La repetida táctica de Moscú sobre el temor atómico
Vladimir Putin amenaza a Europa y de paso a EE.UU. con el uso de armamento nuclear si a los europeos se les ocurre, como adelantó el presidente francés Emmanuel Macron, enviar tropas a Ucrania.
La guerra de agresión rusa contra Ucrania hizo que estas amenazas sucedieran en varias ocasiones en los últimos dos años, sobre todo por parte del hombre de confianza de Putin y antiguo presidente Dimitri Medvedev. Rusia dijo por ejemplo que usaría el arma si se atacaba su territorio. Y Rusia considera que Crimea, la península ucraniana que ocupó en 2014, es territorio suyo. Ucrania ha atacado en varias ocasiones Crimea, incluso la flota rusa en el puerto de Sebastopol, sin que Moscú cumpliera sus amenazas. También se podría haber entendido que cuando las tropas ucranianas reconquistaron parte de las provincias de Járkov y Jersón, que Rusia pretende haberse anexionado, habrían jugado con el riesgo de recibir una represalia nuclear que nunca llegó y que nadie espera.
¿Por qué intenta Putin meter miedo con las armas nucleares? Diplomáticos europeos llevan años explicando que el presidente ruso no las usará mientras no haya una amenaza existencial contra Rusia. Aun así Putin usa esa amenaza, cuentan esos diplomáticos en una versión que respaldan expertos de seguridad, por varias razones.
La primera razón es nueva y tiene que ver con las palabras del francés Macron, en las que no descartaba que los europeos enviaran tropas a Ucrania. El Ministerio de Defensa francés tuvo que salir a aclarar que Macron no se refería a enviar tropas a combatir contra los rusos, sino a hacer tareas de retaguardia que liberaran soldados ucranianos para ir al frente, como desminado, entrenamiento de soldados o logística. Putin puede creer que la participación de los europeos dé un vuelco a la guerra y empuje a sus tropas fuera de Ucrania.
El segundo motivo se debe a la posición alemana. El canciller Olaf Scholz es el que más ha expandido el miedo a la reacción rusa cada vez que Occidente ha aumentado su apoyo a Kiev. Scholz siempre arrastró los pies. Fue el último que cedió cuando hubo que enviar artillería o tanques. Ahora es el último que rechaza el envío de misiles de medio alcance como los alemanes Taurus, cuando ya hay misiles similares franceses, estadounidenses y británicos en manos ucranianas. Scholz tendrá ahora una vez más el argumento del miedo nuclear, sumado a la referencia de Putin a la invasión nazi de la Unión Soviética.
La tercera razón apunta directamente a los estadounidenses, que se verían tentados a votar a Donald Trump y no a Joe Biden en noviembre para hacer que su país abandonara a Ucrania y los riesgos que conlleva ayudar a un país al que Rusia intenta borrar del mapa.
La cuarta razón apunta directamente a las elecciones europeas del próximo 9 de junio. Los sondeos dan una subida de los partidos de extrema derecha, algunos de los cuales son reticentes a ayudar a Ucrania. Si Putin quiere jugar al divide y vencerás, su mejor baza sería que las extremas derechas fueran lo más potentes posible tras los próximos comicios continentales. Y podría entender que la mejor forma de lograr eso sería metiendo miedo a los ciudadanos europeos con el arma nuclear.