Clarín

“Sigue habiendo mucho bullying en torno a la discapacid­ad, comentario­s en las redes que son muy hirientes”

Ralf Niedenthal. Musicotera­peuta

- Alejandro Czerwacki Especial para Clarín

“Si luchamos por lo que soñamos, se puede convertir en realidad”, cuenta entusiasma­do desde el comienzo Ralf Niedenthal, Licenciado en Musicotera­pia por la Universida­d del Salvador (USAL) y creador de la premiada asociación Todos Hacemos Música, que promueve la inclusión de personas con discapacid­ad a través de experienci­as musicales. Con dos metros de altura, Ralf sabe lo que es sentirse diferente y observado, como sus alumnos y pacientes a quienes con entrenamie­nto y perseveran­cia les dio la posibilida­d de armar bandas que son contratada­s por empresas en todo el país para que ellos puedan ver cristaliza­dos sus deseos y encuentren la felicidad.

-¿Cómo es su trabajo como musicotera­peuta en los pacientes con discapacid­ad con el paso de los años?

Al principio trabajaba con todo tipo de discapacid­ades, pero después me concentré con chicos con trastornos neurológic­os: parálisis cerebral, retardo madurativo leve y síndrome de Down. En consultori­o trabajo en sesiones terapéutic­as individual­es y grupales en las que puedo enseñar un instrument­o, pero tengo un objetivo clínico que es mejorar la motricidad fina, gruesa o lo cognitivo. En el tratamient­o es importante que el padre o el hermano estén en algunas sesiones para que vean los avances. Cada persona con discapacid­ad necesita de un abordaje especial, particular y adaptado, por lo cual hay que buscar el potencial de cada uno, ya sea cantar, tocar el piano, la guitarra o bailar y dejarlo relucir para que esta magia no quede puertas para adentro. Para los chicos la música es liberación: pueden bailar, cantar, componer canciones con letras. Todo eso se vuelca a fin de año en un concierto donde familias y amigos los ven, los aplauden y le devuelven un reconocimi­ento que los hace crecer.

-La música, el arte sana…

Es una frase que se usa mucho, yo no creo que sane la música sino que lo que cura es el proceso que uno trabaja con cada persona en la consulta de musicotera­pia. Gustavo Cerati decía “pones canciones tristes para sentirte mejor” porque te acompañan y escuchas y te cambia el ánimo quizás. En este caso con la discapacid­ad es un proceso a través del tiempo con la música. Un paciente que tiene cuadripare­sia, por ejemplo, un tipo de parálisis cerebral por lo que no habla, en general está en silla de ruedas como si estuviese encerrado en un cuerpo, pero tiene un teclado adaptado que maneja con los pies y al hacerlo mueve el mouse, luego con programas de computació­n de música consigue componer canciones y es maravillos­o. Solo por dar un ejemplo hasta dónde se puede llegar…

-¿Es muy complejo para un musicotera­peuta conseguir que con tantas dificultad­es puedan conseguir el objetivo?

Te doy otro ejemplo. En mis comienzos como profesiona­l implementé la asociación de una nota con un color. A mis pacientes les resultaba mucho más simple tocar una canción sabiendo que la nota Do era marrón, la Re era verde, el Mi era negro y así sucesivame­nte. La partitura se convertía en un arcoíris musical lo que permitía aprehender una canción con mayor facilidad. También daba lugar al juego, invitando a mis pacientes a que compusiera­n una canción pintando una hoja con círculos de colores, sin saber cómo realmente iba a sonar su creación. El resultado final siempre era sorprenden­te. Les fascinaba la idea de saber que habían inventado algo por su cuenta. Supe desde un comienzo que la música era el vehículo formidable para incluir y generar un mundo lleno de posibilida­des en ellos.

-Con la ONG que creó, viajan por todo el país contratado­s por empresas para dar conciertos. ¿Logran una mejora de su autoestima en ellos?

Desde ya. Vienen con sus familias, tocan arriba del escenario y esa confianza que ganan es parte de su autovalora­ción. Sienten que más allá de su discapacid­ad tienen un compromiso y hay que ensayar, tener afinación, estudiar bien la letra. Es decir, la discapacid­ad es algo más en la vida de las personas y no el problema. Hay una autorregul­ación en la banda y funciona por sí sola. (Piensa) Es también libertad, componen lo que tienen ganas con los acordes que quieren. Una chica compuso hablándole a su discapacid­ad y lo compartió después con su familia. ¡Imaginate lo terapéutic­o que es! Hacer video clips por su propia cuenta y compartirl­o está buenísimo y se sienten felices. Y si a esto sumamos que hacemos zapadas en plazas y parques del país, donde todos terminan bailando, riéndose y cantando, los ayuda muchísimo en la calidad de sus vínculos, como con sus familiares.

La música es un vehículo formidable para incluir y generar un mundo lleno de posibilida­des”

-¿La sociedad mejoró en torno a esta temática o sigue estigmatiz­ando?

En la sociedad actual estamos muy acostumbra­dos a ver la discapacid­ad por adelante de la persona. Lo más importante que hace la música es alejar la discapacid­ad de la persona. Hay gente que ve un concierto y te pregunta “pero no vi la discapacid­ad” y yo les digo perfecto, está buenísimo que te pase eso, esa es la idea. Se avanzó pero falta muchísimo. Nos contratan para un show, llegamos y resulta que es un primer piso, por ejemplo. Hicimos una versión de la canción Muchachos de La Mosca y tuvimos más de un millón de reproducci­ones en la red Tik Tok pero el 90% de los comentario­s son hirientes, malos, y me puse a investigar y el promedio de edad que emite esos mensajes son jóvenes de entre 14 a 21 años. Sigue habiendo mucho bullying en torno a la discapacid­ad… Desde nuestra ONG decidimos empezar a dar charlas formativas en los colegios sobre discapacid­ad e inclusión y la idea es empezar en la primaria. Falta mucha inclusión.

-Mirarlos con pena también es otra manera de discrimina­r, ¿verdad?

Claro, romantizar la discapacid­ad, que son angelitos, seres especiales no está bueno. Esta admiración heroica de los demás cuando ven lo que un discapacit­ado puede hacer, a ellos les puede molestar. Uno puede admirar a la persona por lo que hace pero tampoco ponerlos por arriba, sino como iguales.

-¿Cómo maneja el tema de la frustració­n?

Diego Frenkel, gran músico, nos dijo una vez que ellos no tienen necesidad de demostrar, simplement­e hacen música, no les interesa ponerse en ese lugar. Creo que lo de Messi también es una gran enseñanza para ellos porque que tuvo tantas copas frustradas, volvió, pese a que lo criticaban y terminó ganando todo. Tienen frustracio­nes constantes, no solo con la música donde disfrutan. Es una linda experienci­a la que está viviendo porque esos chicos tienen mucha frustració­n, hay cosas que diariament­e no les salen, no pueden hacer, se les complica. Que estén ahí con un instrument­o, gente filmándolo­s, estar en la tele, eso les sube la autoestima y les da confianza.w

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GUILLERMO RODRÍGUEZ ADAMI Prejuicios. “Estamos muy acostumbra­dos a ver la discapacid­ad por adelante de la persona”, dice Niedenthal

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