La muerte de Villavicencio se ordenó desde la cárcel de Quito
La Fiscalía General de Ecuador pidió ayer llevar a juicio a seis acusados por el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio en agosto del año pasado. Argumentó que su muerte se planificó desde una celda de máxima seguridad de una prisión por parte de una organización vinculada con el grupo criminal Los Lobos.
De acuerdo con la Fiscalía, la orden de matar a Villavicencio salió de la cárcel de Latacunga, a unos 70 kilómetros al sur de Quito, y controlada por Los Lobos hasta hace mes y medio, cuando ingresaron de forma permanente las Fuerzas Armadas para recuperar el control del recinto penitenciario.
En la audiencia de llamado a juicio, que se prolongó durante todo el día, la Fiscalía señaló a Carlos Angulo, alias Invisible, unos de los integrantes de aquella banda, como presunto responsable de haber ordenado el asesinato del candidato. También apuntó contra Laura Castillo como supuesta coautora, y le atribuyó la obtención y entrega de los vehículos, armas y dinero para la ejecución del crimen, perpetrado el 9 de agosto, a unos días de las elecciones presidenciales.
Según la Fiscalía, el responsable de ordenar el crimen coordinó el asesinato por teléfono celular desde su celda, en la que tenía Internet de alta velocidad y otros lujos, con el asesino que acabó con la vida de Villavicencio. Una jueza debe decidir el próximo miércoles si acoge el pedido de la fiscalía y llama a juicio a los cinco ecuatorianos y a un colombiano vinculados a este caso.
El crimen se produjo hace ocho meses cuando Villavicencio, reconocido por sus denuncias contra la corrupción y de los vínculos entre la política y el crimen organizado, salía de un mitin en el norte de la capital y fue atacado con armas de grueso calibre en la calle al suEsto birse a su vehículo.
Un mes más tarde siete de los detenidos fueron asesinados en el interior de cárceles de Guayaquil y Quito, donde se encontraban en prisión preventiva.
El asesinato, en plena alza de la violencia narco, ocurrió a la salida del coliseo del colegio Anderson, en el centro financiero de la capital de Ecuador.
Villavicencio, de 59 años y uno de los ocho postulantes registrados para la pugna presidencial del año pasado, era el único aspirante a la presidencia que, por decisión propia, no tenía la custodia policial que el Gobierno ofreció a todos los postulantes. Había denunciado pública y recientemente, en reiteradas ocasiones, la recepción de amenazas de muerte contra él y su equipo de campaña.w