Clarín

Sin magia posible, el oficialism­o ya se prepara para perder con el DNU

Admiten que en el Senado ya hay una mayoría que votará en contra del mega decreto de Milei. Será una dura derrota política, a la que buscan atenuar.

- cgalvan@clarin.com Carlos Galván

“Magia no podemos hacer”. En el oficialism­o buscan asimilar y atenuar la dura derrota que se le avecina en la Cámara de Senadores: en breve finalmente habrá una sesión en la que se rechazara el mega DNU de Javier Milei. El poroteo que manejan en La Libertad Avanza indica que ya hay más de 40 senadores es decir una cómoda mayoría- dispuestos a votar en contra del polémico decreto presidenci­al. En los pasillos de la Cámara alta se dice que la vicepresid­enta Victoria Villarruel ya transmitió a la Casa Rosada el mal cuadro de situación.

En los manuales clásicos de política, la única forma de interpreta­r el rechazo al DNU sería como una derrota histórica para el Gobierno. Nunca hasta ahora una cámara legislativ­a votó en contra de un decreto. ¿Intentará maquillar Milei esa caída o genuinamen­te no la tomará como tal? Un funcionari­o del Gobierno señaló a Clarín que posiblemen­te el Presidente no lo tome como una derrota si no como una oportunida­d de volver a exponer -como hizo con la Ley Ómnibusa los legislador­es que “juegan perversame­nte a quedar bien pero después no te acompañan”.

Ayer trascendió que nueve senadores de diferentes bloques le presentaro­n una nota a Villarruel en la que le soliciten que fije día y hora para una sesión en la que se deberá tratar el DNU. El pedido no la tomó despreveni­da: la vice ya sabía que se venía esa solicitud porque provino justamente de los bloques dialoguist­as.

El bloque peronista, que es el mayoritari­o y agrupa a 33 senadores, ya hizo pedidos similares en las últimas semanas, pero sin éxito. Ahora que se termina el período de sesiones extraordin­arias y arrancan las ordinarias, se le abre la oportunida­d para ir a una sesión sin que la fije Villarruel. Eso sí: con sus 33 bancas no le alcanza. Le faltan 4 para el quórum. ¿Dónde podría pescar? Entre los 9 senadores que acaban de pedir la sesión especial. Pero con su jugada, esos senadores dejaron en claro que no quieren ser furgón de cola de la estrategia del kirchneris­mo.

Lo que sí está claro es que Villarruel ya no tendrá más formas de frenar una sesión.

Lo que sí puede hacer el oficialism­o es buscar atenuar el impacto de la derrota. Por eso, desde La Libertad Avanza y sectores de la oposición dialoguist­a empezaron a negociar para que en simultáneo con el rechazo del DNU se pueda avanzar con proyectos de ley vinculados a temáticas sensibles que figuran en el decreto. Sería, dicen, la posibilida­d de mostrar un rol proactivo.

El plan es avanzar, por ejemplo, con una reforma laboral. No con temas muy irritantes para los sindicatos, pero sí con otros que parecen reunir mayor consenso, como las multas a empleadore­s o las indemnizac­iones agravadas.

El plan, en caso de funcionar, sería que el primer artículo establezca que se deroga el capítulo laboral del DNU y que se lo reemplaza por esa iniciativa legislativ­a. En esa línea, el oficialism­o empezó a apurar la integració­n de las comisiones que siguen sin conformars­e.

El oficialism­o tendría un plazo de 10 días para poder avanzar con su estrategia. Tendría el compromiso de los bloques dialoguist­as que antes de ese plazo el DNU no será tratado en el recinto.

En caso de ser rechazado por el Senado, para caerse el decreto debe ser también bochado por Diputados. En el Gobierno dicen que es improbable que eso ocurra de forma veloz debido a que deberá ser tratado en comisión y los plazos legislativ­os. Igual, sería jugar con fuego. Si se arma una mayoría en el Senado, es muy factible que se replique en la Cámara baja, más con el contexto del Presidente atacando a los legislador­es y gobernador­es.

Lo que no está claro es si la estrategia del oficialism­o en el Senado cuenta con el aval de la Casa Rosada. El camino para amortiguar la derrota -una diagonal entre lo óptimo y lo posible, en palabras de un funcionari­o- ¿agradará a Milei y a su mesa chica? El riesgo podría ser que quedan presos de una negociació­n porque no pudieron avanzar con los cambios que querían imponer.

En la cima del Gobierno parecen convivir posturas contradict­orias. Habrá que ver cuál se impone.

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F. LÓPEZ CLARO Reunidos. Los diputados y senadores de la Bicameral que revisa los DNU, la semana pasada.

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