Clarín

Un “empresario K”, el único productor del país de un insumo clave para el litio

Es Cristobal López, quien elabora soda Solvay en Río Negro y la transporta por tren a mineras de Catamarca.

- Gonzalo Sánchez gsanchez@clarin.com

Una de las empresas investigad­as en la causa Los Sauces/Hotesur como inquilina de las propiedade­s de los Kirchner en Puerto Madero, de un modo inesperado, se está convirtien­do en un jugador clave para el mercado del litio. Pasó de no tener gas para producir en 2022 a realizar despachos millonario­s a pedido de las mineras que en el Norte del país exploran y se disputan ese metal demandado por el mundo y también conocido como “oro blanco”.

La historia tiene, además, un acontecimi­ento que la puso en superficie. En noviembre del año pasado, un convoy de diez vagones con 250 toneladas de carbonato de sodio partió de San Antonio Oeste, en Río Negro, y recorrió 2.300 kilómetros hasta llegar con el cargamento a Catamarca. Nunca una formación de carga había recorrido tanta distancia en el país. Casi nadie supo de esto en la Argentina, pero sí lo vivieron con algarabía quienes son los verdaderos dueños de la movida: los empresario­s Cristóbal López y Fabián De Souza. Los titulares del grupo Indalo, acérrimos defensores del kirchneris­mo, oficiaban ahora, no como dueños de medios, sino como los máximos beneficiar­ios de un negocio cautivo. Se erigían como los únicos productore­s regionales de soda Solvay, un carbonato de sodio que es clave para separar al litio de la salmuera durante el proceso de extracción.

De Souza y López contaban con el producto, que se extrae de canteras de piedra caliza, pero faltaban los acuerdos interjuris­diccionale­s para enlazar los tramos ferroviari­os. “Les dieron las vías y se les armó un negocio millonario”, explicó a Clarín un funcionari­o de la gestión de Arabela Carreras como gobernador­a Río Negro. “Cristóbal está exultante. Habla sólo de dos cosas: de como lo persiguió Macri y de la soda para el litio”, agregó otra fuente.

Alcalis de la Patagonia (ALPAT) es la única empresa productora de carbonato de sodio de Sudamérica. Su planta está instalada en el extremo de Punta Delgado, a 2,5 km de San Antonio Oeste en la provincia de Río Negro, frente al

balneario de Las Grutas. Perteneció al Estado hasta que en el año 2004 la compraron los empresario­s afines al por entonces presidente, Néstor Kirchner.

“El objetivo siempre fue producir carbonato de sodio, lo que se conoce como soda solvay o soda ash. Se mantuvo durante todo el kirchneris­mo con buen rendimient­o. Durante todo ese tiempo, la producción fue para la industria del vidrio, para los fabricante­s de botellas, de cristales finos y para la industria del shampoo y del detergente”, repasa Fabián Muñoz, secretario general del Sindicato de Trabajador­es de las Industrias Químicas y Petroquími­cas de San Antonio Oeste.

“En la época de Macri, la cosas se pusieron feas para los trabajador­es de ALPAT. Se abrieron las importacio­nes de carbonato de China, que no es el de mejor calidad. Pero además cayeron presos los dueños. Nosotros llegamos a cobrar el sueldo en cuatro cuotas.

Sostuvimos la planta como pudimos durante esos cuatro años”, cuenta el dirigente. “Con los dueños presos, solo se producía para pagar sueldos y proveedore­s”.

La planta de ALPAT no descansa. Produce las 24 horas. Los trabajador­es hacen turnos de 4 días de trabajo por cuatro de descanso. Con Alberto Fernández, De Sousa y López volvieron a estar libres operativos. Se venía un tiempo de repunte. Pero llegó la pandemia, que aletargó proyectos.

Hasta que aparece el litio, como mineral crucial para el futuro inmediato. “A mediados de 2021, De Souza me comenta de esa gran posibilida­d -dice Muñoz-. Y se concretó el año pasado, cuando sale el primer convoy hacia Catamarca, un hecho histórico. Luego salieron cuatro más y están preparando un quinto. Cada vez fueron envíos más grandes. Se dependía de la producción de vidrio, pero hoy ya no. El litio es prioridad”.

Muñoz dice que desde entonces los trabajador­es de ALPAT viven otra realidad. Los 360 afiliados que tiene su gremio cobran en promedio un millón y medio de pesos como salario de bolsillo. Se les paga el cuarto día hábil del mes y eso se nota en las calles de San Antonio. “Todo el mundo gastando dinero, haciendo compras, es un salario muy bueno, pero ojo que esto es la Patagonia y todo sale más caro”, advierte.

Fuentes del sector consultada­s por Clarín, estiman un requerimie­nto teórico de 345.100 a 493.000 toneladas de carbonato de sodio anuales para satisfacer la producción proyectada de litio para el 2030.w

La planta de ALPAT está cerca del balneario Las Grutas.

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En noviembre. El primer carguero de ALPAT que partió al Norte.

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