Instituto no hizo los méritos pero ganó y se trepó a la punta
Huracán mereció al menos empatarlo. La actuación del arquero Roffo, la figura del partido, y los postes derivaron en la victoria del equipo cordobés.
Cuando la suerte es esquiva y se inclina para el otro lado, puede pasar lo que le pasó a Huracán en todo el encuentro. El equipo del interino Walter Coyette hizo todo para empatarlo después de un arranque con desatenciones que le permitieron a Instituto ponerse rápidamente en ventaja. Sin embargo, entre el bueno de Manuel Roffo y los palos, el visitante no pudo reflejar su dominio en el resultado. Y el local se quedó con un triunfazo por 2 a 0 en Alta Córdoba, algo que lo dejó en lo más alto de la zona A de la Copa de la Liga.
Una falla en la salida de Huracán derivó en el tiro de esquina del que llegó el gol de Instituto. Y si se habla de la diosa fortuna hay que decir que Juan Franco la tuvo a su lado cuando la pelota literalmente le rebotó en su muslo derecho para salir disparada al fondo de la red de Hernán Galíndez.
Instituto fue ese tanto de carambola y poquito más. De pronto se vio gobernado por la impronta de Huracán que, lejos de acusar el golpe, reaccionó adueñándose del terreno y siendo punzante. Pero no hubo caso en esa primera parte en la que el arco de Roffo pareció embrujado.
El arquero tapó un remate de César Ibáñez y otro de Alan Soñora. Walter Mazzantti tiro afuera el suyo. Y después entraron en acción los postes. Primero en una volea de Hernán de la Fuente tras una jugada que se armó de lateral a lateral. Y
después, con una definición de Ignacio Pussetto que se desvió en un defensor.
Otro descuido en el fondo casi le regala el segundo al dueño de casa en el despertar del complemento: un saque desde el arco largo de Roffo picó y dejó mano a mano a Damián Puebla. Rápido de piernas,
Galíndez salvó con el cuerpo la segunda caída de su arco.
Los arqueros fueron justamente los grandes protagonistas de la jornada. Porque Roffo siguió sacando bolas de fuego de Huracán, como el tiro de Mazzantti y otro de De La Fuente. Y Galíndez también desactivó las respuestas del cuadro cordobés.
Fue más parejo el trámite de la segunda etapa, con acciones repartidas aunque con los visitantes siempre con una marcha más, urgidos por conseguir la igualdad a esa altura merecida.
No sólo no llegaría al empate sino que al final Instituto estiró de penal la ventaja. César Ibáñez lo tomó a Santiago Rodríguez quien se encargó de patear y sentenciar un triunfo que fue demasiado premio.
Después de ganarle a Central, Huracán volvió a perder y deberá apurar la llegada de un DT.w