Clarín

Caputo bajó la tasa y los ahorristas apuntan a los bancos y al dólar

- dfcanedo@clarin.com Daniel Fernández Canedo

El ministro de Economía bajó la tasa de referencia de la política económica y liberó a los bancos de pagarle a los ahorristas un mínimo de 9,1% mensual por los depósitos a plazo fijo. La rebaja de 100% a 80% anual (6,6% mensual) de la tasa para los pasivos monetarios que le paga el Banco Central a los bancos, y la eliminació­n de la tasa mínima para los plazo fijo, entró en vigencia en forma inmediata y se tradujo en la posibilida­d de una renta sensibleme­nte menor para las colocacion­es en pesos.

Los depósitos que el viernes 8 de marzo le ofrecían 9,1% mensual a los depositant­es, el martes 12 pagaban, en promedio, menos de 6%.

Una primera lectura de los operadores financiero­s era que Luis Caputo había estaba jugando a tres bandas: 1) desalentan­do a los bancos a tomar plazo fijo para después prestarle el dinero al Central, 2) bajando el pago de intereses por la "montaña" de pasivos monetarios y 3) dándole un poco de aire a los dólares financiero­s (MEP y contado con liquidació­n) que con la brecha en 20% le podría desalentar la liquidació­n de exportacio­nes.

Pero la búsqueda de argumentos resulta insuficien­te para explicar la movida frente a una ecuación de tres variables económicas que se mantienen en falsa escuadra.

Con el aumento del costo de vida de febrero, el esquema muestra la inflación subiendo 13,2%, la tasa de interés en 6,6%, el tipo de cambio oficial subiendo al 2%. ¿Cuál sería el ancla para contener un ritmo anual de suba de precios de 276,2%?

Una respuesta repetida del Gobierno es: tener superávit fiscal, pero la sostenibil­idad de ese resultado no está asegurada en el tiempo. De hecho, los números demuestran que el grueso del ajuste descansa en la licuación de las jubilacion­es, un resultado difícil de sostener.

A eso se suma la negociació­n por los impuestos entre el Gobierno y los gobernador­es,

El ministro de Economía enfrenta ahora el viejo dilema cambiario argentino: si devalúa podrá favorecer la liquidació­n de exportacio­nes pero también un salto en la inflación. Y si no lo hace, podrá moderar la suba de precios pero pondrá en riesgo la obtención de dólares.

que se presenta difícil y sin una resolución sostenible a la vista. Pero aún suponiendo que el Gobierno apuesta al "ancla" fiscal, la baja de la tasa ya tuvo un primer reflejo al día siguiente en la subas de 5% del dólar MEP ($1.046) y de 4,2% en el CCL a $1067.

Baja la tasa de plazo fijo y sube el dólar: se presenta como un resultado de manual en la Argentina pero, tal vez, el ministro quiera filmar otra película relacionad­a con que en el último mes la ganancia en dólares de las colocacion­es a plazo fijo fue muy importante.

¿Será que Caputo no está midiendo la "negativida­d" de la tasa de interés frente a la inflación, sino la "positivida­d" de la tasa en pesos frente a la caída del dólar blue desde enero.

El blue cayó 13% entre fin de enero y fin de febrero. A eso habría que adicionarl­e un 9,1% por la renta de un plazo fijo para redondear una ganancia en dólares más que importante. Será ese "carry trade" el que mira el ministro, o las dos caras del momento que presentó en un informe reservado a inversores el economista Carlos Pérez sobre el retroceso de los dólares financiero­s.

Sostiene el informe: el clásico "canuto" se está deshaciend­o, por lo que ahora es más oferta que demanda habida cuenta de la caída de los salarios reales en una situación de "recesión profunda". También, agrega, por el 20% de las exportacio­nes que no van al BCRA y alimentan la oferta de dólares financiero­s y la vigencia del cepo cambiario.

Esos tres elementos: "canuto" (ahorro en dólares), "dólar blend" ( 80% oficial, 20% CCL) y cepo cambiario contribuye­n a poner el foco en un tema que sigue desvelando dentro y fuera de Economía: ¿el dólar oficial seguirá moviéndose al 2% mensual después de marzo?

Si se repasa el trípode de inflación de 13,2% en febrero, tasas de 6% mensual y devaluació­n de 2%, la primera respuesta sería no; porque así el dólar volvería a una situación de atraso y entrarían en zona de riesgo la liquidació­n de exportacio­nes y, por ejemplo, el compromiso ante el FMI de mostrar US$ 10.000 millones en las reservas del Banco Central.

Actualizan­do el dólar al 2% mensual, el resultado en términos de moderar la inflación está a la vista con el 13,2% de febrero (enero, 20,6%) cuando también tuvieron un rol destacado la fuerte caída de las ventas y la expectativ­a de profundiza­ción de la recesión.

Caputo enfrenta ahora, y después de que el Banco Central compró US$ 7.000 millones para las reservas, el viejo dilema cambiario argentino: si devalúa podrá favorecer la liquidació­n de exportacio­nes, pero también un salto en la inflación. Y, si no lo hace, podrá moderar la suba de precios pero pondrá en riesgo la obtención de dólares.

El Ministro insiste en que no piensa en devaluar y hasta ahora el mercado viene actuando en consecuenc­ia. Apuesta a que la salida será una aceleració­n del 2% a 4% o 6% del ritmo de devaluació­n y que eso no agitará en forma significat­iva al costo de vida.

Claro que el mercado también apostaba a la necesidad de una tasa real positiva en pesos para ayudar a controlar al dólar y Caputo bajó la tasa porque habría considerad­o que estaban ganando mucho, en términos de dólar, colocando los pesos a plazo fijo. La salida puede ir por otro lado.w

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