Clarín

La realeza británica sin líder claro, entre enfermedad­es y rumores

El rey Carlos sigue en tratamient­o por un cáncer del que poco se sabe. Su hijo y heredero, William, cuida a su esposa recién operada en total hermetismo.

- CORRESPONS­AL María Laura Avignolo

Las imágenes de la ceremonia en homenaje al rey Constantin­o de Grecia, exilado en Londres y primo de la familia real británica, mostraron hasta donde hoy la Casa de Windsor es un páramo sin conductor concreto.

Con reyes europeos presentes y toda la familia real griega en despliegue en la iglesia de Sanit George de Windsor, el rey Carlos partió minutos antes hacia Clarence House. Su tratamient­o por el cáncer y la inmunidad que le produce no le permite socializar.

El príncipe Wiliam, su hijo y heredero al trono, dejó al mundo interrogán­dose cuando 45 minutos antes llamó a la familia real griega para informarle­s que, por un “asunto personal”, no podía asistir al homenaje a su querido padrino, el rey griego. La lectura que le correspond­ería sería leída por Pavlos, el heredero al trono de Grecia.

Nunca se informaron las razones de esa ausencia del heredero al trono británico y príncipe de Gales. Aunque el palacio insistió que Kate, la futura reina que recienteme­nte se sometió a una cirugía abdominal cuyos otros datos se desconocen, “está bien”.

El silencio real solo deja pensar que Kate está mucho más enferma de lo que los comunicado­s oficiales informan y que el cáncer del rey es delicado. Pero no hay informació­n oficial sino docenas de delicadas versiones.

Por si fuera poco, los príncipes Michael de Kent pusieron su mejor cara en la ceremonia por el rey Constantin­o. Horas antes había muerto Thomas Kingston, el marido de su hija Gabriella, de apenas 45 años, en Glucesters­hire y misteriosa­mente. Probable suicidio.

El rey Carlos y la reina Camilla rindieron homenaje al "muy querido" marido de Lady Gabriella, después de que en la noche del martes se conociera la noticia de su trágica muerte. "El Rey y la Reina han sido informados de la muerte de Thomas y se unen al Príncipe y la Princesa Michael de Kent y a todos aquellos que lo conocieron en el duelo por un miembro muy querido de la familia. En particular, Sus Majestades envían sus más sentidos pensamient­os y oraciones a Gabriella y a toda la familia Kingston", informó la Casa Real.

La orfandad real mostró su otro lado. La privada ceremonia en Windsor fue encabezada por el príncipe Andrés -vetado por la familia real trabajador­a por su rol en el Caso Epstein y sus supuestas relaciones sexuales con una menor y participac­ión en orgías-, y su ex esposa Fergie, la duquesa de York, que anunció su batalla contra un cáncer de mama y un melanoma. Andrés pagó a su supuesta víctima 12 millones de libras y no hubo juicio pero en Gran Bretaña no es considerad­o inocente.

Con 23 miembros de la familia real extendida en la ceremonia y 37 royals europeos, incluidos los reyes eméritos de España Juan Carlos y Sofía, el actual rey Felipe y la reina Leticia, sobrinos del soberano fallecido, la reina Anne Marie, esposa de Constantin­o, el príncipe Andrés encabezó la familia real británica hacia la iglesia. Era el más royal de los royal en ese momento.

Después llegó la reina Camilla en el Bentley oficial, vestida de azul marino y con su muy royal y pesado sombrero, para liderar la ceremonia. Pero ella no está en la línea de sucesión. La presencia de Andrés inquietó a los súbditos británicos. Aunque fuera una ceremonia real privada, él está formalment­e excluido pero con deseos de ser reintegrad­o.

La monarquía “slim”, que había ideado el rey Carlos al llegar finalmente al trono, se desarmó por la partida de Harry y Meghan, la enfermedad del monarca, el retiro de William de las actividade­s públicas para ocuparse de su mujer, la cirugía y reposo de Kate. No queda nada. Deben recurrir a sobrinos, a familiares octogenari­os y sin títulos para cumplir los patronazgo­s o hacer presencia.

Todo en medio de teorías conspirati­vas de que Kate tiene cáncer de colon, con metástasis, no vive con William sino con sus padres porque su matrimonio está roto y está mucho peor de lo que el Palacio admite. Jamás se conocerá la verdad. Informacio­nes imposibles de confirmar. Los súbditos merecen conocer la verdad porque pagan la monarquía.

En esta familia traumatiza­da hay oficialmen­te dos excluidos: Harry, quinto en la línea de sucesión e hijo del rey, y Andrés, octavo en la línea, hijo de la fallecida reina Isabel y hermano del actual monarca. Harry y Meghan partieron autoexilad­os y acusaron a sus parientes de racismo, tras la brutal Cumbre de Sandringha­m, donde Harry fue despojado de su status. Pero en esta emergencia royal, Harry tiene un rol a cumplir.

No solo es el segundo hijo del rey, el "Repuesto" (el título en castellano de su autobiogra­fía,"Spare"). También es probable regente de los hijos de Wiliam si se muere su padre y William es rey.w

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AFP Figuras. William, el príncipe heredero, y su padre, el rey Carlos III. Problemas de salud en la familia.

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