Debate sobre la exención militar de ultraortodoxos
El ministro de Defensa, Yoav Gallant, reclamó ayer el fin de las exenciones del servicio militar obligatorio para los miembros de la comunidad ultraortodoxa y anticipó que sólo respaldaría una legislación que resuelva el asunto si cuenta con el apoyo de los ministros centristas Benny Gantz y Gadi Eisenkot.
Su posición podría provocar un fuerte choque con los partidos ultraortodoxos cuyo apoyo es vital para la supervivencia de la coalición gobernante del primer ministro Benjamín Netanyahu, e incluso además para el destino político del jefe de gobierno, involucrado en varias causas de corrupción.
Con su reclamo, Gallant puso el foco en la necesidad de debatir una ley para abordar los beneficios que gozan los ciudadanos ultraortodoxos para eximirse del servicio militar obligatorio en favor de cumplir estudios religiosos. Gallant dijo que las tensiones en el ejército en medio de los combates en Gaza y en la frontera norte con el Líbano requerían la contribución de todos los sectores de sociedad para la guerra que libra el Estado contra el grupo terrorista Hamas.
“Apreciamos a quienes dedican sus vidas a aprender la Torá. Sin embargo, sin existencia física, no hay existencia espiritual. Nuestros desafíos de seguridad demuestran que todos deben soportar la carga [del servicio]. Todos los sectores de la sociedad”, dijo Gallant en un discurso televisado desde la sede del Ministerio de Defensa el miércoles por la noche. “Para alcanzar los objetivos de la guerra, manejar las amenazas de Gaza, el Líbano y prepararnos para las amenazas emergentes del este, necesitamos unidad y asociación en las decisiones sobre nuestro futuro”, afirmó.
La insistencia de Gallant en una ley apoyada por los legisladores del partido Unidad Nacional, de Gantz y Eisenkot, ambos ex jefes de Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel, probablemente acabe con cualquier posibilidad de que la coalición pueda aprobar un proyecto de ley favorable al sector de los ultraortodoxos.
Tras formular su reclamo, Gantz se encontró con una reacción inmediata de los religiosos y vagas amenazas de que el asunto podría derribar al gobierno.
La cuestión de las exenciones ultraortodoxas ha vuelto al primer plano de la agenda política en las últimas semanas después de que las fuerzas militares anunciaran planes para agregar tiempo a los términos de servicio obligatorio para los reclutas y retrasar el retiro de algunos reservistas mientras Israel se prepara para combates prolongados en Gaza y la posibilidad de una guerra contra el grupo terrorista libanés Hezbollah.
Los intentos de redactar una legislación no han logrado cerrar las brechas entre los legisladores tradicionales que buscan un reparto más equitativo de la carga del servicio militar y los partidos ultraortodoxos Shas y Judaísmo Unido de la Torá que exigen que continúen las exenciones y en cuyo apoyo han confiado los gobiernos del premier conservador Netanyahu para permanecer en el poder. ■