Sin margen de maniobra, al final Villarruel llamaría a una sesión por el DNU
Convocará a los senadores para el jueves. El oficialismo busca evitar que el daño sea mayor. La estrategia del PJ.
Aunque en tono de chanza, en el grupo de WhatsApp que comparten los 33 senadores del Frente de Todos llegó un mensaje que en realidad suena a advertencia: que nadie se enferme el jueves que viene. Para ese día, el mayor bloque de la oposición se prepara para bajar al recinto junto a senadores de otros bloques para tratar el rechazo del mega DNU de reformas económicas de Javier Milei. De paso, y si tienen número, amenazan con intentar darle otro golpazo a la administración libertaria, por ejemplo aprobar la coparticipación del Impuesto al Cheque, algo a lo que la Casa Rosada se resiste. Más allá de que generaría dudas, en el peronismo temen que una repentina dolencia afecte su estrategia política.
Pero lo cierto es que Victoria Villarruel, presidenta del Senado, se prepara para ceder a las presiones de la oposición y directamente convocar a una sesión especial para este jueves para tratar el polémico decreto presidencial y también algunas iniciativas que forman parte de la agenda del Gobierno, como el retiro de pliegos, el acuerdo para diplomáticos, la autorización de entrada y salida del país del Presidente y el proyecto que actualiza la legislación contra el lavado de activos.
El FdT y otros bloques de la oposición moderada ya hicieron pedidos a Villarruel para que convoque a sesión para tratar el DNU. Bajo argumentos legales controvertidos, hasta ahora la vice había logrado sortear el llamado a una sesión. El problema es que se quedó sin ese margen de maniobra.
Ante la amenaza del peronismo de autoconvocarse a sesionar -el reglamento lo permite, sólo exige reunir el quórum-, Villarruel llamará directamente a la sesión. Sería una forma, por un lado, de preservar su autoridad como presidenta del Senado. Por el otro, al convocar a una especial con un temario específico buscará que en la sesión no le cuelen de forma inesperada proyectos que generen impacto en la administración nacional.
En la bancada de La Libertad Avanza interpretan que la oposición ya tiene asegurado el quórum para el jueves. Es más: calculan que si los senadores de la UCR también se acoplan al rechazo, el DNU cosechará al menos 48 votos en contra. Un bombazo para el Gobierno.
Por eso, desde el Senado esperan que haya colaboración de la Casa Rosada. Que se logre persuadir a algún gobernador para que sus senadores no den quórum. De ahí la advertencia en el chat K de que nadie debe enfermarse.
Un gobernador del PRO dijo ayer a Clarín que los senadores de ese partido -incluso los que responden al chubutense Ignacio Torres, de tensa relación con Milei- no acompañarán el rechazo del decreto.
Ese mandatario ya descuenta que el jueves se bochará el DNU. Cristina Kirchner, en cambio, aún no está convencida de que eso sucederá: quienes la frecuentaron en los últimos días la escucharon decir que prefiere esperar y ver qué ocurre debido a que el Gobierno tiene mucho poder de maniobra. Tiene experiencia de sobra para mostrarse cautelosa.
El plan en el FdT es buscar en la sesión aprobar el rechazo al DNU de lograrlo, seguirá vigente hasta que también lo rechace Diputadosy después tratar alguna iniciativa que permita llevar recursos para las provincias. La primera opción es tratar el proyecto de coparticipación del impuesto al cheque, iniciativa que fue presentada el año pasado por los entonces senadores y ahora gobernadores Ignacio Torres y Alberto Weretilneck y los radicales Pablo Blanco y Víctor Zimermann, entre otros. Eso sí: para tratar la norma en el recinto, por carecer de despacho de comisión, se necesitarán dos tercios de los senadores. Hoy suena a quimera, pero se verá el jueves.w