Clarín

“Es una advertenci­a sobre los líderes religiosos carismátic­os”

Timothée Chalamet, el protagonis­ta, y Denis Villeneuve, el director, hablan sobre la secuela de la adaptación de la clásica novela de Frank Herbert, que se estrena hoy.

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El director Denis Villeneuve y el actor Timothée Chalamet entran a la sala hablando en un rápido francés. Villeneuve es de Quebec; Chalamet nació en la ciudad de Nueva York, pero tiene doble ciudadanía estadounid­ense y francesa. El tema del día es el genocidio galáctico y los mesías dudosos, temas centrales de Duna:

Parte dos, la segunda entrega de la epopeya espacial basada en la novela de 1965 de Frank Herbert.

Cuando el café llega a la habitación del hotel Four Seasons de Los Ángeles, las dos tazas tintinean. “Esa es nuestra especia”, ríe Villeneuve entre dientes, refiriéndo­se a la sustancia psicodélic­a que sólo se encuentra en el planeta Arrakis de la película.

En Duna, las especias son el recurso más valioso del universo. Herbert las concibió como un

polvo brillante con el poder de expandir la mente, impulsar los viajes interestel­ares e incitar a batallas sangrienta­s por su posesión.

La anterior Duna, estrenada en 2021, ganó seis premios de la Academia. Llegó a su clímax cuando Paul Atreides, el personaje de Chalamet, es secuestrad­o del complejo minero de especias de su familia y abandonado para morir en el desierto de Arrakis, patrullado por gusanos de arena con colmillos.

La madre de Paul, Jessica (Rebecca Ferguson), anima a los fremen, habitantes del desierto, a creer que su hijo es su esperado salvador. El peligro es que Paul puede verse inducido a creerlo también, aun cuando la especia alucinógen­a lo acribilla con visiones de una yihad librada en su nombre. Chalamet, de 28 años, sonríe: “La gran ironía de trabajar con un maestro como Denis es que no se trata de una experienci­a pomposa”. -La gente define su dinámica como la de un padre y un hijo. ¿Es así como la ven ustedes?

Villeneuve: -Al principio tuve mucha empatía con Timothée por el hecho de que estuviera participan­do en una producción de esa magnitud. Tiene la edad de mis chicos, y yo trataba de encontrar la manera de cuidar a mi nuevo amigo.

Chalamet: -Se lo agradecí. ¡La magnitud era tan enorme! Los actores eran como titanes. Sentí que tenía un aura protectora.

Villeneuve: -Cuando Timothée entró al set de la Parte dos, la cosa fue totalmente distinta. Tenía mucha más confianza en sí mismo. Estaba mucho más sólido. Ya no le impresiona­ba el tamaño de las cosas.

Es la primera vez que tengo la oportunida­d de ver a un artista crecer frente a la cámara. Es conmovedor. -Entraron hablando en francés. ¿Lo usaron en el set como idioma propio?

Villeneuve: -Sí. Fue la forma en que pudimos encontrar intimidad en el caos. Era nuestro paisaje protegido.

Un segundo idioma secreto.

Chalamet: -Lo dijo a la perfección. Nuestra burbuja. -El público puede haber salido de ver Duna: Parte uno pensando: “Este chico Paul Atreides es genial, no veo la hora de que conquiste todo el planeta”. Ahí es donde aparece la desilusión.

Villeneuve: -Frank Herbert quería que el libro tuviera moraleja: es una advertenci­a respecto de los líderes religiosos carismátic­os. Consideró que había fracasado porque la gente percibió mal sus intencione­s. Entonces escribió El Mesías de Duna, un epílogo en el que se aseguraba de explicitar sus ideas. La película es más trágica y dramática que el libro porque se acerca más a las intencione­s del autor, Frank.

-Hablaste de hacer El Mesías de

Duna, basada en la segunda novela Duna de Herbert, que comienza doce años después del reinado de Paul como emperador del Universo Conocido. ¿Vas a esconderle el protector solar para que envejezca más rápido?

Villeneuve: -Siempre se verá joven. Tendremos que usar la magia de la inteligenc­ia artificial. -Las visiones de Paul sobre el futuro no son lo que sucederá, sino

lo que podría suceder.

Villeneuve: -Sí. Traté de asegurarme de que, de alguna manera, se pudiera explicar científica­mente lo que está sucediendo. Paul es un joven hipersensi­ble a un alucinógen­o, una sustancia psicotrópi­ca que da visiones del futuro. Al igual que los sueños extraños, son algo místico, son enigmas. Lo más importante cuando soñamos no son las imágenes, sino las emociones. -La especia de Frank Herbert era la psilocibin­a. Le gustaban los hongos mucho antes de que las microdosis de hongos se convirtier­an en algo común.

Villeneuve: -Estaba en California... Chalamet: -¡En los años ‘60! Villeneuve: -Un producto de su tiempo.

-Una frase célebre de Duna es “el miedo mata la mente”. ¿Hacer estas películas ha afectado la forma en que manejan el miedo?

Chalamet: -Interpreto un personaje con los pies en la tierra que, por el hecho de que hay ojos puestos en él, está pasando por algo con lo que puedo identifica­rme.

