Clarín

Sarmiento le dio un duro golpe a Racing, que se fue silbado

El equipo de Junín nunca había ganado en el Cilindro. Godoy convirtió el gol y Monetti, que atajó un penal, fue figura. Los hinchas pidieron ganarle a Boca el domingo.

- davellaned­a@clarin.com Daniel Avellaneda

Lisandro maneja los tiempos. Fabrica una falta en la última pelota y el dolor es más grande para todos esos hinchas que coparon el Cilindro a bordo de la ilusión. El viejo ídolo deja expuestos a los jugadores de celeste y negro, colores alternativ­os de Racing, en una noche que puede resultar un quiebre en ciclo de Costas. Es la tercera derrota en Mozart y Corbatta contra un rival muy inferior en jerarquía.

Sarmiento nunca había ganado en este estadio y su gran héroe terminó siendo Monetti, que le bajó la persiana al arco con tres tapadas sensaciona­les, entre ellas un penal que regaló Echenique, inexistent­e falta de Paredes sobre Rojas que compró el árbitro y también el VAR, porque nadie lo corrigió desde el centro de operacione­s en Ezeiza. No lo aprovechó Quintero. Y el público, que se retiró caliente y bajo un diluvio de silbidos, pidió ganar el clásico del domingo ante Boca.

Deslucido, lento, sin cambio de ritmo, con los centrodela­nteros siempre de espaldas, con excesiva posesión (78%) y poca profundida­d en el primer tiempo, y con una increíble falta de contundenc­ia que se reflejó en 27 intentos al arco de Monetti, apenas media docena entre los postes del arquero platense.

Racing pagó cara su desorienta­ción y todo lo que produjo se debió, en mayor medida, a espasmos individual­es. Alguna pincelada de Quintero, un mano a mano que se generó el propio Zuculini en la etapa

Es la tercera derrota como local contra un equipo de menor jerarquía.

inicial o los desbordes de Solari, poco efectivos. Poquito, muy poquito para un plantel de figuras.

Enfrente, Sarmiento llegó con la premisa del orden. Una línea de cinco con poco despliegue por los laterales, volantes rodeando la manzana de Quintero, especialme­nte, y un delantero con enjundia que terminó lesionado por presionar en soledad. Con ese plan, a la espera de una pelota parada o un tiro de media distancia, le alcanzó.

Jugar para los costados es sencillo. Ser punzante es otra historia. Y pocos se atrevieron a filtrar esas líco. neas apretadas de Sarmiento en el primer capítulo de la noche. Entonces, como ese circuito que intentaban mantener encendido Almendra y Quintero no prosperaba, llegaban las guapeadas. Agarraba la lanza Colombo, encaraba Solari por la derecha o bajaba a buscar Roger.

En este contexto, Adrián Martínez estuvo lejos de justificar su apodo. Maravilla se encontró absorbido por la marca de los tres centrales y no generó una situación de gol. La más clara en el comienzo fue aquella excursión de Zuculini, caño a Hernández incluido, que definió apenas desviado. Le faltó alma de goleador al volante.

Sarmiento avisó que podía lastimar de media distancia. Hubo dos remates desde 25 metros. Uno de Morales que tapó Arias y otro de Gho que pasó a centímetro­s del travesaño. Hasta que Calcaterra presionó en la salida, Zuculini perdió la pelota y Godoy disparó una bomba que explotó en el arco del neuquino que ataja para Chile.

En el complement­o, Racing se volcó con voracidad ofensiva, pero en todo momento tuvo poca claridad. Nardoni, que había ingresado por el lesionado Almendra en el primer tiempo, perdió todas. Costas desarmó la línea de cinco, sumó a Mura y montó un 4-3-1-2 en el que Quintero fue la manija, pero costó penetrar a Sarmiento.

Con empuje, Roger asistió a Mura y Monetti se lució con una volada espectacul­ar. Entró Carbonero, pero no desequilib­ró. Entonces, llegó el discutido penal. Otra vez ganó el arquero. Costas movió el banEntró Galván para desbordar, se sumó Salas y de un centro suyo no tuvo revancha el enganche colombiano porque de nuevo apareció un guante salvador de Monetti. Hasta un rebote que pudo terminar en gol en contra de Hernández controló el número uno visitante.

Racing perdió y la caída se magnifica por su falta de consistenc­ia como equipo. La irregulari­dad domina y bajo esta coyuntura es difícil tener aspiracion­es del tamaño de un club gigante.

 ?? MARCELO CARROLLL ?? Las caras de la decepción. Quintero desperdici­ó un penal (mal cobrado) y Arias no pudo hacer nada ante la bomba de Godoy.
MARCELO CARROLLL Las caras de la decepción. Quintero desperdici­ó un penal (mal cobrado) y Arias no pudo hacer nada ante la bomba de Godoy.

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