El edificio de la AFA, un tesoro del fútbol que podrían vender
La sede de Viamonte se usa cada vez menos porque la actividad se mudó al predio de Ezeiza. De estilo art decó, en su interior hay cientos de historias.
Aunque tiene un nombre -Diego Armando Maradona- para la mayoría es simplemente "el edificio de la AFA". En el hall de ingreso, una exhibición de copas, camisetas y trofeos da cuenta de la historia, la relevancia y los tesoros que se encuentran en él. Concreta y simbólicamente, es la nave insignia del deporte más importante del país.
Sin embargo hoy su destino es una incógnita. ¿Hotel, vivienda, coworking, oficinas, museo? ¿Todos estos usos juntos? Este histórico edificio fue noticia en todos los medios cuando trascendió que el Comité Ejecutivo de la Asociación del Fútbol Argentino habría habilitado su venta.
Si bien los temas que se abordan en estas reuniones se conocen a través de un boletín -que se publica en la web del organismo-, la posible venta, o refuncionalización del edificio, nunca fue confirmada oficialmente. Es un misterio aún para quienes todos los días llegan a trabajar a la oficinas de Viamonte.
Curiosamente, el edificio no posee una protección patrimonial. Es decir que podría ser parcial o totalmente modificado; incluso su fachada. Vale aclarar que en territorio porteño todas las propiedades construidas hasta 1941 tienen una protección por default; luego la Ciudad determina si tiene valor patrimonial o no, si se debe conservar o no, y que grado de protección -integral, estructural o cautelar- se le debe otorgar.
En este caso, el edificio fue inaugurado el 22 de mayo de 1942. Y está ubicado en una manzana de la Ciudad que posee edificios altos.
El Código Urbanístico permite el enrazamiento de alturas, lo que indica que si fuera puesto a la venta, el edificio de Viamonte podría crecer en altura y volumen.
Lo cierto es que más allá de su futuro, el edificio tiene una historia que vale la pena contar. Como en el fútbol, las del 30 y el 40 fueron décadas de grandes cambios en una Ciudad que comenzaba a desandar el camino que la convertiría en metrópoli.
La AFA misma es ejemplo de lo que pasó en aquellos años: en la misma parcela donde construyó su sede hubo antes una casona de dos plantas, de fines del 1800, típica "casa chorizo" con una veintena de habitaciones y patios en común.
Si bien la inauguración fue en 1942, el primer proyecto para la construcción de la sede comenzó a gestarse en 1910, cuando aún el deporte se encontraba en su etapa amateur; su profesionalización arrancó 24 años después, en 1934. Ya para estas épocas el crecimiento del fútbol era exponencial y las oficinas originales -ubicadas en Perú 334, Monserrat- quedaban chicas.
En la misma parcela de calle Viamonte, que se adquirió en 1925, estaba la casa chorizo que también quedó chica -muy pronto- así que los directivos se pusieron nuevamente al frente de la tarea de juntar fondos y obtener un crédito.
Los arquitectos Carlos Pibernat -construyó el Edificio Libertadory Félix Lóizaga estuvieron a cargo del diseño y la construcción de este edificio art decó clásico: en altura y escalonado, con un cuerpo central que remata en torre y grandes pórticos.
En la Ciudad hay hermosos ejemplos de este tipo de arquitectura. Tres de estos ejemplares art decó llevan la firma de Alejandro Virasoro, gran exponente de este estilo. Uno de ellos es la Casa del Teatro, en Avenida Santa Fe 1243, coronada por una pirámide escalonada incaica. Otro es el edificio ubicado en Florida y Diagonal Norte, la Equitativa del Plata, con una cúpula que remata en una superposición de anillos. Austera, el diseño de la cúpula fue disruptivo y muy criticado en la época.
Otro edificio Virasoro es la ex casa matriz del Hogar Argentino, en Bartolomé Mitre 575, hoy sede de la subsecretaría de Trabajo y Empleo de la Ciudad. Otro diseño de Virasoro que generó mucha polémica, ya que fue su primera obra importante. Inaugurado en 1926, venía a romper con la hegemonía clásica y francesa.
Volviendo al Diego Armando, y más allá de su valor patrimonial, durante décadas fue eje sin competencia de todo lo vinculado al fútbol; hoy perdió relevancia frente al predio de Ezeiza, en donde entrenan y se alojan los Campeones del Mundo. Y en donde además funcionan oficinas de directivos, como la del actual presidente, Claudio "Chiqui" Tapia.
Sin embargo será difícil competirle a ciertas anécdotas de la calle Viamonte, como la que cuenta que durante algunos meses, cerca de las 19, se escuchaba un aullido semejante al de un lobo. Un día de esos, sonó el teléfono de la sala de prensa. En el visor se podía leer “presidencia”. Uno de los periodistas tomó el auricular y del otro lado se escuchó la voz inconfundible de Don Julio Grondona. “Tengan cuidado que hay un lobo suelto, pero no se preocupen que ya lo vamos a cazar. Buenas tardes”, dijo y nunca más se escuchó el aullido.