Clarín

Abrió ARCOmadrid: los reyes visitaron una galería salteña

Se trata de Remota, que expone a artistas del Norte. Una decena de espacios argentinos vuelven a participar de la gran feria, con mucho protagonis­mo.

- Msanchez@clarin.com

Por tercer año consecutiv­o, una decena de galerías argentinas se constituye en la principal referencia latinoamer­icana en ARCOmadrid. Y ya no se precisa cautela: esta presencia entra de lleno en un ritual potente dejando atrás su carácter de promesa. ¡Y con todo el ventarrón en contra! En su tradiciona­l recorrida, que da inicio a la feria, los reyes de España volvieron a distinguir co su visita a una galería argentina, la salteña Remota.

Obtienen así cierta seniority en la gran feria de arte española, pese al contexto abrumador e incierto de los artistas argentinos y sus marchands. Hay que recordar que esta vez todos están aquí sin el apoyo gubernamen­tal de años anteriores, si bien no todo fue NO. Tras la brega de la Cámara de galeristas, Meridiano, se consiguió pagar los costos al dólar oficial.

En la sección principal de la feria, 5 grandes galerías porteñas: Ruth Benzacar, cuyo artista Ulises Mazzuca queda finalista para el premio Illy, elegido por la mismísima Patrizia Sandretto, coleccioni­sta y benefactor­a. También Herlitzka & Co., con obra histórica de Anita Payró, W-Walden, Pasto y Nora Fisch. Esta última trajo un solo show de Alfredo Londaibere, un clásico contemporá­neo central en la historia del arte argentino y de las estéticas queer, surgido al calor del Centro Cultural Rojas. Pero esta crónica quedará para mañana, cuando algunos anuncios tal vez auguren alegrías.

Para valorar aún más: en la sección Opening e invitada especial, también se destaca la salteña Remota, de Guido Yannitto, quien además es un artista textil de primer orden. Es esta apenas la segunda vez que una galería de provincias accede a ARCO; el debut fue de Pasto, con La Chola Poblete, en 2022, y luego Diego Obligado, de Rosario, en 2023. Los tres han sido distinguid­os personalme­nte por una posta en el paseo tradiciona­l de los reyes españoles. Todo políticame­nte calculado.

Remota ha traído a dos artistas; el pintor Mar Pérez, con óleos casi monocromát­icos en marrones sepiados –un desnudo deslumbran­te, planos de geometrías y figuras del tarot, y pinturas sobre latas aplastsada­s de nieve del carnaval norteño–; y a Roxana Ramos, con un video y obra gráfica basada en sus performanc­es. Este espacio solo trabaja con artistas de la región.

En el espacio “Nunca lo mismo”, curado por Daniela Moscoso y Rodrigo Esparza y consagrado al arte latinoamer­icano, participan las galerías Piedras, Isla Flotante, Sendrós y Vigil Gonzáles, con 3 sedes, Buenos Aires, Cuzco y Santo Domingo. La visita de algunos coleccioni­stas argentinos como el cordobés José Luis Lorenzo y Andrés Brun, antes incluso del paseo organizado por la feria arteBA, a cargo del curador Mariano Mayer, sin duda le puso quinta marcha a las primeras horas de apertura.

Isla Flotante, que no estuvo aquí en las últimas ediciones, ha traído un solo show de Rosario Zorraquín, que ayer quedó finalista para el premio Illy. Lo suyo despertó muchas admiracion­es y se vendieron todas sus piezas en pocas horas –costaban entre U$ 6 y 15 mil euros–. Se trata de sutilísimo­s panoramas dibujados en plumín sobre gasa, pintados con la levedad de las tintas y fondos de acrílico. Es una obra que desafía la tecnología, no se refleja cabalmente en una foto; por el contrario, invita al zoom moroso del ojo humano. En estos días ella tiene una muestra en la galería porteña, junto a piezas históricas de Noemí Gerstein y Cecicia Marcovich.

En la galería Sendros, Andrés Piña muestra esculturas híbridas de ollas apiladas e intervenid­as. Nacido en Mendoza y vecino de Buenos Aires, cuenta que buscó dar a esos objetos cotidianos la morfología de los órganos anatómicos. Algo de éstas recuerda las ollas populares de Gabriel Chaile que hicieron capote en Art Basel, Suiza. Sus pequeños cuadros, en témpera sobre tabla, son casi miniaturas perfectas y llenas de detalle, de imaginario gauchesco; contienen máquinas accionados por animalitos de corral, mecanos delirantes. El está en el stand, vestido con remera y pantalón de esqueleto. “¿Surrealism­o postindust­rial?”, aventuramo­s. “Puede ser, pero con un poquito de costumbris­mo”. define.

La galería Piedras exhibe obra de Clara Esborraz y esculturas de Carla Grunauer. En el primer caso se trata de dibujos en birome sobre papel negro. Las esculturas de Grunauer, de unos 50 cm al menos y de formas zoológicas, sorprenden por su material: a primera vista de cerámica, en verdad son de yeso esmaltado.

La galería Vigil Gonzáles ha traído un solo show de la peruana Violeta Quispe Yupari, basadas en técnicas narrativas ancestrale­s de Perú. Quispe es otra de las artistas elegidas por el curador Adriano Pedrosa para la Bienal de Venecia.

En toda la feria ARCOmadrid, con unas 200 galerías, la mayoría europeas, hay obras de artistas de nuestra región. En cada esquina se encuentra uno con sorpresas.

En Pinksummer, de Génova, reinan obras de Tomás Saraceno. Una de sus nubes, a 97 mil euros, un gran bordado de telaraña, a 50 mil. Y en la parisina Jocelyn Wolff se ofrecen varias piezas de Diego Bianchi, y dos pinturas de Santiago de Paoli, argentino emigrado a los EE.UU.. En Espacio mínimo hay obra de Amalia Pica, quien acaba de deslumbrar con su instalació­n en Nueva York, un gran espacio de homenaje a la educación pública, toda íntegra de color verde pizarrón. ■

Dos creadores de aquí son finalistas del premio Illy.

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Saludos reales. Visita y sonrisas en el espacio de Remota.
 ?? ?? Diálogo. L. Palacios y L. Andreani (arteBA) y A. Vigil González.
Diálogo. L. Palacios y L. Andreani (arteBA) y A. Vigil González.

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