El jefe de la Casa Blanca y un informe médico en clave electoral
Un examen anual indicó que Biden está “en forma para cumplir sus funciones”. Es un dato vital para un candidato cuestionado por su edad.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, continúa “en forma para cumplir sus funciones”, sin cambios significativos en su salud a sus 81 años, afirmó ayer su médico tras un chequeo general anual.
“Sigue estando en forma para cumplir sus funciones y ejecuta plenamente todas sus responsabilidades, sin exenciones ni adaptaciones”, afirmó el médico de la Casa Blanca, Kevin O’Connor. Tras el examen, el propio Biden bromeó ante la prensa sobre los resultados.
“Dijeron que me veo muy joven”, dijo el presidente, y agregó que el examen salió igual que el del año pasado. La portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, adelantó también que el médico se quedó satisfecho con los resultados. “El presidente no necesita un test cognitivo. Y ésta no es mi opinión, es la opinión de su médico y la de su neurólogo. (...) Se somete a una prueba cognitiva cada día, al pasar de un tema a otro”, sostuvo en una conferencia de prensa.
Jean-Pierre insistió en que Biden ha sido capaz de ejercer su labor en los últimos tres años y subrayó que “no hay que olvidar que está liderando una Presidencia histórica”.
Tanto la oposición republicana como algunos miembros de su propio partido han cuestionado el estado de salud del mandatario, quien aspira a obtener la candidatura demócrata para las presidenciales de este año. Los señalamientos se vieron reforzados después de que un informe del fiscal especial que estudiaba el manejo de documentos clasificados por parte de Biden asegurara este mes que mostró una “memoria significativamente limitada” en los interrogatorios que se le hicieron en 2023.
En el informe médico difundido ayer, O’Connor señaló que Biden sigue en tratamiento por una apnea obstructiva del sueño, y señaló que es una afección muy habitual en hombres de esa edad. “El paciente ha mostrado una excelente respuesta” al tratamiento, detalló el médico.
Se realizaron varias consultas con especialistas en oftalmología, odontología, ortopedia de pie, tobillo y columna, fisioterapia, neurología, medicina del sueño, cardiología, radiología y dermatología. El cambio principal que Biden ha tenido en su rutina, detalla O’Connor, es la incorporación de una máquina para dormir, que bombea aire bajo presión dentro de las vías respiratorias, para el tratamiento de la presión positiva en las vías respiratorias.
El presidente lleva años experimentando síntomas consistentes con la apnea obstructiva del sueño (AOS). Aunque mejoraron significativamente después de sus cirugías nasales, dada “la importancia de un sueño eficiente para cualquier persona, más para un alto ejecutivo”, se decidió hacerle un estudio del sueño tras el que se le aconsejó la máquina.
Sobre su capacidad motora, el doctor O’Connor afirma que su andar “sigue rígido, pero no ha empeorado desde el año pasado”. Un examen neurológico “extremadamente detallado” confirmó que no había hallazgos de trastorno neurológico central del cerebelo o de otro tipo, como accidente cerebrovascular, esclerosis múltiple, Parkinson o esclerosis lateral ascendente, ni signos de mielopatía cervical. Biden, concluye el informe, no consume tabaco, no bebe alcohol y hace ejercicio al menos cinco días a la semana. Pesa 80,7 kilos y mide 1,82 metros, con un índice de masa corporal de 24,1.w