Las enseñanzas que el empate del Superclásico les dejó a River y a Boca
Paulo Díaz y su firmeza, la desfachatez de Echeverri, lo mejor del local. El apuro, un problema del Millonario. La seguridad defensiva y la salida con juego, lo más alto del Xeneize. Le falta gol.
El día después del Superclásico genera polémica en las redes sociales, mesas de bares 2.0, aunque todavía hay quienes debaten café mediante. Los jugadores están de franco, pero los técnicos sacan conclusiones. El análisis, entonces, tiene que ver con las fortalezas y debilidades que unos y otros mostraron en el Monumental. Enseñanzas que dejó este duelo para River y para Boca en la búsqueda de la excelencia que les permita tomar impulso en la Copa de la Liga y los torneos internacionales.
Por empezar, hay que destacar que la actualidad de River y Boca está lejos de ser ideal. Más allá de la posición que los millonarios ostentan en la tabla, sumó 3 de los últimos 9 puntos en juego y dos de esos tres partidos se disputaron en su propia cancha. Los xeneizes están muy lejos de Godoy Cruz, el líder de la Zona B, y si el panorama incluye una mirada global, los resultados son pobres. Aunque el 1 a 1 puede galvanizar el espíritu, sólo ganó 7 de los últimos 31 partidos. River
• Puntos altos
El nivel individual se destacó por encima del funcionamiento colectivo. En ese contexto, Paulo Díaz volvió a mostrar su jerarquía. Como muestra basta una estadística: tiene un promedio de casi 50 pases acertados por partido (85%) y no se tratan de sesiones al arquero. Cuando agarra la lanza, el chileno conduce y suele ser un buen punto de partida. Tuvo anticipo, quite y ganó de arriba y abajo contra Boca.
Otros destacados fueron Rodrigo Villagra, Claudio Echeverri y Facundo Colidio. El volante que llegó de Talleres mostró que no le pesa la banda roja. En una zona neurálgica de la cancha, se movió con naturalidad y sin la compañía de otro “5”. El Diablito, de apenas 18 años, tuvo personalidad, encaró y fue más lúcido que otros dos talentosos con mayor experiencia, Esequiel Barco y Nacho Fernández. El ex Tigre fue un faro que brilló ante
la ausencia de Miguel Borja, que ingresó en el segundo tiempo. Generó situaciones muy claras y ese es uno de sus mayores déficits, porque le falta concretar. En 7 fechas, sólo metió un doblete ante Vélez.
“Hay cosas buenas como que no perdimos todavía y que nos hacen muy pocos goles”, dijo Martín Demichelis en la conferencia de prensa. River sigue invicto y Franco Armani solo sufrió tres goles, es una realidad. Sin embargo, esos tres empates suman poco por la historia del club. Y el técnico, que conoce el paladar rojiblanco, lo sabe.
La actitud del arranque es otro punto a valorar y la búsqueda ofensiva, algo que no negoció a lo largo del torneo, ni siquiera en condición de visitante. Por eso es el equipo que más goles marcó (13, junto a Talleres), el que más ocasiones generó (30), el que tiene la mayor posesión (60,9%) y que más remata al arco por partido (6,6). •Aspectos negativos
Al margen de sus virtudes, hay una aceleración que no siempre está acompañada de precisión. River juega a una velocidad superior a
la media y eso requiere de futbolistas finos. Si no están en su mejor momento Barco y Nacho, el equipo se resiente. Y eso sucedió en los últimos partidos.
El lateral derecho es un problema. Marcelo Herrera y Agustín Sant’Anna van mejor de lo que vuelven. Uno jugó al límite de la roja; el otro fue responsable del 1 a 1.
Los cambios de Demichelis están cuestionados. Explicó que salieron Echeverri y Villagra por el desgaste. Dio la sensación de que se apuró en sacar al Diablito, más allá de un mareo. ¿Era Rodrigo Aliendro el indicado para reemplazar al chaqueño?
En proporción a la cantidad de ocasiones que genera, también es el que más erra (20). Debe calibrar la puntería en los metros finales. Boca
• Lo mejor Nadie definió con tanta certeza lo que necesita Boca, y por momentos logró en el Superclásico, como Sergio Romero. “Yo creo que si en nuestra cabeza entra que se puede ver un Boca diferente, no solamente uno aguerrido, sino a uno que le gusta jugar a la pelota, va a ser espectacular”, dijo el arquero.
El gol es un testimonio de que Diego Martínez cuenta con futbolistas asociativos y aptos para la elaboración. Hubo diez toques hasta la definición de Cristian Medina.
Fue una jugada propia de un equipo aceitado.
La defensa apenas recibió 4 goles y Cristian Lema no necesitó adaptación para liderar la zaga ante la ausencia de Marcos Rojo.
Lautaro Blanco es un acierto del entrenador. Lo pidió especialmente, llegó desde Elche y se ganó la titularidad por encima de Frank Fabra, un mimado de Román. Es muy punzante –lo dejó claro en el gol- y veloz.
El mediocampo que eligió con tres pibes de las divisiones inferiores (Jabes Saralegui, Equi Fernández y Medina) más Kevin Zenón le dio mayor frescura.
Detrás de River, es el equipo con mayor posesión (56,3%) y pases acertados por partido (353). Está en el podio de los clubes que más posibilidades generan (19), por debajo de Godoy Cruz (20) y los millonarios (30).
• Lo peor Edinson Cavani está atravesando un momento crítico. No hace goles desde octubre (532 minutos) y en el Superclásico no pateó al arco. Miguel Merentiel marcó tres, pero tampoco está en un gran nivel. En este tándem hay que sumar a Darío Benedetto y Luca Langoni. Los delanteros no están lúcidos y se nota en la cosecha ofensiva.
De cualquier modo, de los 7 goles que marcó en la Copa de la Liga, 4 fueron convertidos por los hombres de ataque (3 hizo Merentiel, uno Benedetto).
Un rasgo que Boca debe mejorar es el cambio de ritmo y la velocidad. Por momentos, traslada demasiado la pelota. Y aunque es uno de los líderes de la posesión, no siempre se traduce en agresividad.
River y Boca pueden dar mucho más. De ellos dependerá haber aprendido de este clásico que dejó un punto y varias lecciones.