Pidieron excluir a Israel de la Biennale: fuerte rechazo del gobierno italiano
Calificó de “inaceptable” y “vergonzoso” un texto que reunió 8.000 firmas de artistas y agrupaciones. El encuentro en Venecia se inaugura en abril.
Es “inaceptable acoger a un Estado comprometido en las atrocidades que continúan contra los palestinos en Gaza”, dice. Y enfatiza: “No al Pabellón del Genocidio en la Bienal”. Esto se lee en una carta que firmaron artistas, instituciones y organismos para pedir la exclusión de Israel de la próxima Bienal de Arte de Venecia, prevista desde el 20 de abril, y enviaron a la Fundación de la Bienal.
Las primeras reacciones no tardaron en llegar. El ministro de Cultura italiano, Gennaro Sangiuliano, calificó de “inaceptable, además de vergonzoso” pedir excluir a Israel de la edición 60 de la Bienal.
“Es inaceptable, además de vergonzoso, el dictado de quienes se creen depositarios de la verdad y con arrogancia y odio amenazan la libertad de pensamiento y de expresión creativa en una nación democrática y libre como Italia”, expresó el ministro.
“Israel no sólo tiene el derecho de expresar su arte sino que tiene el deber de dar testimonio a su pueblo precisamente en un momento como éste en el que ha sido duramente golpeado por terroristas despiadados. Mi más profunda solidaridad y cercanía al Estado de Israel, a sus artistas y a todos sus ciudadanos”, agregó el funcionario.
En la nota, el ministro afirma que “la Bienal de Arte de Venecia será siempre un espacio de libertad, encuentro y diálogo y no un espacio de censura e intolerancia. La cultura es un puente entre los pueblos y las naciones, no un muro divisorio”.
La carta, que cuenta con más de 8.000 firmas, fue promovida por artistas y trabajadores del sector que se agrupan en Art Not Genocide Alliance (ANGA).
Las consideraciones de los que firmaron el llamamiento se extienden, entre otros puntos, a las medidas adoptadas en la edición pasada de la Bienal respecto de la invasión de Rusia a Ucrania : “En 2022 la Bienal condenó la inaceptable agresión militar por parte de Rusia, que incluía la declaración de rechazar cualquier forma de colaboración con quienes llevaron a cabo un acto de agresión tan grave”. Dicen en el texto: “Estamos impactados por este doble rasero. Cualquier obra que represente oficialmente al Estado de Israel constituye una aprobación de sus políticas genocidas”.
Lo que ocurrió en Kassel
Hay antecedentes directos. El gran encuentro documenta de Kassel, una de las exposiciones de arte contemporáneo más importantes después de la Bienal de Venecia, sumó un nuevo capítulo referido al antisemitismo en noviembre pasado, con la renuncia del curador Ranjit Hoskoté y la artista israelí Bracha Lichtenberg Ettinger a la Comisión de Selección de la 16a. edición para 2027.
En el primer caso fue por acusaciones de antisemitismo y en el segundo, por cuestiones políticas.
El poeta, crítico de arte y curador indio Hoskoté renunció tras las críticas públicas recibidas por haber firmado en 2019 una carta abierta del Indian Cultural Forum en protesta por un evento organizado por el Consulado General de Israel en Bombay, donde se equiparaba al sionismo con el movimiento liderado por el nacionalista Vinaiak Dámodar Savarkar (1883-1963), opositor a Mahatma Gandhi y confeso admirador de Adolf Hitler.
La información, publicada en el diario Süddeutsche Zeitung bajo el título “No otra vez, documenta”, expuso que el curador había firmado una declaración “antisemita” y lo calificó como “simpatizante del BDS”, en alusión al movimiento Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS), que impulsa un boicot a productos israelíes y apoya los reclamos palestinos.
“Para mí está claro que en esta atmósfera envenenada no hay lugar para un debate diferenciado de las cuestiones que nos ocupan -escriHoskoté-. En el intento de salvar una situación que no es posible se me pidió que acepte una definición amplia e insostenible de antisemitismo que agrupa al pueblo judío con el Estado Israel, y en consecuencia, considera cualquier expresión de simpatía por el pueblo palestino como apoyo a Hamas”, señaló el curador.
En el comunicado institucional, el director general de documenta, Andreas Hoffmann, expresó que desconocían ese hecho y que no era “aceptable para la documenta y el Museum Fridericianum gGmbH debido a su contenido explícitamente antisemita”.
Por su parte, la artista, psicoanalista y teórica israelí Bracha Lichtenberg Ettinger renunció debido a estos “tiempos oscuros”, dijo, ante el agravamiento del conflicto entre Israel y Hamas.
La edición 15 de documenta, de 2022, estuvo marcada por escándalos. En uno de los últimos, un trabajo basado en películas pro-palestinas fue calificado como “antisemita” por un comité de expertos. Desde el colectivo de artistas aseguraron ser víctimas de “censura”.
“Lo que es altamente problemático de este trabajo no son solo las películas, que contienen elementos antisemitas y antisionistas, sino también los comentarios insertados entre las películas, que legitiman el odio a Israel y la glorificación del terrorismo presentes en el material de origen a través de su discusión acrítica”, sostuvo el comité de expertos.
En la edición 2022 también se decidió cubrir con tela negra un mural que incluía figuras ofensivas para los judíos. Aquel escándalo escaló de tal forma que Sabine Schormann, directora del evento de arte contemporáneo, debió dejar el cargo.