EE.UU. pide reactivar un caso de abuso infantil en Tucumán
Guillermo Gray, ex funcionario, fue condenado por abusar de su nieto de 4 años, que es ciudadano estadounidense. La Corte tucumana anuló ese fallo.
Cada tanto la Justicia tucumana queda envuelta en algún escándalo de proporciones, en general relacionado con sus vínculos con el poder político. Ahora, sobre el inicio de un nuevo año de trabajo – tras la feria judicial de enero– se le avecina una tormenta con implicancias internacionales.
La tormenta –que se viene formando desde hace una década– incluye a un ex funcionario municipal acusado de abusar de su nieto de 4 años, un muy polémico fallo de la Corte tucumana (que revocó la condena a 10 años de prisión) la intervención de la Corte Suprema nacional para volver a encarrilar el caso y, en las ultimas semanas, la Embajada de los Estados Unidos.
“La embajada acompaña las inquietudes de la Defensora de los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes y otros organismos argentinos en cuanto a las largas demoras en búsqueda de justicia y responsabilidad por el delito cometido”, dice la nota que la embajada estadounidense presentó en el Ministerio de Relaciones Exteriores que dirige Diana Elena Mondino.
Sin entrar en los detalles del caso, la embajada de EE.UU. apuntó a una causa que tuvo como víctima a un nene de 4 años abusado por su abuelo materno, Guillermo Ernesto Gray (67) arquitecto y ex director de Obras Publicas de Tafí de Valle, bajo el gobierno de José Alperovich.
El padre del nene es estadounidense y él también. De ahí la intervención de la Embajada para destrabar el expediente que durante 10 años tuvo un trámite trabajoso, como cada vez que en el banquillo de los acusados se sienta alguien con vínculos con el poder.
Para dar un ejemplo de la resistencia a investigar, va un dato: aunque la causa se inició en 2014, y las pruebas contra Gray eran bastante contundentes, recién se llegó a sentencia el 4 de mayo de 2021.
Un tribunal tucumano lo condenó 10 años de prisión por abuso sexual agravado por el vínculo. Sin embargo, tras una apelación y en tiempo récord, la Corte Suprema tucumana declaró nula la sentencia argumentando errores formales. Gray estuvo un año encerrado.
El padre de la víctima, a través del abogado querellante Juan Pablo Gallego, presentó un recurso extraordinario federal ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación. El panorama se complicó cuando el máximo tribunal –tras un dictamen del Procurador, Eduardo Casal– revocó la decisión de los jueces de la Corte tucumana y ordenó dictar sentencia nuevamente.
Esto ocurrió en agosto de 2023 y desde entonces no hubo noticias.
Ante el reclamo de la embajada estadounidense presentado el 1 de febrero, el juez Daniel Leiva –presidente de la Corte, contestó escueto el 22 de febrero: “Corresponde evidenciar que lo actuado respeta estándares nacionales e internacionales vigentes en materia de debido proceso, los cuales protegen los derechos de todas las partes involucradas en el juicio garantizándoles magistrados imparciales, independientes y libres de injerencias indebidas”.
Las sospechas en el caso comenzaron cuando el chiquito empezó con tics y movimientos raros a los 2 años. Su papá lo llevó a un psicólogo, que no vio nada, y a un especialista.
A los 4 años el nene pudo hablar: “El abuelo me mete el dedo en la cola”. Esto fue corroborado por su pediatra y los médicos que lo revisaron en el hospital del Niño Jesús. Desde entonces el nene vive con su papá, que denunció al abuelo y a la mamá del nene, por saber de los abusos y no intervenir.
El papá del nene y su abuela tuvieron que batallar contra la Justicia local durante años porque favorecían a Gray. Incluso llegaron hasta la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
La hija de Gray tenía 18 años cuando nació el nene. Su padre logró que la chica y el bebé vivieran en su casa (los papás de la víctima nunca vivieron juntos), donde luego ocurrieron los abusos.
En los informes psicológicos se desliza que la esposa y la hija de Gray habrían sido víctimas de la violencia del hombre y luego obligaban al chiquito a no decir nada.
Pero en 2014, el nene contó lo que le hacía su abuelo a especialistas en Cámara Gesell. Los abusos habrían ocurrido entre abril de 2013 y abril de 2014.
La mamá estuvo imputada como partícipe secundaria, pero un “error judicial” la dejó fuera del juicio. Luego fue denunciada por encubrimiento. ■