Villeneuve: -Las películas son muy largas de hacer, por lo que tienen un impacto en nuestra psiquis. Decididame­nte, eso puso una semi

Entrevista

La película es más trágica y dramática que el libro: se acerca más a las intencione­s del autor”.

Denis Villeneuve

Leonardo DiCaprio me aconsejó: ‘Ni películas de superhéroe­s ni drogas duras’, lo cual me pareció muy bueno”.

Timothée Chalamet

lla dentro de mí. Adquirí la capacidad de sentirme cómodo sin tener respuestas de inmediato. -Fue un año difícil para las películas de superhéroe­s. Esta historia nos pide que pensemos más en los héroes, los elegidos, los salvadores. Timothée, ¿es correcto suponer que, si hubieras querido interpreta­r a un superhéroe, habrías tenido oportunida­des?

Chalamet: -Bueno, Leonardo DiCaprio me aconsejó: “Ni películas de superhéroe­s ni drogas duras”, lo cual me pareció muy bueno. Pero la película que me hizo querer actuar es de superhéroe­s, Batman: El

caballero de la noche. Si el guion fuera genial, si el director fuera genial, tendría que considerar­lo.

-Dune existe en un mundo postcomput­adora. Las computador­as fueron destruidas y todos decidieron no reconstrui­rlas.

Villeneuve: -Prohibiero­n la IA y la computador­a. Están tratando de aumentar las capacidade­s humanas biológicam­ente, en lugar de tener máquinas externas. Duna no es una gran película de ciencia ficción. Se trata más de abrazar una nueva cultura. Es más interesant­e explorar la forma de caminar sobre la arena. Es más poético y cinema

tográfico que una nave espacial. -Con ese espíritu, filmaste en locaciones en Jordania y Emiratos Árabes Unidos, que representa­ban un planeta donde sólo es seguro estar afuera al amanecer y al atardecer. Eso debe significar filmar las escenas en una ventana estrecha de luz solar.

Chalamet: -Decididame­nte. Esas escenas con Chani (pareja de Paul, interpreta­da por Zendaya), las filmábamos al amanecer, a veces durante tres días, porque tenés 30 minutos o una hora.

Villeneuve: -En eso hay que darles un gran reconocimi­ento a los actores, porque el director de fotografía (Greig Fraser, que ganó un Oscar por la primera Dune) y el direc

tor son tercos y quieren una luz precisa que dura diez minutos. No quería hacer ninguna concesión. Hay escenas que en la pantalla parecen muy simples, pero que se filmaban en varios entornos diferentes sólo para asegurarno­s de tener la roca correcta, el color correcto, el momento correcto del día y el sol preciso. Fueron construida­s como un rompecabez­as. -Pero te gusta para un equilibrar poco de imperfecci­ón la grandiosid­ad. Villeneuve: -Es un equilibrio entre es la un perfección caos. Soy y bastante la vida. La obsesivo-compulsivo, vida siempre prevalecer­á. pero la actuación Leonard hay una Cohen grieta decía en algo, que, es ahí cuando donde entra la luz. Yo creo en eso. Una parte de mí intentó hacer todo perfecto. Pero la vida es más fuerte y yo prefiero eso. -Las imperfecci­ones hacen que este mundo parezca humano.

Villeneuve: -Me conmueve lo que decís porque es algo que me desafía. A veces sé que el movimiento de la cámara no es absolutame­nte perfecto, pero hay algo en la actuación que me rompe el corazón y elijo esa toma porque es más potente. -Ninguno de los dos es ajeno a los grandes elogios. Denis, te han llamado genio, el Stanley Kubrick de esta generación.

Villeneuve: -Aprendí muy temprano en mi carrera que, cuanto más grandes son las flores, más grande es la maceta que les sigue. Si recibís un gran elogio, otro dirá que sos un pirata. -Timothée, fuiste nominado a tu primer Oscar a los 22 años. Ambos deben tener una idea de lo que plantea esta película: la tentación de creérsela.

Villeneuve: -¡Afortunada­mente siempre me siento un impostor, así que no hay peligro!

Chalamet: -Yo diría que la diferencia es que, en esta historia, hay vidas humanas en juego. El papel de un actor nunca es tan trascenden­tal, aun cuando estés haciendo un trabajo impactante y la gente se identifiqu­e con él. -Timothée, una vez dijiste que, cuando Denis sostenía Duna en sus manos, su lenguaje corporal era como el de un chico chiquito. ¿Cómo es eso?

Chalamet: -Es increíblem­ente entusiasta y juguetón. Se tomaba tiempo para pensar las cosas o ir al libro. El entusiasmo total de Denis inspira a todos en el set. Hace que cada actor, cada miembro del equipo, esté orgulloso.

Villeneuve: -El cine es un acto de presencia, de apertura total. Sé que en el set parezco un chico de 4, pero divertirme con los juguetes es mi forma de hacer cine.w Traducción: Elisa Carnelli

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Compinches. Chalamet y Villeneuve se comunican entre sí en francés, “un segundo idioma secreto”.
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Cariño. Paul (Chalamet) ahora cuenta con el amor de Chani (Zendaya).
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Mesías. Paul Atreides es visto como un enviado divino por los fremen.

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