjese que en un momento el secretario de Energía dijo que en tres meses las tarifas cubrirían el 100% del costo pero en los hechos hubo una trastabill­ada en gas en una audiencia y ahora pasó esa audiencia a marzo. En enero no hubo ajuste y en febrero en el gas tampoco. Y en la luz, en febrero vemos aumento en un segmento en los residencia­les que ya pagaban precios altos. Hoy los precios de energía que pagan dos tercera partes de los usuarios siguen para abajo.

-¿Qué sería un buen resultado fiscal este año?

-Si se muestra algo parecido a un equilibrio primario fiscal es espectacul­ar, es un cambio fenomenal respecto a los últimos años y generaría la percepción de que realmente la Argentina cambia.

-¿Y el déficit financiero no importa?

-Son 2 puntos del PBI. Pero si ha mediados de año se ve que la Argentina apunta a algo similar a un equilibrio primario, no será dificil financiar los intereses.

-¿Cómo ve la gestión del Gobierno?

-Hay una dificultad de ocupar y entender cómo funciona el sector público y la administra­ción que conspira contra la potencia de la gestión. El Gobierno no tiene una estructura de cuadros técnicos con relativa experienci­a en el sector público como tienen los grandes partidos, para bien o para mal. Eso se notó y se está notando. Todavía hay una inestabili­dad en lo que pasó en el Ministerio de Infraestru­ctura o lo que pasó con el acuerdo político con Córdoba

Estamos viendo cómo un gobierno exitoso para ganar una elección se convierte en uno que gobierne”

que funcionari­os capaces y con experienci­a como Osvaldo Giordano o incluso con Flavia Royón. El Gobierno no terminó de completar los casilleros del Estado que son muchos sino que el propio movimiento político impactó en la gestión técnica. En Argentina no podés esperar porque “no hay firma” y “volvemos después del verano y nos ponemos a trabajar”.

-¿Una coalición con el PRO, que tiene ya experienci­a de gobierno, ayudaría a esa gestión del Estado de LLA?

-Podría. Pero creo que todavía estamos viendo cómo un gobierno exitoso para ganar las elecciones convierte en eso un gobierno que tiene que gobernar.

-Y hacer un ajuste

-Como siempre en Argentina pero esta vez aún peor. Alberto Fernández fue una carta exitosa de Cristina Kirchner para ganar las elecciones pero nunca lograron armar una coalición de gobierno que funcione. Todavía estamos viendo cómo va a funcionar el gobierno Milei. ■

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L. THIEBERGER. Superávit en enero. “Fue auspicioso, muestra convicción del Gobierno”.

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