El jefe del Mossad llegó a París para destrabar un acuerdo de tregua en Gaza
La delegación de Israel busca alcanzar un consenso con Hamas para un alto el fuego y la liberación de rehenes.
Una delegación israelí, encabezada por el jefe del Mossad, el servicio de inteligencia exterior, viajó ayer a París con la esperanza de “desbloquear” las conversaciones para una nueva tregua con Hamas en la Franja de Gaza, según medios israelíes.
El jefe del Mossad, David Barnea, y el Shin Bet (servicio de inteligencia interior), Ronen Bar, volaron el viernes a la capital francesa, según las mismas fuentes. París se convirtió así, junto con El Cairo y Abu Dhabi, en el centro de estas peregrinaciones para conseguir un alto al fuego humanitario y la liberación de los rehenes israelíes y extranjeros que están en manos de Hamas desde el brutal ataque en Israel el 7 de octubre pasado.
A finales de enero, el jefe del Mossad se reunió en París con sus homólogos estadounidense y egipcio y con el primer ministro de Qatar para discutir un nuevo acuerdo para un alto el fuego en Gaza.
Una primera tregua de una semana permitió, a finales de noviembre , la liberación de más de un centenar de rehenes en manos de Hamas y de 240 palestinos encarcelados en Israel. Una fuente de Hamas dijo que el plan discutido en París a finales de enero incluía una pausa de seis semanas en los combates y la liberación de 200 a 300 prisioneros palestinos, a cambio de 35 a 40 rehenes en poder de Hamas. En total, quedan más de 130 personas secuestradas en manos de los extremistas.
Desde entonces, se han mantenido conversaciones también en Egipto. El líder de Hamas, Ismaïl Haniyeh, realizó una visita de “varios días” a El Cairo que terminó el jueves, informó el movimiento islamista palestino. Según Hamas, las discusiones se centraron en la situación en Gaza, el “fin de la agresión israelí”, el “regreso de los desplazados a sus hogares” y un “intercambio de prisioneros”.
El movimiento palestino lleva semanas exigiendo un “alto el fuego completo” y la retirada de las fuerzas israelíes de Gaza.
Estas son exigencias consideradas “delirantes” por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, cuyo gobierno está abierto a una pausa en los combates pero afirma querer continuar en última instancia su operación militar para “aniquilar” a Hamas.
Netanyahu también se opone a la liberación de los prisioneros que participaron en ataques antiisraelíes, como pide Hamas. El grupo extremista exige ahora la liberación de Marwan Barghoutti, preso desde hace dos décadas en Israel.
Las familias de los secuestrados temen que el gobierno ultraderechista israelí lance su ofensiva sobre Rafah, en el sur de la Franja, y convierta a los rehenes en “daño colateral”.
La guerra se desencadenó el 7 de octubre por un ataque sin precedentes en Israel por parte de comandos de Hamas infiltrados desde Gaza, que mataron a más de 1.160 personas, la mayoría civiles.
En represalia, Israel prometió destruir a Hamas, que tomó el poder en 2007 en Gaza. Lanzó una ofensiva aérea, terrestre y marítima que dejó más de 29.000 muertos y 60.000 heridos en el territorio palestino, la gran mayoría civiles, según el Ministerio de Sanidad palestino. ■