Clarín

Del curro a la generosida­d, siempre con la nuestra

- Pablo Vaca pvaca@clarin.com

Pocas veces queda tan en evidencia la relación directa entre corrupción y pobreza como en el escándalo con los seguros contratado­s por la ANSeS destapado por Clarín: Osvaldo Giordano, el ex funcionari­o que durante su fugaz paso por el organismo dio de baja la maniobra, explicó que lo hizo porque sencillame­nte el sistema impuesto por Alberto Fernández era mucho más caro que el que había regido durante décadas.

Al contratar a Nación Seguros (y darles comisiones astronómic­as a brokers cercanos a Fernández y a Sergio Massa), la ANSeS gastaba unos $ 20.000 millones por año para asegurar a jubilados y pensionado­s a los que les daba créditos. Con un autoseguro salía bastante más barato.

¿Quién era en realidad el que pagaba de más para que alguien hiciera un negociado? El Estado. Es decir, todos nosotros.

La estadístic­a es inequívoca. Según el índice de percepción de la corrupción de Transparen­cia Internacio­nal, los 10 países con menor corrupción del mundo son Dinamarca, Finlandia, Nueva Zelanda, Noruega, Singapur, Suiza, Suecia, Países Bajos, Alemania y Luxemburgo.

Según un estudio de US News & World Report, WPP y la Universida­d de Pensilvani­a, los 10 países que ofrecen mejor calidad de vida son Suecia, Noruega, Canadá, Dinamarca, Finlandia, Suiza, Australia, Alemania, Nueva Zelanda y Bélgica.

Se repiten ocho nombres sobre diez. No puede ser casualidad.

Que nueve de ellos aparezcan entre los 25 primeros en las pruebas PISA, tampoco.

Giordano habló de un sobrepreci­o del 40%. Unos $ 8.000 millones al año. Unas

75.000 jubilacion­es mínimas. De nuevo: esa es la plata que los argentinos poníamos de más -o que dejábamos de usar en otras cuestiones- sólo en la ANSeS.

El escándalo de los seguros dejó a otro en segundo plano. En común, tienen que demuestran la generosida­d de los políticos cuando se trata de repartir la plata que no es de ellos, es decir la nuestra. Y a la ANSeS: el organismo finalmente dio a conocer cuánto cobran como jubilados o pensionado­s los ex presidente­s y sus familiares.

Como dato principal, surge de allí que Cristina Kirchner percibe por mes

$14.548.836, aunque tras los descuentos le llegan al bolsillo “apenas” $ 9.448.101. La cifra surge de sumar su jubilación como ex presidenta ($ 8.107.506) más su pensión como viuda de un presidente ($ 6.441.330). Son 142 jubilacion­es mínimas.

Sin embargo, la lista revela otras situacione­s de privilegio llamativas. Por ejemplo, que Amado Boudou, condenado por corrupción e inhabilita­do para ejercer cargos públicos, se lleva $ 4.244.250,75 en bruto. Y que a Adolfo Rodríguez Saá, presidente por apenas una semana, se le liquidaron $ 6.682.948,04.

Se comprueba allí que la única persona en la misma situación que Cristina, María Estela Martínez, más conocida como Isabel Perón, también ex presidenta y viuda de un presidente, sólo recibe una asignación por $ 3.603.023,94.

Otros dos casos son, como mínimo, curiosos. Zulema Yoma cobra $5.741.434,81 como viuda de Carlos Menem, quien murió en 2021. Sin embargo, la pareja se

había divorciado en 1991. Finalmente, aparece Amalia Guido, hija de José María Guido, presidente entre 1962 y 1963 tras el golpe que derrocó a Frondizi.

Psicóloga, nacida en 1949, Amalia Guido vive en Viedma. Su padre murió en 1975. Su madre, en 1998. Por decreto, el gobierno de Carlos Menem decidió entonces que la pensión pasara de la viuda a la hija de Guido, quien ya tenía 50 años. Lo justificó porque la mujer era soltera. El mes pasado cobró $ 3.397.134,14.w

La ANSeS gastó de más, en seguros, unos $ 8.000 millones: 75.000 jubilacion­es.

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