José Chiaramonte, un notable historiador e investigador
Tenía 93 años y se desempeñaba últimamente como profesor honorario de la UBA e investigador emérito del Conicet. Dirigió el Instituto Ravignani.
Los fundamentos intelectuales y políticos de las independencias iberoamericanas, la comparación de las independencias anglo e iberoamericanas y la Ilustración en Iberoamérica, la conformación del estado nación argentino han sido solo algunos de los grandes temas que trataba el notable historiador José Carlos Chiaramonte que murió este 1 de marzo. Tenía 93 años y dejó una familia, una trayectoria y una obra muy destacada.
Mientras era docente de Historia del Pensamiento y la Cultura Argentina de la carrera de Ciencias de la Educación de la ciudad de Paraná, cultivó amistades notables como las de un pequeño y trascendente grupo de poetas y escritores residentes en las ciudades de Paraná y Santa Fe: Juan L. Ortiz, Juan José Saer y Hugo Gola, y del artista plástico rosarino Leónidas Gambartes, entre otros.
Chiaramonte pasó sus últimos años como profesor Honorario de la Universidad de Buenos e Investigador Emérito del CONICET con sede en el Instituto de Historia Argentina y Americana “Dr. Emilio Ravignani” (del cual fue director entre 1986 y 2012) , UBA/CONICET. También escribiendo artículos en Ñ y la sección Opinión de Clarín.
Nacido en 1931 en Santa Fe, Chiaramonte publicó sus primeros ensayos entre 1958 y 1962 abordando las etapas iniciales del pensamiento de Mayo superando las interpretaciones liberales y revisionistas de la historia argentina. Tras el golpe militar de 1966, dirigió un grupo de docentes excluidos de la universidad, en la investigación sobre la sociedad rioplatense en el período 1750-1850, sobre la base de documentos hallados en el Archivo de la ciudad de Corrientes, tarea que concluyó décadas después con la publicación de Mercaderes del Litoral.
En 1975 debió exiliarse con su familia en México y entonces trabajó durante un año en el Departamento de Historia del Instituto Nacional de Antropología e Historia, como encargado de la edición de Actas del Congreso de Americanistas de 1974. Entre 1976 y 1985 fue investigador en el Instituto de Sociología de la UNAM -ISUNAM- y en 1984 ingresó como Investigador Nacional en el Sistema Nacional de Investigadores (México). Regresó a la Argentina luego del terremoto de septiembre de 1985.
Recibió el título de Doctor Honoris Causa por la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, Universidad Nacional de Salta, Universidad de Concepción del Uruguay y la Universidad Nacional de Misiones.
En mayo de 2013 lo entrevisté para revista Ñ. Entonces se refirió a la intensa relación entre Historia y Política: un vínculo que, en su opinión había adquirido diversas formas en nuestra región de las cuales iba a destacar, por un lado, la referida al uso de los conceptos de clase social y lucha de clases. Y, por otro lado, la forma que hace centro en los conceptos de nación, nacionalidad y cuestiones afines. De ello hablaba en su libro Usos políticos de la historia.
Chiaramonte fue profesor visitante en la Universidad Hebrea de Jerusalén (Israel) y en el Departamento de Estudios españoles y latinoamericanos (1988). Desarrolló docencia de posgrado en el Seminario del doctorado de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (1990, 1991, 1992) y en el Seminario de Doctorado del Instituto Universitario Ortega y Gasset (Madrid, 1993), como así también fue director de Estudios Invitado en la École des Hautes Études en Sciences Sociales (París, 1994). Ha dictado numerosas conferencias en prestigiosas universidades argentinas e internacionales y obtuvo distintas becas y subsidios a la investigación.
Así lo retrata la escritora e investigadora de Conicet María Laura Pérez Gras: “Siemprere me interesó la historia de vida de José Carlos Chiaramonte porque su recorrido por el conocimiento no fue lineal, sino arborescente. Su pasión por la lectura comenzó con la gran biblioteca que le dejó su padre, fallecido cuando él tenía solo diez años. Tenía preferencia por la literatura pero creía que no podría escribir ficción; entonces, decidió formalizar sus estudios a través de la filosofía. Mucho después, llegó a la especialización en historia”.
Disertó en prestigiosas universidades internacionales.