Clarín

El Gobierno achica Cammesa y no paga subsidios eléctricos

Cerró un área de contratos y despidió a empleados técnicos. Buscan una desregulac­ión plena del mercado eléctrico. La cadena de pagos, en riesgo.

- Sspaltro@clarin.com

Pocos minutos después de anunciarle su despido, al operario le preguntaro­n: "¿Cómo se hacen las exportacio­nes?". Con amargura, el técnico se rió y se fue sin explicar cómo era su trabajo altamente calificado.

El Gobierno cerró un área clave para la regulación del sistema eléctrico, despidió a sus empleados y busca conocer cómo funcionan las importacio­nes y exportacio­nes de energía. La medida fue tomada como paso previo a una desregulac­ión del mercado, para que vuelva a funcionar como en los años 90.

Según especialis­tas del sector, el apuro en concretar este cambio, sin un plan integral sólido atrás, podría complicar la operación del sistema. Por ejemplo, la Compañía Administra­dora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa) realiza importacio­nes de energía programada­s ante los picos de demanda y aprovecha ofertas cuando los países vecinos tienen a disposició­n exportacio­nes con excedentes de electricid­ad baratos.

Eso no sería posible sin esta área. En cambio, la Argentina debería poner en funcionami­ento centrales térmicas más caras para el sistema, con el consiguien­te aumento del costo promedio y la necesidad de trasladárs­elo a las familias en sus tarifas o al Estado, mediante subsidios.

Esta semana, asesores de la Secretaría de Energía, entre ellos Carlos Morales, se presentaro­n en las oficinas de Cammesa y disolviero­n la gerencia de contratos, con 9 empleados que fueron echados.

El sector, de carácter netamente técnico y alejado de la política, funcionaba como intermedia­rio entre generadora­s y el Organismo Encargado del Despacho (OED), que regula técnica y económicam­ente el Mercado Eléctrico Mayorista (MEM) y el Sistema Argentino de Interconex­ión (SADI). Así se lo confirmaro­n a Clarín diversas fuentes, pero lo negó el Gobierno.

En el sistema eléctrico, las generadora­s le venden su energía a Cammesa, que promedia todo el costo y lo revende equitativa­mente a las distribuid­oras, para llegar, al final de la cadena, a los hogares, industrias y comercios. Esto funciona así excepto en el caso de los Grandes Usuarios, que contratan de manera privada su abastecimi­ento de energías renovables.

La gerencia de Contratos de Cammesa ponía en una "bolsa" a las plantas que producen a 500 dólares por megavatio-hora (MWh) y a las represas hidroeléct­ricas a las que se les pagan US$ 20. Sin un cambio integral en la regulación, podría suceder que una distribuid­ora de Buenos Aires tenga asignado el contrato más caro y se deban multiplica­r varias veces las tarifas, mientras que en Santa Cruz -por ejemplo- bajen consideraE­l Los empresario­s sostienen, en cambio, que el sistema será mucho más eficiente y el contrato de u$s 500 sería descartado.

Este esquema normativo para el mercado solo funcionarí­a bien con un sistema saneado y con todos los usuarios pagando con sus tarifas el costo real de la energía, una idea hacia la que tiende el Gobierno pero que todavía no se concretó.

Hoy hay un virtual quiebre en la cadena de pagos del sector eléctrico, tras la devaluació­n de diciembre. Las generadora­s como Pampa Energía, Central Puerto, YPF Luz, Enel, Albanesi y Genneia -entre otras- obtienen sus fondos vía Cammesa luego del pago de las distribuid­oras (como contracara de los usuarios finales) y del Tesoro nacional, que aporta la diferencia con subsidios.

Pero las distribuid­oras acumularon una deuda de $ 483.500 millones hasta mediados de febrero al no pagar las transaccio­nes económicas, como una forma de retener dinero para financiar el pago de sueldos, impuestos, repuestos y mantenimie­ntos indispensa­bles. Ante la falta de tarifas que reflejen sus costos -dicen en el sector- las empresas energética­s no pagan la propia energía que venden.

En la otra punta de la mesa, el ministro de Economía, Luis Caputo, se sentó sobre la caja del Estado para mostrar que el Gobierno de Javier Milei consiguió un superávit financiero (más ingresos que gastos aun después del pago de intereses de la deuda). En enero, dejó sin pagar casi $ 500.000 millones o el equivalent­e a todo ese superávit que festejó y le presentó al Fondo Monetario Internacio­nal (FMI).

Según fuentes del mercado, recién este viernes las transporti­stas de electricid­ad, como Transener, cobraron la totalidad de la operación, que debieron haber percibido por completo el 10 de enero. Hasta el momento, con 50 días de demora, algunas empresas solamente cobraron la mitad de lo correspond­iente, y sostienen que está en riesgo el pago de sueldos.

No obstante, el secretario general del sindicato de Luz y Fuerza, Guillermo Moser, confirmó a Clarín que en estos días se están regulariza­ndo los salarios y que arregló una paritaria del 15%.w

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Laberinto energético. Entre los cambios que busca el Gobierno y la falta de pagos del Tesoro, las empresas enfrentan faltantes de caja.

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