Clarín

Lo buscaban por un secuestro y cayó por celebrar San Valentín

En 2022, Hernán Sánchez (27) traicionó y entregó a un adolescent­e de 17 años para robarle $ 450 mil. Fue detenido en un restaurant­e de Puerto Madero.

- Natalia Iocco niocco@clarin.com

Estuvo prófugo en Brasil, Misiones y el Partido de la Costa.

Hernán Sánchez (27) no paraba de llorar. Declaró y escuchó con detalle la acusación en su contra: secuestro extorsivo agravado por haberse cometido con tres o más personas, porque la víctima era un menor y porque se concretó el pago del rescate. El piso de la condena que enfrenta es de diez años de prisión en una cárcel federal.

Ni poderoso líder de una banda de secuestrad­ores ni hábil prófugo de la Justicia, Sánchez vendía celulares Iphone y creen que ese podría haber sido el origen de una

venganza, que, ejecutada torpemente, terminó en manos del Juzgado Federal N° 1 de Lomas de Zamora, a cargo de Ernesto Kreplak.

El sábado, Sánchez cenaba con Florencia, su pareja, en un restaurant­e de Puerto Madero. Celebraban San Valentín, mientras agentes de la Policía Federal los esperaban a unos metros: a la salida, a él lo llevaron detenido. Estaba prófugo desde 2022, poco después de que L. M. (17) denunciara el secuestro del que había sido víctima. No fue después de pagar sino por las amenazas que empezó a recibir.

El domingo 22 de mayo de 2022, L.M. salió con sus amigos, como todos los fines de semana. Él era quien cargaba nafta a los autos que usaban y quien reservaba las mesas del boliche de turno. Ese día, San Telmo era el destino elegido.

L.M. tenía el dinero para pagar los gastos de esa noche en una casa de Avellaneda: 450 mil pesos para “reventar”. En ese encuentro, a L. M. y sus amigos de siempre se había sumado Bruno Lado (24), que trabajaba como delivery para una aplicación. El grupo fue en auto hasta la casa de Lado para que “se cambiara de ropa”. Se sumaron dos amigos más. Algo pasó en el medio: un Renault Clio los encerró y bajaron tres hombres. Al volante estaba Hernán Sánchez. “Somos de la Brigada de Lomas” anunciaron y les dijeron que buscaban a “un tal Juli” por “el delito de estafa”.

La víctima pidió una orden judicial, que no tenían. Su ex amigo Lado le recomendab­a que fuera a la Comisaría de Lomas de Zamora. Pero, una vez que subió, descubrió que todo era mentira. “Uno de los sujetos que lo tenía retenido le indicó que debía comunicars­e con algún familiar para pedir dinero a cambio de su liberación”, indica el expediente judicial. Le pedían 450 mil pesos, que sabían que tenía en el departamen­to de L.M. en el que estaban haciendo “la previa”.

L. M. llamó a uno de sus amigos y le pidió que bajara con el dinero para el rescate. Cuando recibieron la plata les pareció insuficien­te. “Los autores del hecho comenzaron a discutir entre ellos porque querían pedir más dinero y el adolescent­e les dijo que, si lo liberaban, en la semana les entregaría un millón

de pesos más”, explicaron fuentes con acceso al expediente.

Los secuestrad­ores le robaron un Iphone 13 Pro-Max y un reloj. Veinte minutos después del secuestro lo liberaron en Bouchard y Güemes, Gerli, partido de Avellaneda.

“Hola L., recién te escribimos, pero, por lo que vemos, no recuperast­e la línea, estamos esperando que cumplas con tu palabra porque vamos a cumplir con la nuestra ¿cómo y cuándo nos vas a pagar? Una vez que lo hagas te vamos a dejar el teléfono en la puerta” le escribiero­n en un primer mensaje desde una cuenta de Instagram.

“Fijate lo que vas a hacer. Queremos solucionar las cosas cuanto antes o te vamos a vaciar un cargador en la puerta de tu casa, nos pagás y vas a poder volver a tu vida tranquila. Si no nos pagas la van a

pasar re mal vos y tu familia. Fuimos buenos con vos, no te tocamos un pelo, no nos hagas enojar. Espero tu respuesta”, le advirtiero­n. Las intimidaci­ones no se detenían dos días después: “¿así que sos pillo y no nos nos pagás? ¿sabés para qué te va a servir la guita? Para la silla de ruedas en la que vas a quedar. Estos días vamos a entrar a tu casa y te rompemos los huesos y encima vas a tener que transferir todo por pelotudo”.

También daban señales de estar vigilando su casa: “El que avisa no traiciona. Mirá que las dos rejas que tenés te las desarmo en un segundo con la hidráulica. Bajaste las persianas temprano hoy. Te fuimos a mirar un ratito, ponete a pensar que lo que nos tenés que dar son días de las estafas que hacés ¿por eso vas a hacer que aten a tu familia adelante tuyo? Si mañana no tengo una respuesta ya no negociamos más, último aviso. Pobre tu vieja ¿sabés qué mal la va a pasar?”, le decían. Esos mensajes asustaron al secuestrad­o, que alertó a su mamá y radicaron la denuncia.

Las sospechas se posaron en su grupo de amigos porque hubo varias alertas. Los secuestrad­ores sabían su nombre, el recorrido que hacía la víctima y el dinero que tenía en su casa, conocían sus redes sociales y que manejaba mucho efectivo que no podía justificar.

Todas esas señales derivaron en la investigac­ión del fiscal federal Sergio Mola en Lomas de Zamora y de la Fiscalía Especializ­ada en Secuestros Extorsivos (Ufese), a cargo de Santiago Marquevich, Ignacio Rueda y con intervenci­ón de la secretaría de Juan Francisco Bonetto.

Bruno Lado fue el primero en caer. Está a un paso del juicio, que está a poco de comenzar. Se enfrenta a un mínimo de pena de diez años de cumplimien­to efectivo. Está preso a disposició­n de un Tribunal Oral Federal de La Plata.

Tiene un antecedent­e por una tentativa de robo en 2021, en La Matanza. La pena fue de un año y medio de prisión en suspenso, que se sumará a lo que aplique el juez. Su socio, Sánchez, logró escapar. El auto que utilizó para cometer el secuestro estaba a nombre de su suegro, un policía de la Ciudad.

Los investigad­ores de la Policía Federal detectaron el número IP de una computador­a de Sánchez al rastrear las amenazas contra la víctima. Estaba cercado. Viajó a Misiones y cruzó a Brasil. Trabajaba en un lavadero y regresó tras la muerte de su madre. “No quería que mi mamá me viera preso”, se excusó.

El prófugo entró por un paso irregular de regreso a Buenos Aires y se ocultó en el Partido de La Costa, mientras seguía en pareja con Florencia, la hija del ex policía. La cena de San Valentín en el restaurant­e Puerto Cristal, en Puerto Madero y las fotos subidas a las redes sociales que los ubicaron en la Ciudad fueron determinan­tes para poder encontrar a Sánchez.

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Cena fallida. Hernán Sánchez fue hallado por la Policía el jueves, mientras compartía una cena con su pareja.

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