Messi es el mágico imán de una MLS que pone primera
El crack jugará hoy a las 22 el partido inaugural de la liga de Estados Unidos. Inter Miami, también con Suárez, Alba y Busquets, recibirá a Real Salt Lake.
El sol siempre brilla en Florida. No hay mosquitos como en Buenos Aires y el viento sopla con ganas, incomoda un poco y obliga a usar un abrigo. El mar pega de lleno contra la invernal, aunque templada, arena de Fort Lauderdale, la bonita ciudad costera al norte de Miami que eligió Lionel Messi para transitar su recta final como showman del fútbol mundial. Sin embargo, a pesar de que el retiro asoma, su magia y su magnetismo están intactos a horas de que la MLS levante el telón de la temporada 2024. La primera función será hoy a las 22 de la Argentina -dos horas más que acá-, cuando Inter Miami reciba a Real Salt Lake en el Chase Stadium.
El estadio cambió el naming. Dejó de ser DRV PNK, producto de un acuerdo con la automotriz AutoNation, para pasar a tener el auspicio del banco más grande de Estados Unidos y una de las mayores empresas financieras del mundo. Y eso también es producto del impacto de Messi.
El imán Messi, ese que llevó al club a hacer una intensa y controvertida gira por Asia con apenas cuatro años de existencia y dos de competencia, no se observa en las calles de la ciudad. Pero sí se empieza a palpar el furor por Leo cuando uno se va acercando al estadio. Tiene lugar para 21.500 espectadores, pero luce imponente por dos factores nada menores: está hecho de estructuras tubulares porque estaba imaginado como una cancha temporal y se levantó en apenas ocho meses.
A su lado se erige la ciudad deportiva. El campo de entrenamiento no tiene nada que envidiarle a los mejores clubes de Europa. Instalaciones para las divisiones formativas y para el plantel profesional. Allí asomó Lionel Messi pasadas las 10. Fue un entrenamiento que comenzó con un “puente chino” para Franco Negri por su 29° cumpleaños -recibió luego un efusivo abrazo del capitán Leo- y siguió con movimientos livianos para esperar el partido contra Real Salt Lake, dirigido por Pablo Mastroeni, un mendocino que no sólo brilló en la MLS “prehistórica” sino que hasta llegó ser capitán de la Selección de Estados Unidos.
Jordi Alba, el eterno socio del desborde y el centro atrás, avisó que esta temporada Inter Miami irá por todo. “La idea es ganar todo lo que juguemos. No será fácil, pero eso es lo que queremos. Por eso seguimos jugando. Si no, nos quedaríamos en nuestras casas”, enfatizó el defensor catalán en una rueda de prensa con 25 periodistas. También entregó tranquilidad por la salud de Messi y Luis Suárez, quienes dosificaron energías durante la gira por Asia. “Estamos todos bien”, remarcó.
De eso justamente habló un sonriente Gerardo Martino. “La gira obligó a un equilibrio entre lo comercial y lo deportivo. Y creo que sacamos un aprobado, aunque estimo que recién entre la tercera y cuarta fechas encontraremos nuestra mejor versión”, avisó el Tata distendido y convencido de que en Miami disfruta de ser entrenador y nada más que entrenador. Un Martino distinto al que tenía la guardia alta y peleaba contra los periodistas mexicanos y que hasta bromeó por sus shorts que eligió para entrenar y el frío. “Está fresco, pero me dio fiaca cambiarme”, resumió con la argentinidad a pleno.
El imán Messi se ve también de las rejas para afuera en el estadio. Un puñado de móviles en vivo transmiten desde el estacionamiento XXL. Algo impensado para cualquier equipo de soccer hasta la llegada del crack rosarino. Pero lo más curioso es la peregrinación de fanáticos que se acercan al lugar para sacarse selfies con la esperanza de que el capitán de la Scaloneta se asome. Por qué no tener la misma suerte que esa familia de argentinos que lo persiguió hasta conseguir que le firme una camiseta.
Messi es Dios en Miami y alrededores. Genera devoción. Y no sólo entre los fans. Es el combustible espiritual de un equipo que sueña con establecer una dinastía. “Leo hace cotidiano algo que es imposible: jugar siempre bien. Lo hace en los partidos y también en los entrenamientos. Lo normal es algunos días jugar bien, otras veces regular y algunas mal. Él siempre está al máximo. Y no para de sorprender. Ayer metió un golazo en el entrenamiento y sus compañeros pararon para aplaudirlo”, le reveló a Clarín el argentino Javier Morales, uno de los asistentes de Martino.
Eso es Messi. En Argentina, en Barcelona y en Estados Unidos. El anfitrión es el mejor showman que se puede conseguir. Aunque pasen los años.w