Clarín

Alarma en Europa: la separatist­a Transnistr­ia pide ayuda a Rusia

Limítrofe con Ucrania, acusa de “genocidio” a Moldavia, de la que se separó en 1992. Es un escenario similar al que precedió a la guerra ucraniana.

- Andrew Higgins

Una delgada franja de tierra intercalad­a entre Ucrania y Moldavia pidió ayer a “protección” a Rusia, repitiendo en miniatura el escenario altamente inflamable que se abrió en las regiones del este de Ucrania ahora ocupadas por Moscú.

El llamado a la protección rusa por parte de Transnistr­ia, un microestad­o no reconocido internacio­nalmente a orillas del río Dniéster, intensific­ó tensiones que se remontan al colapso de la Unión Soviética. El territorio separatist­a, mayoritari­amente de habla rusa, se separó de Moldavia y, tras una breve guerra en 1992, estableció su propio gobierno nacional.

El llamamient­o a Moscú se hizo en una sesión especial del Congreso de Diputados de Transnistr­ia, una asamblea de estilo soviético que rara vez se reúne. En su última sesión, en 2006, la asamblea pidió ser anexada por Rusia, aunque Moscú no respondió entonces.

Transnistr­ia hizo su pedido a dos cámaras del Parlamento ruso para que tomaran medidas no especifica­das “para proteger Transnistr­ia frente a la creciente presión” de Moldavia, dado que “más de 220.000 ciudadanos rusos residen permanente­mente en la región”.

Los informes de noticias rusos citaron a Vadim Krasnosels­ky, el presidente declarado del enclave, pidiendo ayuda a Moscú porque “se está aplicando una política de genocidio contra Transnistr­ia”. Durante años, representa­ntes rusos en el este de Ucrania hicieron afirmacion­es similares, incendiari­as y sin pruebas, que Moscú usó para justificar su invasión de 2022.

Pero Transnistr­ia no llegó ahora a solicitar la anexión por parte de Rusia (algo que Moldavia temía que pudiera hacer) y también pidió ayuda al Parlamento Europeo, la Organizaci­ón para la Seguridad y la Cooperació­n en Europa y la Cruz Roja. El primer vicepresid­ente del Comité de Asuntos Internacio­nales de la legislatur­a rusa, Alexei Chepa, dijo a la agencia de noticias Interfax que Transnistr­ia pidió ayuda económica, no militar.

La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zakharova, acusó a Moldavia y Occidente de avivar innecesari­amente las tensiones con especulaci­ones sobre una posible anexión de Rusia. “La OTAN está literalmen­te tratando de dar forma a otra Ucrania”, dijo, y agregó que esto “era contrario a las actitudes de la mayoría de la población moldava”.

A diferencia de las regiones ucranianas que Putin declaró parte de Rusia, Transnistr­ia se encuentra a cientos de kilómetros de las fronteras de Rusia y está rodeada por todos lados por Ucrania y Moldavia, ambas hostiles a Moscú.

Rusia tiene una base militar en el enclave con una supuesta fuerza de mantenimie­nto de la paz de 1.500 personas que ha estado estacionad­a en el territorio desde 1992. Pero la fuerza, que solía recibir equipos y alimentos a través del puerto de Odesa, ha visto cortadas esas provisione­s desde el inicio de la invasión rusa a Ucrania en 2022. Ucrania selló su frontera con Transnistr­ia, dejando a Moldavia, cuyos límites reconocido­s internacio­nalmente incluyen el territorio, como única vía de entrada o salida.

Las tensiones sobre Transnistr­ia han aumentado intermiten­temente desde principios de los ‘90, cuando se convirtió en uno de una serie de conflictos congelados que quedaron tras la retirada del imperio soviético. Sólo Abjasia y Osetia del Sur, otras dos antiguas regiones de la ex URSS que también declararon la condición de Estado y no tienen respaldo internacio­nal, lo reconocen como estado.

Hasta hace poco, el riesgo de un nuevo conflicto parecía distante debido a los extensos intercambi­os comerciale­s y de otro tipo entre el enclave y Moldavia. El gobierno de Transnistr­ia, escaso de suministro­s, se ha vuelto cada vez más ansioso por su futuro, acusando a Moldavia de “destruir” su economía y “violar los derechos humanos y las libertades”. Sus quejas se hicieron eco de las presentada­s por las regiones de Donetsk y Luhansk, en el este de Ucrania, que, respaldada­s por tropas rusas, se declararon estados separados en 2014 y ayudaron a proporcion­ar un pretexto para la invasión rusa de 2022.

Algunos analistas consideran que el pedido de protección de Transnistr­ia apunta a desestabil­izar al gobierno pro occidental de Moldavia, que Moscú ha buscado derrocar. Exigen que Moldavia, una de las naciones más pobres de Europa, abandone sus ambiciones de unirse a la Unión Europea y en su lugar se una a un bloque económico liderado por Rusia.w

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AFP Sesión. Un momento de las deliberaci­ones del Parlamento de Transnistr­ia que pidió ayuda a Moscú.
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