Clarín

Platense y San Lorenzo se sacaron un cero gigante en Vicente López

En un choque muy descolorid­o, el Calamar estuvo un poco más cerca de la victoria, pero se topó con Altamirano. Los dos quedaron lejos de la pelea.

- Daniel Avellaneda davellaned­a@clarin.com

Noche de verano. Vicente López. La gente llega expectante por Zufriategu­i. Parece del fútbol inglés el estadio calamar, con sus butacas renovadas y el flamante cartel electrónic­o. Pero qué lejos está de la Premier League el duelo entre Platense y San Lorenzo. No es casualidad que sean dos de los equipos que menos goles hicieron en la Copa de la Liga. Y el cero a cero que se dibuja en estos descolorid­os noventa minutos tiene lógica. Por las manos de Facundo Altamirano, que tapó tres pelotas bárbaras, el Ciclón rescató un punto. No deberá conformars­e, claro. La campaña es muy opaca. Fue su cuarto empate consecutiv­o y solo ganó un partido en diez fechas.

El gol anulado a Mateo Pellegrino en el amanecer del partido generó entusiasmo. Pareció el preludio de un partidazo que finalmente se quedó en un gran amago. Corrieron, fueron intensos, por momentos se armó el ida y vuelta, pero se jugó muy poco.

Sin brillo, más allá de alguna pincelada de Nahuel Barrios, San Lorenzo se plantó en el campo de Platense y buscó ser protagonis­ta con la pelota. A diferencia de otros encuentros en los que el equipo dejó la tenencia a discreción del rival, esta vez se hizo cargo. Y mucho tuvo que ver la inclusión de Cristian Ferreira en la partida desde la mitad de la cancha, más ofensivo y encarador.

El esquema, claro, no cambió. La línea de tres centrales, apoyada en el retroceso con dos laterales volantes, no se tocó. Y fue más profundo por la izquierda, donde el Perrito intentó armar un buen circuito con Malcom Braida en un sector en el que Juan Ignacio Saborido tenía muchas dificultad­es.

Sin embargo, le faltó explosión adelante. A excepción de algún pelotazo, Adam Bareiro se encontró más activo para involucrar­se en el juego fuera del área que mostrarse en su hábitat. El paraguayo peleó mano a mano con los zagueros locales, pero sólo quedó de frente cuando llegó un envío largo.

La dupla que conforman Fabián Orsi y Sergio Gómez se desgañitab­a desde el banco. Gritando hasta quedarse disfónicos, pidiéndole a los volantes que jugaran a espaldas de Elián Irala, el único volante de contención. Por esa zona se filtró Pellegrino, pero se encontró con el embudo que armaron Gonzalo Luján, Gastón Campi y Gastón Hernández. Entonces, buscó profundiza­r por la banda derecha.

No obstante, las mejores situacione­s que produjo fueron desde una pelota parada. Un córner corto ejecutado por Lucas Ocampos que agarró dormidos a los jugadores azulgranas, remató Carlos Villalba, tapó Altamirano, el volante capturó el rebote y metió un centro que cabeceó Gastón Suso, pero el arquero volvió a mostrar enormes reflejos.

En el segundo tiempo, San Lorenzo pronunció su agresivida­d. Insua hizo una modificaci­ón. Entró Johan Romaña, salió Luján y Giay se estacionó directamen­te como volante. Retrocedió Barrios y liberó a Ferreira, que se movió como enganche.

El juego, otra vez, se volcó por la izquierda. Ferreira asumió la responsabi­lidad de la gestación y fue más incisivo. De dos faltas que le cometieron al cordobés llegaron sendos tiros libres ejecutado por él mismo que no terminaron en gol porque Campi le erró al arco y el siguiente cabezazo de Romaña murió en los guantes de Juan Pablo Cozzani.

Platense cambió figuritas, pero ninguna variante fue disruptiva. Y el Gallego terminó jugando con tres número “9”: Bareiro, que ya estaba en la cancha, más Diego Herazo y Cristian Tarragona.

No fue la mejor decisión de Insua. En definitiva, sacó a Barrios y apostó a gente con potencia, pero sin tanto juego. Y Platense creció a partir de Gabriel Hachen. Terminó arrinconán­dolo con centros desde los costados y Altamirano se volvió a lucir ante Pellegrino, que en el segundo tiempo jugó con una máscara producto de un sangrado sufrido en la primera etapa.

El final encontró a los hinchas enojados con Nicolás Lamolina por algunas infraccion­es que ameritaron amarilla, la de Romaña subida de tono por un planchazo en tiempo adicional. Entonces, sonó el rock por los altoparlan­tes. Y por fin hubo algo de música entre tanto juego desafinado.

Cuarto empate al hilo para el Ciclón, que sólo ganó un partido.

 ?? FOTOBAIRES ?? Pelea en las alturas. El delantero colombiano Diego Herazo, de San Lorenzo, trata de anticipar a Gastón Suso, de Platense.
FOTOBAIRES Pelea en las alturas. El delantero colombiano Diego Herazo, de San Lorenzo, trata de anticipar a Gastón Suso, de Platense.

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