Clarín

La resurrecci­ón de Cavani, que a los 37 años sepultó las penurias

El uruguayo andaba con la pólvora mojada, pero se desquitó con sus tres goles ante Belgrano. La Bombonera le regaló su apoyo incondicio­nal.

- Hpagani@clarin.com

Ya cumplió los 37 años. Y no puede ser el mismo que en sus mejores tiempos en el Manchester United inglés o el PSG francés cuando arrasaba con sus goles en los mejores equipos europeos. Y tampoco puede ser el mismo que junto con Luis Suárez se ponían a los hombros a Uruguay logrando triunfos notables. Los años pesan y las lesiones dejan sus secuelas. No había sido bueno el último año en Valencia. Pero Juan Román Riquelme ya le había puesto el ojo hace un par de años. Quería una transferen­cia estruendos­a para Boca. Distintas razones la demoraron. Sin embargo, al fin, llegó con tiempo para jugar la Copa Libertador­es en la etapa decisiva. Y, por supuesto, fue uno de los que formaron parte del equipo finalista que tuvo que resignarse ante Fluminense. Se dijo y se repitió que la suya fue la transferen­cia más importante de un jugador extranjero al fútbol argentino. Con el consabido desborde de la comunicaci­ón actual. Y lo fue en la realidad numérica. Está ubicado entre los diez máximos goleadores de la actualidad a nivel mundial. Era la gran esperanza para Boca y para los torneos locales. Claro, pocos repararon en el apuro por armar apologíasq­ue había que ir contamplan­do su actualidad a medida que se adaptaba al intrincado fútbol argentino. Y él mismo se cargó con su propio entusiasmo la enorme expectativ­a que lo rodeó. Pero las cosas no salieron como se esperaba. No sólo no marcaba goles (para eso muchas veces se necesita la colaboraci­ón) sino que tampoco rendía en el juego. Acostumbra­do a tocar de primera -y empecinado también- se quedó sin la posibilida­d de mostrar sus grandes condicione­s técnicas a pleno. Tuvo una lesión al final del torneo anterior de la que le costó más tiempo del normal recuperars­e. Y volvió a resentirse al comienzo de la Copa de la Liga. No pudo hacer una pretempora­da con la intensidad necesaria y, al cabo, su figura comenzó a desdibujar­se hasta en la sensación de la siempre respaldado­ra afición de Boca. Tanta frustració­n se transformó en una indudable afección psicológic­a. Sólo había logrado convertir tres goles en 20 partidos. Y había desperdici­ado oportunida­des insospecha­das por su bagaje de exquisito definidor. Se dijo que el partido contra River en el Monumental podía lograr la gran transforma­ción. Pero resultó lo contrario. Apenas tocó nueve pelotas en el tiempo que estuvo en la cancha y debió luchar con la hilaridad con lo que lo trató el público local. Pareció un caso de diván inevitable.

Pero hubo un gesto popular que dio un punto de partida. La gente de Boca lo recibió con una ovación, como nunca, en la previa del partido con Belgrano en la Bombonera. Y lo arengó con el clásico “Aplaudan, aplaudan, no dejen de aplaudir, los goles de Cavani que ya van a venir”. Boca perdía en el primer tiempo y los ánimos parecían decaer fuertement­e. Una derrota tenía un pronóstico nefasto para la posible ubicación entra los cuatro primeros de la zona. Entonces hubo un penal a Medina. Edinson Cavani tomó la pelota con la decisión severa. El sabía que esa ejecución -pesada- podía ser la bisagra. Y lo ejecutó con toda la potencia necesaria para convertir. Fue el sacudón para su “mufa”, aún de penal. Luego recibió una pelota frontal -al borde de la posición adelantada-y definió como un maestro picándola suavemente por encima del cuerpo del arquero. El línea había levantado la bandera y hubo que esperar la habilitaci­ón del VAR (otra cuenta del negro rosario) para desatar el desahogo. Luego un supuesto remate al arco de Langoni le cayó justo al borde al área chica. La empalmó de volea y 3-1. Con TRES GOLES suyos. Fue como un cuento de hadas. Se llevó la pelota del partido. Y le agradeció a su familia y a esa gente que no dejaba de ovacionarl­o. En un partido Cavani volvió a ser Cavani. Con sus 37 años y con todas las penurias sepultadas.

 ?? MARCELO CARROLL ?? Hat trick.
El domingo Cavani gritó con furia el primero.
MARCELO CARROLL Hat trick. El domingo Cavani gritó con furia el primero.

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