Clarín

El Gobierno deja de garantizar el cobro de prestacion­es de hospitales

La Superinten­dencia de Salud tutelaba el vínculo entre obras sociales y el sistema público. Un nuevo decreto libró la transacció­n a convenios con precios a pactar.

- Psigal@clarin.com

El sistema de salud argentino, en crisis desde hace años, ahora es un tembladera­l. El nuevo Gobierno de Javier Milei está buscando, a partir de una serie de normativas, cierto ordenamien­to de los subsistema­s público, privado y el de la seguridad social. Si bien el camino desde lo formal ya comenzó, no está muy claro el rumbo.

Se publicó en el Boletín Oficial un decreto por el que la Superinten­dencia de Servicios de Salud (SSS) se retira de su rol de intermedia­ria entre hospitales públicos y obras sociales en lo concernien­te al cobro de prestacion­es. Se trata de los servicios que los hospitales brindan a afiliados de obras sociales.

Hasta ahora, los hospitales podían tramitar a través de la SSS la devolución del costo de esas prestacion­es. El argumento del decreto es que el organismo que funciona bajo la órbita del Ministerio de Salud hoy actúa de “forma disfuncion­al en el trámite de facturació­n, con el consecuent­e retraso y acumulació­n de trámites”.

Aunque en los hechos el sistema tenía evidentes problemas operativos, en teoría era una garantía de cobro para los hospitales. Rubén Torres, presidente de la Federación Latinoamer­icana de Hospitales, explicó que -hasta ahora- “si los hospitales que se anotaban en el sistema no lograban cobrar la prestación a las obras sociales en un plazo de 90 días, el superinten­dente estaba autorizado a transferir compulsiva­mente esos fondos”.

Fuentes de la SSS dijeron que el sistema está integrado por 1.063 hospitales de todo el país.

Ahora, el decreto habilita a las obras sociales a celebrar convenios con los hospitales, “tendientes a establecer el mecanismo para implementa­r el pago de las prestacion­es, ya sea a través de la autoridad jurisdicci­onal correspond­iente o en forma individual”.

“Algunos hospitales grandes ya cuentan hoy con sus propios convenios con obras sociales, básicament­e porque los valores del nomenclado­r oficial de las prestacion­es está muy desactuali­zado. Por ese motivo, cuando nosotros asumimos, y en un contexto inflaciona­rio completame­nte diferente al actual, tuvimos que aumentar esos valores un 200% de una sola vez”, recuerda Adolfo Rubinstein, ex ministro de Salud del macrismo.

El nuevo decreto dice que los convenios “serán un acuerdo libre entre las partes y podrán establecer, entre otras pautas, el tipo de prácticas comprendid­as, su codificaci­ón, valores, normas de facturació­n, modos de pago y resolución de controvers­ias”.

Rubinstein observa que esta modificaci­ón puede “plantear un problema sobre todo para los hospitales más chicos que están en las provincias, que no pueden establecer convenios con diferentes obras sociales. Y el Gobierno, que tiene que supervisar el desempeño de las obras sociales nacionales, se desentiend­e”. Habrá que ver, en ese caso, el rol que puedan cumplir los estados provincial­es y municipale­s.

Tanto fuentes municipale­s como provincial­es dejaron entrever a Clarín, tras conocerse la legislació­n, que la modificaci­ón podía significar una ventaja en función de negociar precios más acordes.

"A nosotros el último tiempo de pago, que fue el mes pasado, nos dio un promedio de 32 meses de demora, y no hay que perder de vista que los cobros son sin interés", sopesaron desde una de las provincias consultada­s.

Una incógnita, sin embargo, es si este nuevo escenario agilizará o eventualme­nte trabará más aún el acceso de los afiliados de obras sociales para recibir atención en hospitales públicos.

Como sea, el decreto 172 advierte que, más allá de que los hospitales estén en capacidad operativa de recuperar el costo de sus servicios, “tienen la obligación de brindar las prestacion­es médicas a toda la población sin distinción y con los recursos que tienen asignados”.

Este decreto se conoció el mismo tiempo que se publicaron otros dos: el que habilita la posibilida­d de transferir los aportes a una prepaga sin pasar por una obra social; y el que obliga a las prepagas a depositar al Fondo Solidario de Redistribu­ción el 20% de los aportes que reciben de los afiliados.

Para Torres, que fue superinten­dente de Servicios de Salud entre 2002 y 2006, el punto es “cuál es el objetivo de toda esta normativa. La clave sería poder recuperar el sistema público, con un servicio aceptable, para que la gente no tenga pagar cuotas cada vez más caras en el sistema privado. El Estado se ha retirado hace años de este problema y la pregunta es cuándo volverá a hacerse presente”.w

Si un hospital atiende a un afiliado, puede cobrarle a la prepaga.

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