Trasfondos del conflicto
• La batalla de un sector de Cataluña para romper con Madrid e independizarse tiene una larga historia, y multitud de contradicciones.
• Hay una línea roja que marcaron los propios catalanes cuando en 1978 aprobaron con el 90% del votos la actual Constitución que proclama la indisoluble unidad de España.
• Aunque se supone que esta demanda tiene origen progresista, en realidad el espíritu secesionista ha sido enarbolado como una bandera populista a lo largo de los años desde la derecha neta del opaco líder conservador Jordi Pujol, y luego por su seguidor Artur Mas y, finalmente, por el correligionario de ambos, el exiliado Carles Puigdemont.
• La cuestión independentista reaparece con fuerza política cuando Mas gobernaba y reclamó en 2011 al recién llegado Mariano Rajoy una reforma impositiva que aliviara la crisis que envolvía al país y Cataluña tras la debacle financiera de 2008.
• Rajoy se negó y la derecha catalana incentivo el independentismo para presionar a Madrid. Un puñado de organizaciones de centroizquierda se sumaron a esa estrategia.
• Puigdemont siguió esa línea pero envuelto, por lo tanto, en más ropajes populistas y declaró la independencia de Cataluña en 2017 lo que provocó la fuga de empresas y capitales reduciendo el PBI de la región.
• Madrid intervino la región. Puigdemont huyó y otros 12 políticos fueron arrestados y enjuiciados, lo que motivó una escalada de la protestas en la región.
• El líder catalán recuperó poder por la necesidad de Pedro Sánchez de lograr mantenerse en el poder tras perder ante el conservador PP las elecciones del año pasado.
• El PP no logró votos suficientes para formar gobierno. Sánchez, menos, pero pactó con una serie de minorías, entre ellas justamente la derecha catalana a la que le concedió la amnistía que últimamente fue ampliada para retirar las sanciones por terrorismo.