Clarín

El tenebroso encanto del turismo negro

- Diana Baccaro dbaccaro@clarin.com

Diario de viaje, Portugal, 11 de febrero de 2010: “Salimos hacia Evora. En el camino había millones y millones de nidos de cigüeñas que tenían pico largo y patas largas. Visitamos un castillo. Nos sacamos fotos y comimos bacalao. Luego entramos a una capilla horrible construida con huesos humanos y una frase en la entrada que decía: Nosotros, los huesos que aquí estamos por los vuestros esperamos”.

Cada tanto, cuando se me nubla la memoria, le pido permiso a mi hijo para abrir su “caja de recuerdos”, la que contiene sus diarios de viajes. Ahora quería saber cómo recordaba él, a sus 9 años, aquella capilla rarísima que a mí me había dejado helada, con un “olor frío” impregnado en la ropa (si acaso a los aromas le podemos poner temperatur­a). Porque ése era un frío ácido que calaba los huesos. Los huesos de los vivos, los que estábamos ahí sacándole fotos a los huesos de los muertos que tapizaban las paredes y columnas de aquel macabro punto turístico. ¿Cómo se nos había ocurrido llevar a nuestro hijo ahí? Ahí es un osario construido en el siglo XVI por un fraile que quería mostrar el carácter transitori­o de la vida. Se calcula que hicieron falta 5.000 esqueletos para realizar semejante obra. Pero pese a todo -y a los dos cadáveres disecados colgados de una cadenala página que mi hijo dedicó en tinta azul a ese día de febrero termina con un tierno dibujo de dos cigüeñas en su nido, con un huevito en el medio. Bien ahí, sonrío, al devolver el diario de viaje a su caja: no hubo “daños psicológic­os”. La vida le ganó a la muerte.

El turismo dark es una tendencia que ya es furor en el mundo. Algunos prefieren la playa o la montaña, pero cada vez son más los que eligen lugares donde la muerte es la protagonis­ta. Este verano, por ejemplo, un aluvión de turistas llegó al Valle de las lágrimas, en Mendoza, donde en 1972 cayó el avión uruguayo. Empujados por la película “La Tragedia de los Andes”, se animaron a un trekking de tres días y dos noches para ver el lugar exacto donde lograron sobrevivir 16 muchachos. Aún permanecen ahí el tren de aterrizaje, dos ruedas, pedazos de asientos, un apoyabrazo­s y medias de rugby. Y un monolito con los nombres de los 29 fallecidos.

¿Qué es el turismo oscuro? Es el nombre que se le da a los sitios que recuerdan desastres. No por nada la ciudad ucraniana de Chernobyl es uno de los lugares más visitados. Sobre todo, luego de la serie de HBO de hace 5 años. Y también Fukushima, la ciudad japonesa de la tragedia nuclear de 2011.

Pero a veces hay tragedias que llaman a las tragedias, como la del sumergible que implosionó el año pasado con 5 personas que intentaban llegar hasta los restos del Titanic.

En 2018 el periodista David Farrier protagoniz­ó la serie “Dark Tourist”, en Netflix, donde recorrió los lugares más tenebrosos y visitados del planeta. Para él, el turismo negro es cada vez más popular porque la gente quiere desafiar sus miedos. Pero tal vez, como explica en uno de sus ocho episodios, lo mejor sea sólo darse cuenta de lo bueno que es volver a casa. Y sentirse más feliz de estar vivo.

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