La limitación de Milei y el desconcierto de Cristina y Macri
Nuestra firma tiene mucho interés en invertir en Argentina pero no sabemos qué va a pasar con el DNU y no podemos arriesgarnos”, le confiesa el representante de una empresa extranjera de un sector pujante vinculado a los recursos naturales a un funcionario provincial. La reflexión encierra en una línea la síntesis política de 80 días de gestión libertaria: el fracaso de un ambicioso paquete legislativo, y la posibilidad real de que el mega decreto sea rechazado por la oposición. Lo que dejaría al Gobierno con las manos vacías.
La puesta en escena de la apertura de las sesiones ordinarias de Javier Milei, por la noche, liderando vía cadena nacional el rating y la atención mediática, tuvo como objetivo central vestirlo empoderado y con una vehemencia que no condice con la situación del Gobierno.
Aquél discurso de los días previos sobre un Congreso equivalente a “un nido de ratas”, enfatizando que no necesitaba del Poder Legislativo para gobernar, se transformó en una convocatoria épica a los gobernadores -a quienes iba a “dejar sin un peso” y eran en su mayoría unos “delincuentes”-, a deponer los intereses personales para firmar un pacto fundacional con diez políticas de Estado el próximo 25 de mayo en Córdoba.
“¿Es el mismo Milei que primero dijo que el Papa era un imbécil y después se deshizo por abrazarlo en el Vaticano?”, ironizó un diputado opositor.
La inclinación de Milei por una suerte de consenso -habrá que ver cuánto de
Un potencial inversor duda sobre los pasos a seguir por temor a que no haya apoyo legislativo.
Cristina reaparece con la idea de ampliar su base política y coquetea con los gobernadores opositores.
tiene las leyes que antes quiere aprobar-, denota la toma de conciencia del libertario de su debilidad para avanzar en cualquier política sin el Congreso. Y haber escuchado a quienes se lo advertían. Estos últimos pueden conformar una lista integrada desde Mauricio Macri hasta el propio Fondo Monetario Internacional y el gobierno de Estados Unidos.
La número dos del FMI, Gita Gopinath, dejó en claro en su paso por Buenos Aires las dudas del organismo sobre la sustentabilidad del programa, esto es, si cuenta con suficiente apoyo político y social. En sintonía, la secretaria del Tena soro de EE.UU. Janet Yellen afirmó que es de “vital importancia” que el Gobierno atienda a los más vulnerables en medio del ajuste. Dejaron expuesto así un problema que Milei buscó enderezar con la convocatoria a los gobernadores.
En un encuentro semanas atrás con un dirigente del PRO, cuando este se animó a sugerirle al mandatario que era necesario buscar un consenso al menos con los gobernadores y dirigentes que mejor predisposición tienen para acompañar al Gobierno, Milei le respondió: “Sólo tengo ojos para el déficit”. La respuesta de un economista acérrimo, carente de política, pero que no delega en otro u otros el manejo político, reconocen muchos de los que han hablado con él.
Macri busca ayudar al libertario con el apoyo legislativo, el de los gobernadores del PRO Rogelio Frigerio, Ignacio Torres y Jorge Macri, y proveyendo al Gobierno de segundas y terceras líneas de funcionarios macristas, en puestos que hoy ocupan kirchneristas. Pero abona su desconcierto la advertencia de quienes en el partido no están de acuerdo con cogobernar ni quedar demasiado pegados con una gestión que es incierta todavía y en medio de un ajuste para el que faltan dos o tres meses de mayor dureza, para ver alguna luz. “Si a Milei le va bien, lo capitaliza él, pero si le va mal, queda pegado el PRO”, es el razonamiento que se repite entre los dirigentes amarillos.
En su discurso ante el Congreso, Milei buscó congraciarse a su estilo distante, con los sectores de la UCR, el PRO y el peronismo no K. Lo hizo al elegir como blanco principal, con nombre y apellido, al kirchnerismo. Como cuando mencionó a Juan Grabois, Pablo Moyano, Sergio Massa y Máximo Kirchner como “los jinetes del fracaso”, o se regocijó con el cierre del INADI.
El desconcierto también invade a Cristina, la otra líder en la oposición, pese a los elogios que intercambia con Milei. Sobre él reconoce su “sinceridad” y el eficiente manejo comunicacional a través de las redes sociales.
Siempre ha resultado extraño que siendo el libertario un dirigente en campaña y ahora un presidente, que profesa las ideas que están en las antípodas del kirchnerismo, ni Cristina ni sus soldados de La Cámpora hayan salido a confrontarlo ideológicamente como sí lo hicieron, por mucho menos, contra la cúpula del PRO desde Macri hasta Patricia Bullrich, pasando por Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal.
La reaparición de Cristina en los últimos días con una proliferación de charlas en el Instituto Patria, no es casual. Nunca lo fue. Refuerza sus pronósticos oscuros sobre el futuro del Gobierno a partir del malestar social por el ajuste, aunque graciosamente aclare que no cree que “cuando peor, mejor”, la teoría kirchnerista que inauguró cuando pensaba que Macri duraría solo unos meses en el poder allá por el 2015.
La ex vicepresidenta también am bici o imposición encabezar una oposición amplia, conversando en secreto con los gobernadores de la oposición -incluso los de Juntos por el Cambio- que son vilipendiados por el libertario. ¿Creerá que un segundo regreso es posible como ocurrió en 2019 cuando nadie pensaba que podría retornar al poder?
No es descabellado pensar en un futuro escenario en el que Milei y Cristina sean los principales referentes de una nueva grieta, con un espacio de centroizquierda atomizado y relegado. Hay similitudes entre ambos en el manejo personalista, en el rechazo a los consensos y en el desprecio por las críticas.w