Una lista de muertes sospechosas entre los enemigos del Kremlin
Quien toca los hilos del poder de Vladimir Putin muere en Rusia. Aquí, un recuerdo de algunos de los opositores del zar del Kremliin que fueron víctimas de agresiones misteriosas, envenenados y asesinados en emboscadas.
Alexander Litvinenko era un agente del servicio secreto ruso que dejó el cargo al acusar a Putin de ser el instigador de asesinatos y ataques de la inteligencia para consolidar su poder. Refugiado en Londres, murió tras una larga agonía en noviembre de 2006, tres semanas después de beber té con polonio-210 altamente radiactivo. Litvinenko, desde su lecho de muerte, señaló al Kremlin.
Algunas semanas antes fue asesinada en Moscú la periodista de investigación Anna Politkovskaya. También ella había denunciado que había sido envenenada, en 2004, con una sustancia diluida en el té que, sin embargo, no logró su objetivo. En sus coberturas de Chechenia había denunciado los abusos y los crímenes del ejército ruso. Fue hallada en el ascensor de su edificio, muerta con disparos de arma de fuego el 7 de octubre de 2006, el día del cumpleaños de Putin.
Boris Nemtsov fue ejecutado de la misma manera el 27 de febrero de 2015. En una emboscada en la calle, cerca del Kremlin. Cinco chechenos fueron condenados, pero el instigador permanece en el misterio. Nemtsov, viceprimer ministro de origen liberal en la década de 1990 durante la presidencia de Yeltsin, se había convertido en uno de los principales rivales de Putin en el Parlamento.
Luego, en agosto pasado, un avión en el que viajaba Yevgney Prigozhin, ex socio del zar que se convirtió en el controvertido líder de las milicias de Wagner, protagonista de una marcha armada hacia Moscú en junio que hizo temer un golpe interno, se estrelló en el cielo entre Moscú y San Petersburgo. No está claro si un misil impactó en su avión.