Con 20 años es top ten y, sin embargo, a Rune los entrenadores no le duran
El danés volvió a cambiar coach y en seis meses pasaron cinco. Apostó de nuevo por el francés Mouratoglou.
Una victoria contra el 311° del mundo no generaría ruido si no fuera porque quien la logra tiene apenas 14 años. Eso es lo que consiguió Holger Rune en la Copa Davis 2018 cuando venció por 6-2 y 7-6 al egipcio Youssef Hossam. A partir de allí se esperaba con gran expectativa su salto a la escena grande del tenis. Siguió en ascenso para ganar seis challengers a sus 18 años y a los pocos meses levantó el título del Masters 1000 de París frente a Novak Djokovic. Y saltó al top ten. Su carrera transcurría a la velocidad de un Fórmula 1.
Sin embargo, sostenerse en la elite suele ser mas difícil que llegar hasta allí y aparecieron las dudas. Dudas que fueron lógicas para su edad. Pero la ambición del joven de 20 años, especialmente viendo el éxito temprano de su compañero de viaje Carlos Alcaraz y la reciente consagración de Jannik Sinner en Australia, le impide ver que hay un proceso que atravesar hasta llegar a conseguir los grandes objetivos. Pero él necesita resultados. Y los necesita ya.
Es por eso que en los últimos seis meses pasaron por su equipo cinco entrenadores: Lars Christensen, el que lo acompañó desde los 6 años, Patrick Mouratoglou, Boris Becker, Severin Luthi y Kenneth Carlsen. También cambió su agencia de representación: pasó de Tennium a IMG. Como si los giros de 180 grados fueran la solución.
“Estoy obsesionado con alcanzar el éxito. Esto se trata de ganar y nada más”, dijo para la serie documental “Break Point”. Allí parece estar una de las claves. Los objetivos se convierten en una obsesión para Rune y lo llevan a tomar decisiones apresuradas.
Recorrió todo el camino junto a Alcaraz desde que eran juniors y los une esa ambición que hacen pública en sus declaraciones. No obstante, en su forma de encarar el tenis no se parecen. Mientras el español aceptó de buena manera el primer Grand Slam de Sinner y la tomó como una motivación para ir por mas, el danés confesó que le duele que sus compañeros de generación le hayan sacado una ventaja importante. Y eso que es el séptimo en el ranking mundial con 20 años. No es poca cosa.
“Es ambicioso y tiene un fuego interno que es realmente poderoso, pero a veces es demasiado todo eso y se le puede volver en contra. Se pierde mentalmente y cuando eso pasa se pone en peligro”, analizó Patrick Mouratoglou, su viejonuevo entrenador. Es que habían cortado la relación en agosto y se volvieron a unir de cara al ATP 500 de Acapulco que comenzará mañana.
Rune tiene una personalidad prepotente y una actitud desafiante que lo llevó, por ejemplo, a tener un entredicho con Stan Wawrinka en pleno partido en París o a echar a su madre de su box en el medio de un partido en el que su enis no fluía. “Mi objetivo es ayudarlo a controlar sus emociones para que lo ayuden y no lo perjudiquen”, dijo Mouratoglou.
El nuevo bad boy del circuito ganó un Masters 1000 a los 19 años, se mantiene firme dentro del top ten y llegó dos veces hasta los cuartos de final de Roland Garros y una vez en Wimbledon a una temprana edad. Entonces, ¿por qué no confiar en lo que lo llevó hasta allí? Es esa personalidad autodestructiva la que se lo impide.
En ese contexto, la intervención de Aneke Rune, su madre y representante, es clave. Si alguien puede ponerle un freno y hacerle ver que se equivoca, esa es ella. Pero consiente a su hijo. “Holger es el jefe. El tendrá todo lo que quiera. Sabe lo que necesita para su desarrollo, sabe quién lo puede ayudar y quién no, así que mi único trabajo es ayudarlo a que se aferre a lo que él siente. Así funcionamos”, contó alguna vez. Sus palabras hicieron mucho ruido.
La vuelta de Mouratoglou, si confía en su método mas allá de los resultados, ¿será el camino propicio para cumplir sus deseos?▪