Central recuperó la sonrisa aunque lo que más le interesa es lo que se le viene
El equipo rosarino, que venía de perder, celebró ante Gimnasia aunque ya piensa en el clásico contra Newell’s.
Practicamente toda la fecha tiene la cabeza puesta en la próxima, la de los clásicos. El partido que se jugó en Rosario no fue la excepción y para los dos entrenadores fue casi la puesta a punto para llegar en plenitud al partido que se juega por los tres puntos y también por el orgullo. Por eso, tanto Miguel Angel Russo como Leonardo Madelón presentaron sus equipos pero se guardaron algunos jugadores para la semana próxima.
De los dos, fue Central el que hizo limpiar su imagen tras la derrota ante Independiente y ya tiene la cabeza puesta en Newell’s. Gimnasia, en cambio, se perdió la oportunidad de meterse de lleno en el grupo de los equipos que pelean seriamente por la clasificación a los play offs. Herido, tiene que pensar en Estudiantes para reinventarse en esa pelea.
Central hizo la diferencia rápidamente: tiro libre de Jonatan Gómez desde la derecha y cabezazo franco de Carlos Quintana a los 6 minutos de juego. Casi como si hubiese saldado el gol que le anularon la fecha pasada ante Independiente en los minutos finales.
El segundo llegó con una pelota que recuperó Elías Ocampo que pudo aguantar y puntear para Luca Martínez Dupuy que entró en diagonal al área. Allí la controló entre su marca y logró sacar un remate bárbaro con el empeine que descolocó a Insfrán. Una perlita que se pudo captar del festejo: el autor del gol y su asistidor celebraron frente al banco de los suplentes donde estuvieron sus compañeros ante un inmutable Jaminton Campaz, relegado al rol de sustituto por quien acababa de ampliar la diferencia.
El descuento llegó justo a tiempo por una irresponsabilidad de Damián Martínez que poco antes de que se terminara la etapa inicial le hizo una falta en el área a De Blasis que no fue advertida por el árbitro, pero sí en Ezeiza. Facundo Tello fue convocado a la pantalla y advirtió la acción y amonestó al defensor y le dio el penal a Gimnasia, que pateó el volante que festejó el descuento. ¿Por qué fue amarilla y no roja? Porque el árbitro interpretó que De Blasis no tenía la pelota controlada.
La segunda parte tuvo menos situaciones que la primera. Central no arriesgó tanto como sí lo hizo Gimnasia, que por momentos logró acorralar al rival. De todos modos ninguno talló la diferencia. Para colmo, la cancha volvió a sentir los tapones y en varias acciones volvieron a desprenderse panes de pasto: aunque el campo no lució tan estropeado como en la segunda fecha ante Banfield, tuvo sectores que parecieron minados.
Pero ni para Central ni para Gimnasia lo que importa pasó ayer. No hay, desde el pitazo final de Tello, otra cosa que lo que suceda en una semana en el el Marcelo Bielsa o en el Bosque, escenarios para los clásicos rosarino y platense, respectivamente. En lo que verdaderamente se piensa.w