La Franja carece de alimentos y se acerca a una feroz hambruna
Las provisiones son escasas y se venden en el mercado negro a precios altísimos. No hay agricultura y la pesca se vuelve imposible por las restricciones de seguridad.
Mientras Israel enfrenta una creciente presión internacional para detener su devastadora ofensiva militar y una creciente presión interna para asegurar la liberación de los rehenes capturados por Hamas, varias ONGs han advertido sobre una enorme escasez de alimentos en la Franja de Gaza. La falta es tan grave que la gente estaba recurriendo a hojas y comida para pájaros y otros tipos de alimento para animales a fin de lograr su sustento.
“Nuestras vidas se han vuelto muy miserables”, dijo Aseel alLouh, de 23 años, estudiante universitaria en Deir al Balah, en el centro de Gaza, quien sostuvo que había perdido 11 kilogramos desde que comenzó la guerra el 7 de octubre. Confió que comía una vez al día, normalmente pan, hummus o porotos enlatados.
Las barras nutritivas del Programa Mundial de Alimentos, dijo, se vendían en el mercado negro a seis veces el precio de antes de la guerra de productos similares. Sus hermanas y hermanos pequeños también estaban perdiendo peso, señaló en Facebook. Y agregó que “todos aquí” lo estaban haciendo.
En Israel, decenas de familiares de rehenes comenzaron una marcha de cuatro días desde la zona fronteriza de Gaza hasta Jerusalén, con el objetivo de aumentar la presión sobre los líderes israelíes para que lleguen a un acuerdo para liberar a los 130 cautivos de Hamas que aún continúan en Gaza.
En la Franja, grupos de ayuda y palestinos dijeron que la falta de alimentos era particularmente grave en las zonas del norte y el centro, donde las Naciones Unidas y las agencias de ayuda señalaron que habían estado luchando para entregar incluso pequeñas cantidades de suministros en medio de la campaña militar de Israel.
Aseel Ayman, que se ha refugiado en el norte de Gaza, dijo que había despertado a su familia con una sacudida y había corrido a una rotonda cercana después de escuchar a la gente gritar que la ayuda estaba llegando allí. Mientras unas 500 personas se reunían con anticipación, su familia esperó dos horas mientras algunos dormían en el suelo. Pero la ayuda nunca llegó.
Había oído que los suministros de alimentos habían arribado a otra parte del norte de Gaza, cerca de una carretera costera conocida como la calle Al-Rasheed, pero dijo que la presencia de tropas israelíes hacía demasiado peligroso ir allí. “Había un miedo intenso de ir a la calle Al-Rasheed a buscar harina, porque o era la bolsa de harina o tu vida”, dijo Ayman. Comentó que su familia a menudo no tiene nada que comer aparte de una hoja verde llamada khubeiza, la palabra árabe para la planta de malva común. Los champiñones y el arroz enlatados eran inasequibles, afirmó.
Ramesh Rajasingham, funcionario humanitario de la ONU, dijo el martes al Consejo de Seguridad de la ONU que al menos una cuarta parte de los residentes de Gaza estaban “a un paso de la hambruna” y que uno de cada seis niños menores de 2 años en el norte de Gaza sufría desnutrición aguda.
Sus comentarios se produjeron el mismo día en que el Ministerio de Salud de Gaza indicó que dos bebés en el Hospital Kamal Adwan en el norte de Gaza habían muerto por lo que describió como deshidratación y desnutrición.
Los combates, los daños de la guerra y las restricciones israelíes a la entrada de bienes esenciales a Gaza han diezmado la capacidad del territorio para alimentarse mediante la agricultura, la ganadería y la pesca, dijo Rajasingham. Los agricultores han tenido que abandonar sus cultivos para huir de los combates o porque no hay suficiente agua para sustentarlos. El ganado ha muerto por falta de alimentos y agua.
La pesca, que alguna vez fue una importante fuente de alimentos e ingresos para Gaza, ahora es imposible debido a las restricciones de seguridad israelíes.
Un reciente informe del Banco Mundial encontró que la producción económica total de Gaza se había reducido en más del 80% en el último trimestre de 2023, calificándolo como “una de las mayores crisis económicas jamás registradas en la historia reciente”.
Entre el 80% y el 96% de la infraestructura agrícola de la Franja ha sido dañada o destruida y alrededor del 80% de los residentes de Gaza han perdido sus empleos, según el informe. Agrega que “todos los residentes de Gaza vivirán en la pobreza” en el corto plazo.