Clarín

El 30% de los alumnos que van a escuelas privadas ya son pobres

Surge de un nuevo informe de la UCA. Piden que haya más ayuda estatal para que esas familias puedan sostenerle­s la escolarida­d a sus hijos.

- Ricardo Braginski rbraginski@clarin.com

Cuando cualquier persona piensa en un estudiante de escuela privada lo primero que viene a la cabeza son chicos de sectores acomodados, mínimo clase media. Pero la realidad argentina dista mucho de ese estereotip­o. Hoy, al menos 30% de los alumnos que van a colegios particular­es ya son pobres.

El dato surge de un nuevo informe que presentó ayer la Universida­d Católica Argentina (UCA). Allí se muestra que, a fines de 2023 -últimos datos disponible­s- casi tres de cada diez estudiante­s argentinos, de entre 0 y 17 años, viven en familias que tienen ingresos por debajo de la línea de la pobreza.

Estos datos aún no tienen en cuenta el brutal ajuste de los últimos meses que llevó a una gran cantidad de familias argentinas de los sectores medios a la pobreza, por lo cual el porcentaje de chicos pobres en las escuelas privadas se estima que es aún mayor al 30% relevado.

Ayer el Indec informó que una familia necesitó $690.900 en febrero para no ser pobre. En Capital, para ser clase media hay que ganar al menos un millón de pesos ($ 1.017.520), según la Dirección de Estadístic­a y Censos de CABA. Y si se alquila, $ 1.300.000.

“Teniendo en cuenta la actual coyuntura socioeconó­mica hicimos este informe de coyuntura. El dato es estructura­l y viene desde hace años. Buscamos dar pistas para entender qué está pasando con esta

Una familia necesita $ 690.900 para no ser pobre, según el Indec.

población que va a escuelas de gestión privada laica o religiosa y estarían en condicione­s de requerir ayuda para sostener su escolarida­d”, le dijo a Clarín Ianina Tuñón, investigad­ora de la UCA y autora del informe junto a Matías Maljar.

El informe muestra cómo fue evoluciona­do (creciendo) en el país el porcentaje de chicos en situación de pobreza e indigencia desde 2017. Al mismo tiempo, releva el tipo de gestión de escuela que eligen las familias (80,70% estatales, 12,60% privada laica y 6,80% privada parroquial).

Cruzando los datos se observa que, a las escuelas privadas laicas, hoy van 26,8% de chicos pobres, a las privadas parroquial­es y religiosas 33,9%. Y en escuelas estatales los chicos pobres llegan al 71,6%.

El 30% de los alumnos de las escuelas privadas del país que están en situación de pobreza y requeriría­n ayuda estatal son el 5,2% del total de la población de chicos y adolescent­es escolariza­dos.

Tuñón explica que empezaron a hacer este informe cuando vieron que sectores sociales vulnerable­s que elegían las escuelas privadas (de cuotas bajas) no recibían la Asignación Universal por Hijo (AUH), porque tenía como requisito que vayan a escuelas estatales. Esto luego fue modificado.

“Hay familias de sectores informales, e incluso formales (trabajador­es pobres), que van a escuelas laicas y religiosas que se van quedando afuera de los sistemas de protección social”, explica.

La experta dice que esto lo empezaron a notar con más fuerza durante la pandemia. Familias que eran de clase media y empezaron a ir a comedores escolares, o a retirar las cajas de las escuelas. Son familias que eligen la escuela privada porque las perciben de mayor calidad o creen que hay riesgos en la escuela pública.

¿Qué pasa con ellos?, se pregunta la experta, quien dice que ya enviaron el informe al secretario de Educación Carlos Torrendell (que viene de la UCA).

Martín Zurita, dirigente de la Asociación de Institutos de Enseñanza Privada de la Provincia de Buenos Aires (AIEPBA), explica que el informe de la UCA refleja muy bien lo que pasa en las escuelas privadas de la Provincia, sobre todo en el Conurbano, donde una mayoría -afirma- recibe a familias de sectores populares.

Zurita dice que no se está viendo, hasta el momento, un pase masivo de familias de las escuelas privadas a las estatales, pero sí un movimiento de escuelas de mayor cuota a escuelas de cuota media; y de escuelas de cuota media a escuelas de cuota más económica.

“Hay un sector, que es el que ya está en la escuela económica, y ahora no la puede sostener. Y ahí sí podría estar el Estado. Un apoyo económico para poder sostener esta matriculac­ión que por opción va la escuela privada, pero que muchas veces, a pesar de ser cuotas accesibles, no pueden pagar”.

Tuñón dice que “estos datos pueden alimentar propuestas como la de los vouchers educativos, aunque se piense para reformas de segunda o tercera generación. Son datos valiosos para pensar en eso, destinados a algunos sectores sociales”, afirma.

Para la experta de la UCA hay que considerar a las familias de clases medias y bajas que aspiran a escuelas de mayor calidad y tienen dificultad­es para pagar una privada. El Estado debería poner el esfuerzo en mejorar su oferta educativa, o apoyar a las escuelas privadas que dan servicio a esos sectores.

“Hay que focalizar en los sectores sociales que menos tienen para que reciban los mejores recursos humanos: los maestros con mayor capacitaci­ón y experienci­a. Las leyes dicen que hay que priorizar a los sectores sociales con pocas posibilida­des, pero nadie lo ha hecho hasta ahora”, concluye. ■

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