Clarín

La racha maldita de Cavani que convirtió en pesadilla su sueño

Fue la gran compra del fútbol argentino de los últimos años. Pero el goleador uruguayo lleva 140 días sin gritos.

- Nicolás Coppa ncoppa@clarin.com

Eclipsa por su nombre Edison Cavani, el mítico delantero uruguayo que brilló hasta hacerse mural en su Selección y fue goleador e ídolo en grandes equipos europeos como Napoli y PSG. Además, su vieja promesa de emular a Manteca Martínez con la camiseta de Boca fue motor para la ilusión de los hinchas, con quienes todavía sigue en deuda. Los números, esa oblea que deben mostrar en forma constante ese tipo de futbolista­s, así lo certifican: marcó apenas tres goles en 20 partidos y el último fue el 15 de octubre, hace cuatro meses y medio.

Mañana, ante Belgrano en la Bombonera, Cavani jugará otra final consigo mismo para romper una racha adversa que alcanza los siete partidos de la Copa de la Liga. Lleva 533 minutos o 140 días sin gritos desde que convirtió de penal y puso el 1-1 frente a Talleres en la Copa Argentina. En ese tiempo pasó de todo.

A nivel personal, dos lesiones: un desgarro en el cierre de 2023 que afectó su pretempora­da en el inicio del año y una fatiga muscular que lo mantuvo al margen hace un par de semanas. Y en términos deportivos, dos verdaderos cachetazos: la final de la Copa Libertador­es perdida en el Maracaná contra Fluminense y el fracaso/decepción de no clasificar para la de 2024 que le costó el puesto a Jorge Almirón.

La sequía de Cavani que sorprende a todos no debería hacerlo si se ven los números del Cavani más maduro, ese que quedó relegado en su segunda temporada con Manchester United y buscó asilo en un Valencia que peleaba por no descender.

Se fue de Inglaterra a mediados de 2022 sin marcar goles desde diciembre de 2021 y afectado por valesiones. En España la situación no cambió demasiado: padeció problemas físicos y metió siete goles en 28 partidos aunque el último fue en enero de 2023, cuando todavía le quedaban 18 encuentros más con la camiseta blanca.

Boca tiene motivos para seguir creyendo en Cavani. El equipo y especialme­nte el DT Diego Martínez salieron con vida de la siempre incómoda visita a River y ahora le quedan siete compromiso­s con rivales directos en busca de los playoffs de la Copa de la Liga. “Ya va a convertir. Lo que trabaja y entrena es muy bueno. Es híper profesiona­l y nos exige a nosotros como cuerpo técnico”, dijo el entrenador bancándolo.

Al equipo le faltan puntos pero también goles en el torneo (suma siete) y tampoco los tuvo cada vez que faltó Cavani. La deuda está en el juego y no en el “9” de ocasión, más allá de los rebusques en el área de Miguel Merentiel y la amenaza constante de recuperar al mejor Darío Benedetto. La sensación es que Boca debe rescatar a Cavani antes que lo opuesto. Y el ambiente futbolero opina en la misma línea.

“Edi es testarudo, fuerte de la cabeza. Le dije que deje de correr tanto, de ayudar a todos y que se concentre ahí en el área, donde tiene que estar fresco para definir”, contó Diego Godín, su compadre en Uruguay que sufrió en carne propio lo difícil que es adaptarse al ritmo del fútbol argentino.

El único partido en el que Cavani pareció quedar claramente en falta fue contra Sarmiento. La tarde entreseman­a en la que el pelilargo erró cinco chances muy claras y en la única que convirtió estaba en posición adelantada.

El Boca 2024 les exige la misma bonhomía a Zenón, Medina, Merentiel y compañía. La oportunida­d de dar vuelta a la página será cuando Cavani salte a la cancha para jugar contra el equipo cordobés. El crédito sigue abierto, al menos por ahora.w

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AP Primero, yo. Armani le gana el mano a mano a Cavani en el Superclási­co del domingo en el Monumental.

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