Más épica y salvaje que la primera parte
Acción/Aventura. EE. UU./Canadá, 2024. Título original: “Dune: Part Two”. 166’, SAM 13. De: Denis Villeneuve.
Con: Timothée Chalamet, Zendaya, Rebecca Ferguson, Javier Bardem, Austin Butler, Josh Brolin.
Por lo que cuenta y cómo lo narra visualmente, en Duna: Parte dos Denis Villeneuve amplía lo que hizo en la Parte uno. Logra esa sensación de grandeza épica, que tanto -pero tanto- extraña el cine. La dirección de fotografía de Greig Fraser -ganó el Oscar por Duna: Parte uno e iluminó Rogue One y La noche más oscura, así que sabe lo que es filmar en espacios abiertos y desiertosy los nuevos efectos visuales, más el diseño de arte y el vestuario, hacen el resto.
En la primera película de Duna, estrenada en 2021 -pueden reverla en Max, en streaming- estábamos en un futuro muy, muy lejano. Las acciones básicamente transcurrían en el planeta desértico Arrakis. El clan Atreides, por orden del emperador, debía hacerse cargo del planeta, que había sido saqueado por los comandados por Harkonnen.
Es que allí se produce ese elemento tan valioso, la especia. Los hombres de Harkonnen (Stellan Skarsgård) atacan de sorpresa y Paul Atreides (Timothée Chalamet) y su madre Jessica (Rebecca Ferguson) escapan y se alían con los nativos fremen. Entre ellos está Chani (Zendaya), que ahora verá con otros ojos a Paul.
Y también entre los fremen que los cobijan está Stilgar (Javier Bardem), que está convencido de que Paul es el Mesías.
Hasta allí, la primera parte. La segunda arranca inmediatamente después. Los fremen están boicoteando la especia, que es la que quiere reconquistar la familia Harkonnen, mientras el emperador, que ahora sí tiene rostro (Christopher Walken) y su hija Iluran (Florence Pugh) planifican una nueva distribución del poder, creyendo que la Casa Atreides desapareció. Pero no.
Las secuencias de batalla y los enfrentamientos cuerpo a cuerpo son impresionantes; los gusanos, que están debajo del desierto y atacan, parecen más grandes que en la primera.
Aparece un nuevo sobrino de Vlodimir, interpretado por Austin Butler (Elvis), rapado como corresponde a la familia y a War Boy, su personaje. Hay toda una vuelta de tuerca con respecto a ciertos parentescos, y no se duerman ni un instante de las dos horas y 46 minutos porque sí, aparece Anya Taylor-Joy. El suyo es un personaje importante, pero su presencia es brevísima.
Frank Herbert, nacido el 8 de octubre de 1920, publicó Duna en 1965. Fue la primera novela de ciencia ficción con múltiples puntos de vista y, además, ecologista. La siguieron cinco libros más, por lo que Villeneuve tendría como para abocarse al estilo James Cameron con Avatar.
El próximo libro de Duna que se adaptaría, en caso de que la franquicia continúe -algo probable-, se titula literalmente El Mesías de Duna. Y es que el ascenso mesiánico de Paul está tan bien llevado como los momentos épicos. Él mismo advierte que “Arrakis debe ser liberado por su propio pueblo”. ¿En qué quedamos? ¿Es un Jesús del futuro o qué?
La respuesta está en la película, y seguramente en la secuela. Duna es un relato que combina la ciencia ficción, religión, ecología, una producción alucinante y un elenco estelar.w